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Por los derechos de las audiencias: Federico Fumiato expuso en la Audiencia de la Defensoría

Entre los días 27 y 29 de junio se desarrolló en Entre Ríos la audiencia Pública de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Federico Fumiato, integrante de Cooperativa Viarava se hizo presente con la voz y la visión serrana.

Compartimos el texto:

Venimos de las sierras cordobesas, desde Capilla del Monte, con una antena en el Cerro y el transmisor en el corazón. Y con la incierta esperanza de sumar algo de valor a estos debates. Se nos juega el porvenir en lo que hagamos con la comunicación de nuestros días. Intentaré dejar un mensaje complementario al resto de los que pude escuchar estos dos días.

Soy parte de Una Radio Muchas Voces, emisora comunitaria, parte de FARCO. Ha sido mi tarea los últimos 20 años. Soy periodista y me dedico principalmente a programas educativos, culturales, que promueven la agricultura familiar, la soberanía alimentaria, entre otros y, en definitiva, el horizonte cultural del Buen Vivir en toda su complejidad, como salida americana a la crisis civilizatoria actual. También soy Concejal de mi ciudad.

Vivimos entre monte y arroyos y nuestro paisaje nos define. En su nombre quisiera hablar. Es lo que llamamos la visión serrana del mundo.

Intentaré, si me dan las palabras, poner en alerta sobre las nuevas colonizaciones de la visión urbana que prisma todas las visiones.

La radio es cosa, no datos. La radio vehiculiza voces, no fantasmas. Es cuerpo y aire con tiempo y melodías.

A la radio no se accede, se comparte. Por eso siempre parece cosa de antes. Y nos da la sensación que se irá también, con el resto de las cosas, en la era de los datos.

El siglo XXI nos está enfrentando a desafíos de una envergadura que nuestras categorías, instituciones y normas previas de corte liberal no pueden resolver.

Cambio climático, hipercontrol digital, inteligencia artificial, biotecnología, extrema concentración de la riqueza, malnutrición, descomposición social, riesgo nuclear. No quiero amargarles, pero tengo 5 minutos y mi voz se evapora.

¿Es adecuado el régimen legal vigente como mecanismo para la regulación del espacio mediático actual?

El régimen legal vigente no incorpora la imperiosa necesidad de distribuir la población y, en consecuencia, los recursos y estrategias en el territorio. Se sostiene el modelo que arrastramos de la revolución industrial de centralización radical (de la energía, las finanzas, la educación, el empleo, el consumo) en los conglomerados urbanos profundizando los problemas más agudos. Sin embargo, está llegando el desplazamiento, la inversión de este proceso. Cada vez más jóvenes y sus familias buscan el retorno. Salir del amontonamiento y construir comunidad en los márgenes del centro. Los estudios indican que se va a profundizar… y que no hay más opción. Sin embargo la legislación y las políticas que se aplican siguen un modelo que concentra y, en el mejor de los casos, distribuye, fortaleciendo una estructura sin futuro.

Por los derechos de las audiencias: Federico Fumiato expuso en la Audiencia de la Defensoría

¿Está garantizada la pluralidad y diversidad de voces?

Por tanto, las voces hegemónicas de este modelo también son las que representan (o sobrerepresentan) el modelo civilizatorio urbano. En primer lugar con la regulación mercantil de la comunicación, donde quien posee los medios financieros y reproduce los intereses del capital, puede expandirse sin límites por el espectro y por las redes. Nuestras comunidades rurales también están invadidas de repetidoras. Pero también porque se impone la virtualidad, como si se tratara de un régimen más democrático. Fortalecemos la digitalización que desmaterializa y descorporeíza el mundo que se vacía de cosas y se llena de información inquietante como voces sin cuerpo. Los medios digitales sustituyen así a la memoria e inhiben incluso la posibilidad de rebelarse.

¿La conectividad debe ser considerada como servicio público?

Pues sí, pero debemos entonces evaluar la conectividad en su medida actual, es decir: sin regulación, sin elemento humano capaz de controlar el algoritmo, puro mecanismo de sobrecodificación y recaptura de lo diverso a través del smartphone. Cabe la pregunta: ¿Nos salvará del colapso la mayor y más distribuida conectividad o profundizará la dominación digital absoluta? No niego que deba ser un derecho y un servicio público, pero debemos poner una urgente atención al modo de asimilación, a la regulación, alertar sobre los peligros de infocracia y sobre todo a profundizar el fortalecimiento de los medios locales como orientación comunitaria en el mundo sin alma de los datos. De otro modo, seremos apenas vehiculizadores de armas de control masivo.

Como se plantea en el Plan de Desarrollo Humano Integral, los desafíos actuales nos obligan a invertir el proceso de centralización (visión urbana del mundo) y fortalecer una cosmovisión que llamamos Buen Vivir y que se resume en la estrategia del rizoma, o del telar. No es la pirámide sino el círculo la figura, ya que no hay un progreso indefinido hacia adelante con la acumulación de capital sino el equilibrio y la armonía con el resto de los seres que pueblan el mundo. En definitiva, copiar el modelo de ecosistema.

Como mecanismos de intervención estatal podemos mencionar: la distribución de tierras para repoblar el territorio y los recursos directos a las organizaciones comunitarias que construyen los vínculos para armonizar este impacto.

¿Qué políticas públicas deberían diseñarse, aplicarse o profundizarse en relación al sector sin fines de lucro de la comunicación?

El sector sin fines de lucro es precisamente la custodia de valores propios de Nuestramérica. Es una semilla de bosque nativo y alimento sano en el reino del Metadata. Los medios comunitarios no son solo radios chicas, de baja potencia, que equilibran el espectro. Son la América Profunda emergiendo del inconsciente sepultado, trayendo la historia infinitamente diversa para rehabilitar una esperanza antes del colapso. Precisamos que se fortalezcan reconociendo este trabajo a la par que un ingeniero o un médico o, mejor aún, un maestro. Si la comunicación es un derecho, como la salud y la educación, entonces les comunicadores deben contar con un ingreso acorde a su labor para que el pueblo se exprese…sin fines de lucro.

Quienes vivimos en los pequeños pueblos no somos, como nos nombran la mayoría de las políticas públicas, sectores vulnerables, somos actores de la transvaloración. Solo se nos ve vulnerables desde el paradigma urbano de acumulación. Tenemos poco, es verdad, incluso poca conectividad. Pero, ¿es acaso más información y datos lo que precisa el mundo que viene?

¿Qué enfoques y qué medidas se requieren para que los derechos de los diversos sectores, especialmente los históricamente marginados del sistema de medios, estén contemplados en este escenario? ¿Se deberían producir nuevas regulaciones que incorporen una perspectiva de género en la actividad?

Nuestras organizaciones estamos avanzando muchísimo en la perspectiva de género, con autoformación, con la disposición siempre viva de incomodarnos, de esquivar los anzuelos del poder. En este sentido, no sería nuestro anhelo que se siga poniendo el ojo en lo que hacen los grandes medios masivos lucrativos sino, como hemos enfatizado, en fortalecer estos procesos de abajo, locales y regionales, reconocer la tarea brindando herramientas para que sigamos formando comunidad en equidad e igualdad y enfocar las regulaciones y los recursos hacia este paradigma donde las mujeres van siendo las protagonistas.

En resumen, es preciso que la Defensoría acompañe las demandas de las inmensas minorías que reclamamos un nuevo paradigma de desarrollo humano integral en equilibrio con la naturaleza, recuperando los vínculos comunitarios como plataforma para reconstruir los ecosistemas dañados, alejados del modelo de maximización de la ganancia y de “inclusión” en un sistema urbanocéntrico dominado por un algoritmo sin mundo.

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