Autovía de Punilla: un tramo más del saqueo
Desde la semana pasada vecinos y vecinas, reunidos en asambleas decidieron sostener un acampe en contra del avance de la Autovía de Punilla. En la madrugada del día martes 10 de mayo -sin orden judicial- en plena oscuridad, la policía de Córdoba llevó a cabo de forma violenta e ilegal el desalojo del acampe que se encontraba sobre el camino lindante al obrador que instaló la empresa Sacde, encargada de la construcción del primer tramo de la Autovía.
Por Bernardo Ferraris
Eugenia, integrante del acampe relata que cerca de las cuatro menos veinte de la madrugada del día martes apareció la policía y “empiezan amedrentarnos a gritarnos y empujarnos. Sacaban las compañeras a la rastra de las carpas donde dormían. No nos mostraron ninguna orden ni nos dijeron nada. Ni quiénes eran”.
En medio de la oscuridad, las diez personas que estaban sosteniendo el acampe, fueron encandiladas con la luz de linternas. “Lo que nos quitaba la capacidad de ver y entender la situación. No nos veíamos entre nosotras. No nos dejaron sacar ninguna de nuestras pertenencias. Nos refugiamos como pudimos porque estábamos en ese estado de inseguridad de no saber qué nos iban a hacer: arrestar, matar o violar”.
Entramos en un estado de shock -dice Eugenia-, cuando quedaron atrapados entre dos cordones de policía. “Gracias a la intervención de nuestros cumpas y el abogado pudimos salir de esa situación hacia la ruta 38. Todo lo que teníamos en el acampe lo allanaron. Después supimos que se lo llevaron a la comisaría de Cosquin”.
Los y las integrantes de la asamblea socio ambiental de Punilla reclaman que las obras no avancen hasta tanto la justicia responda al amparo presentado meses atrás para frenar este mega emprendimiento. Este tipo de accionar violento, da cuenta del entramado entre gobiernos, justicia y empresas, que siguen con la construcción de una Autovía, que lejos de ser una prioridad para el Valle, demuestra ser un gran negociado y un engranaje más del ecocidio que se está viviendo en todo el territorio.
El desalojo y su contexto
Es fundamental comprender estos mega proyectos en su contexto. Históricamente la apropiación de nuestros territorios ha sido uno de los propósitos fundamentales del sistema capitalista. Hoy nuestro mapa sudamericano está siendo nuevamente alterado, donde las prácticas extractivistas, que son las que facilitan y posibilitan el saqueo de los bienes comunes, requieren de una base material de infraestructura. En efecto, el flujo de nuestros bienes comunes transformados en mercancías por este modelo necesita de rutas, autovías, hidrovías, puentes y de fuentes de energía para ser entregados a los países centrales.
¿Qué es “I.I.R.S.A”?
La Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), se origina con el fin de saldar esta necesidad estructural, pero no es simplemente una adecuación técnico-material, sino que constituye una avanzada colonizadora -en términos económicos, políticos y culturales- sobre todo el subcontinente, donde la riqueza natural de los países denominados periféricos es saqueada y expoliada en beneficio de los países centrales o empresas multinacionales.
La IIRSA surgió de la Reunión de Presidentes de América del Sur realizada en agosto del año 2000 en la ciudad de Brasilia, como un mecanismo institucional de coordinación de acciones intergubernamentales de los doce países sudamericanos, con el objetivo de construir una agenda común para impulsar proyectos de integración de infraestructura de transportes, energía y comunicaciones.
La Iniciativa comprende una integración longitudinal, de sur a norte y una transversal que trata de comunicar el Océano Atlántico con el Océano Pacífico. El objetivo es adecuar técnicamente el espacio geográfico para posibilitar una eficiente y rápida explotación y saqueo de nuestros bienes naturales. Es un proyecto asociado a una planificación territorial, donde los distintos ejes de integración y desarrollo reordenan los territorios, hacen una nueva planificación de tipo neoliberal que se superpone sobre otras territorialidades establecidas.
Es en esta expansión de la modernidad neocolonial y capitalista, donde la IIRSA integra no sólo una geopolítica de la dominación, sino que conforma una nueva dinámica donde la dominación adquiere otras formas, con una neo colonización casi total de nuestros mundos de vida, disfrazándose muchas veces, de “progreso”.
¿Cómo se relaciona I.I.R.S.A. y la Autovía de Montaña?
Hay una invisibilización de este mega proyecto, que es presentado por tramos o de forma aislada, como propuestas gubernamentales -siendo el caso en nuestra región de la “Autovía Punilla”-y difícilmente las poblaciones locales vean la magnitud de esta planificación.
Estos mega proyectos tienen dos aspectos fundamentales. El primero, compete a la ejecución de las obras de infraestructura: túneles, canalizaciones de ríos, puertos, rutas, hidroeléctricas, etc. El segundo, corresponde a las economías extranjeras que se potencian con esto: la llegada o ampliación de las empresas mineras, la compra y apropiación de tierras, la privatización del agua, etc., que con las obras terminadas tendrán garantizado el transporte de nuestros bienes comunes, es decir su saqueo.
De los diez ejes estratégicos, el “Eje Mercosur Chile”, es el que atraviesa la Ruta Nacional N° 38, unifica gran parte de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, ya que ninguno de estos países tiene salida al Pacífico, por eso la salida está contemplada por los puertos chilenos. El principal objetivo de este “Corredor Bioceánico” es el transporte de soja y cereales, y fortalecer el extractivismo minero.
El 6 de agosto del 2018 en pleno conflicto con el primer tramo de la Autovía Punilla, el diario La Voz del Interior a través del periodista Pablo Petovel daba cuenta de los hechos que definen estos proyectos.
La nota “Las obras son la gran deuda de la Región Centro” tapa de diario, salía para el aniversario número 20 del surgimiento de la IIRSA:
“Era la infraestructura que serviría para llevar al mundo el gran potencial productivo de la región: entre las tres (Córdoba, Santa Fé y Entre Ríos) reúnen poco más del 50 por ciento de los granos sembrados, el 70 por ciento de la maquinaria agrícola, el 90 por ciento de la elaboración de aceites, casi el 70 por ciento de leche, todo el maní y algo más de la mitad de la producción avícola de todo el país”
Con una estrategia de unificar las provincias del centro de Córdoba y Santa Fé luego se sumaría Entre Ríos, por aquellos años entre el 1998 y el 2004 se firmarían los acuerdos institucionales que darían forma a estas megas infraestructuras para completar el corredor biooceánico central. Aquel que permitiría unir el Atlántico con el Pacífico, interconectando los estados del sur de Brasil con las regiones del centro de Chile, pasando por el sur de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Cuyo.
Sin embargo la nota da cuenta de la falta de alcances que han tenido las diferentes gestiones para poder desarrollar lo planificado: “La región centro sólo se potenciará si alcanza a conectarse eficientemente con el sur de Brasil y con el centro de Chile. Si eso no se logra, aquel sueño de potenciar las economías provinciales quedará en una expresión de deseo”.
Así estos proyectos se instalan con el fin de agilizar la extracción de nuestros bienes comunes, rediseñando la geografía del continente e imponiendo una territorialidad neoliberal total en función del saqueo capitalista. Pero, a lo largo de todos los territorios hay pueblos que resisten y protegen la vida, es decir, la soberanía alimentaria, el buen vivir, la autogestión, una economía de la vida. La necesidad de multiplicar las luchas se hace cada vez más imprescindible ante la avanzada voraz de este modelo de destrucción y muerte.
Bernardo Ferraris