Privadas de la prisión domiciliaria: otra exclusión que afecta más a las mujeres
Las cárceles y lugares de encierro del sistema penitenciario argentino se encuentran, desde hace décadas, en una situación de emergencia que ningún gobierno atiende. Lo más grave es el grado de hacinamiento que hay sobre todo en nuestra provincia, una de las más represivas y con mayor cantidad de presos per cápita. En la columna de géneros, Laura De Bernárdez repasa la grave situación por la que pasan muchas mujeres. Entre ellas, el caso de Cintia Santamaría.
El Poder Judicial dicta prisión preventiva por delitos no graves, a personas que no son peligrosas ni de las que se puede presumir riesgo de fuga.
Miles de mujeres privadas de su libertad ven vulnerados muchos de sus derechos, como por ejemplo, el de obtener la prisión domiciliaria si tienen hijxs pequeños. Tal fue el caso de Flavia Saganias, quien estuvo 7 meses detenida sin sentencia firme y teniendo 5 hijxs a su cargo, dos de ellxs menores de 5 años de edad.
La crisis sanitaria agrava una situación estructural que encuentra en cada penal, donde hay más procesadas que condenadas, y la mayoría presas por narcomenudeo.
El 80 por ciento de las internas, en marzo de 2019, eran procesadas sin condena. En todo el país, alrededor del 50 por ciento de las detenidas están cumpliendo prisión preventiva sin condena firme, una situación que debiera ser excepcional.
La mayor parte está por primera vez, y hay muchas mujeres de edad avanzada. Esto es producto también de la pobreza estructural que lleva a las mujeres a vender droga para sostener el hogar. La situación se vio acrecentada en los últimos años como producto de la crisis económica, a la que se sumó un Estado que comenzó a perseguir sistemáticamente este tipo de delitos, diciendo que luchaba contra el narcotráfico, cuando lo que hizo fue ir a buscar al primero y más débil eslabón de la cadena, generando prisiones masivas y preventivas.
Hay que aclarar que ningún presx en este país vive de lo que el Estado le da, siempre la visita es la que permite el acceso a esos recursos para hacer la vida más o menos sostenible.
Son las mujeres las que reciben menos visitas, por ser justamente ellas quienes cumplen siempre tareas de cuidado. No es el caso de los varones, quienes son visitados y asistidos por sus madres, hermanas y compañeras.
Este año la Red Nacional de Organizaciones Contra la Tortura elevó una nota al Comité contra la Tortura del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, ante la preocupación por el “impacto que puede tener el avance de la pandemia del COVID-19 en la población privada de la libertad, alojada en cárceles, comisarías e institutos de menores, por ser más vulnerables a causa del hacinamiento y la falta de atención médica de urgencia”.
Durante el Aislamiento Social Obligatorio la OMS, la ONU y Cámara de Casación Penal, entre otras, recomendaron otorgar prisión domiciliaria y morigeraciones de penas a personas que estén privadas de su libertad por delitos leves, que estén prontas a salir en libertad o con prisiones preventivas; con el criterio de dar prioridad a las que conforman los grupos de riesgo ante la pandemia. Haciendo caso a estas recomendaciones, la justicia provincial creó la Cámara de Receso Judicial Extraordinario de Córdoba, a cargo de los vocales Marcelo Jaime, Inés Lucero y Martín Bertone, que evaluó 380 pedidos de prisión domiciliaria durante los primeros meses de pandemia. Sólo otorgaron 4. Entre las solicitudes rechazadas estaba la de Cintia.
El padecimiento de Cintia
Zumba la Turba explicó que «Cintia, presa en Bouwer, tenía un embarazo con fecha para los primeros días de agosto. Su estado de salud y su embarazo eran muy delicados porque tiene anemia crónica y está medicada. El miércoles 29 de julio por la mañana comenzó a tener dolores y junto a sus compañeras pidieron varias veces atención médica urgente al Servicio Penitenciario (SP), la cual le fue negada. Luego de más de dos horas de reclamo, el médico del establecimiento la revisa y la vuelve a enviar al pabellón. Esa misma tarde Cintia se descompensa por los fuertes dolores abdominales. Es recién en ese momento que el SP decide llevarla a la Maternidad Provincial y cuando llega le detectan una fuerte hemorragia interna. Perdió a su bebé, lo parió muerto. Ella quedó en terapia intensiva»
Adriana Revol, histórica militante de los derechos humanos de lxs presxs de Córdoba, comenta el estado actual de Cintia y las terribles condiciones de tortura a las que son sometidas las mujeres privadas de su libertad.