A partir de esa convocatoria, el 3 de junio quedó como una fecha inamovible en el calendario feminista. Un día que recuerda todas las que faltan y las deudas del Estado ante el flagelo de la violencia que continúa. “El momento en que nos permitimos como sociedad dejar de callarnos y de que nos callen”, dice Carolina Carrizo, comunicadora e integrante del laboratorio FURIE, desde donde analizan cómo comunican los medios en la provincia de Córdoba las temáticas vinculadas a las violencias de género.
Para Carolina, el 3 de junio del 2015 fue una bisagra, una fecha, que trascendió las fronteras y recuperó lo público como escenario central del “No nos callamos más”. Desde lo político, permitió instalar en una acción concreta y global, cómo el patriarcado es un sistema de opresión vigente en todas las geografías. “Siento que por momentos causó un efecto dominó”, trasmite Carolina y reflexiona en torno a esta fecha que tocó esa fibra de dolor que reposa como una espina en la intimidad de tantas vidas. La violencia normalizada implicaba ser parte de un esquema familiar: «era normal que en algún momento de sus vidas hubieran sido abusadas/os, eso que era un secreto a voces”.
La calle está ganada. Las palabras se hacen eco en historias que se reproducen por miles. La fuerza del colectivo demostró que el primer paso era romper el silencio. Sin embargo, ante los fríos números de las estadísticas, se demuestra que aún es urgente que en juzgados y fiscalías, se reviertan las prácticas misóginas y patriarcales en las formas de investigar e impartir justicia. “Me parece que ya es momento de que el Estado y la justicia tomen cartas en el asunto. Se van haciendo algunas adaptaciones jurídicas legales, pero creo que nos falta un largo camino como sociedad”, asegura Carolina.
Las estadísticas
En lo que va del año, en Argentina se registraron 101 femicidios y 3 transfemicidios. Según los datos del Observatorio “Ahora que sí nos ven”, el 55% de los femicidios fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas.
A su vez, registraron que 20 víctimas habían realizado al menos una denuncia y 14 de ellas tenían medidas de protección. Mientras que al menos, 71 niñxs perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista.
“Advertimos por aquellos casos en que no terminaron con la muerte de la víctima. Datos que nos permiten dar cuenta de la real magnitud y la complejidad de la violencia machista”, explican desde el Observatorio y agregan que en lo que va del 2023 hubo 96 intentos de femicidios y 17 intentos de femicidios vinculados.
El 22, 2 % de los femicidios ocurrieron en la vía pública. El 59,6% en la vivienda de la víctima, que la mayoría de las veces comparte con el agresor. En muchos casos las víctimas no pueden dejar el hogar al carecer de recursos económicos. Esa cotidianidad de violencia se genera de diversas maneras, a veces imperceptible, hasta llegar al extremo del círculo que es cometer un femicidio.
Según el “Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción” del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, las mujeres ganan, en promedio, un 28,1% menos que los varones; los sectores de menores ingresos están compuestos casi en un 64% por mujeres; la tasa de desocupación es del 7,8% para las mujeres y del 6,1% para los varones; y las mujeres están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales. “En este escenario la inclusión de las mujeres en el mundo del trabajo y la distribución igualitaria de las tareas de cuidado son fundamentales para prevenir violencias y generar una situación propicia para que puedan salir de esa situación”, expresan desde el Observatorio.
Los medios de comunicación
Desde el año 2019 el Laboratorio FURIE releva un análisis de determinados medios de Córdoba, sobre cómo informan los casos vinculados a femicidios, transfemicidios y crímenes de odio. “Haciendo un análisis del año pasado, pudimos ver que no todos los medios tenían editora de género”, dice Carolina y aclara que ni los medios, ni la policía cuentan con personal que los asesore. “Hago hincapié en esto, porque los y las colegas relataron que la primera fuente a la que recurren es a la policía, después los casos pasan a jurídica legal y se comunican con prensa de Tribunales”.
María Fernanda Bratti es la coordinadora del Laboratorio. Cuando piensa en lo que hacen, lo describe como un espacio de indagación y reflexión multidisciplinaria con la participación de la academia, el territorio y Tribunales. “Tiene una propuesta de salir hacia nuevas narrativas que están vinculadas al arte”, explica y comenta que durante el año pasado se llevaron a cabo diversos talleres para pensar otras formas de comunicar los casos de violencias extremas.
Trinidad Ayán trabaja con Carolina en el Equipo de investigación de femicidios, crímenes de odio LGTBIQ+ y desapariciones forzadas dentro de Córdoba, que pertenece al Instituto de Comunicación Institucional, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba. “Tratamos de sacar estadísticas generales sobre cómo los medios de la provincia de Córdoba abordan las noticias sobre estas temáticas, cómo se dirigen a la justicia y si cumplen con la normativa vigente de violencia de género, tanto a nivel provincial como nacional”. El equipo también depende del Tribunal Superior de la Provincia de Córdoba, “al tratarse de una actividad académica calificada de transferencia que involucra a otros actores sociales por fuera de la academia”, dice Trinidad.
Entre los años 2019 y 2022, se relevaron un total de 342 notas sobre femicidios y crímenes de odio. Se analizaron medios como Cadena 3, Cba24, Diario La Voz de San Justo- San Francisco, El Diario de Villa María, El Docetv, El Diario de Carlos Paz, La Nueva Mañana, La Voz, Puntal de Río Cuarto y de Villa María y Telefé de Córdoba. Una de las variables observa la cantidad de notas en las que se menciona la identidad de la víctima y no la del agresor o presunto. En 68 notas (19,83%) se nombra la identidad de la víctima y sólo en 4 (1,17%) se nombra la identidad del agresor.
Por otra parte, hay normativas que implican que los medios de comunicación deben divulgar los números telefónicos de ayuda en casos de violencia. Sin embargo, el informe arroja que en un 69, 21% de las notas, estos datos no han sido difundidos. “Casi que no los publican o publican el número 144. Pero si hay una urgencia, se debe llamar a la policía o al organismo competente en la jurisdicción de la víctima. El 144 es solamente una línea de consulta, no es para atender urgencias”, aclara Trinidad.
Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda, comunicate:
Línea nacional 144
Línea provincial polo de la mujer 0800 888 9898
Las 24 hs0800 222 1717 para denuncias y asesoramiento por abuso sexual en la infancia y adolescencia
En Capilla del Monte
Maria Rosa Rossi, Mirta Horrach, Paula Taormina, Luciana Arenas, Sabrina Ochoa, Mariela Natalí, Cecilia Basaldua, Thiago Moyano (víctima de femicidio vinculado), son las vidas que faltan en Capilla del Monte como consecuencia de la violencia machista.
Fue en el año 2020, cuando Mariela Natalí (febrero) y Cecilia Basaldúa (abril), fueron desaparecidas y encontradas sin vida en distintos lugares de Capilla del Monte. Al día de hoy, no existen responsables por sus muertes. La impunidad que rodea la causa de Cecilia llegó a involucrar a un inocente en su crimen. Durante dos años Lucas Bustos estuvo privado de su libertad, sin pruebas, en la cárcel de Cruz del Eje, por orden de la fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm. En el 2022, el juicio que lo llevó al banquillo de los acusados, demostró no sólo su inocencia, sino las graves irregularidades en la investigación judicial de la causa. En la actualidad, está en curso una nueva investigación a cargo de la Fiscalía de Cruz del Eje. El caso de Mariela, nunca fue investigado.
La singularidad de estos crímenes ha llevado a que hoy sean denominados como femicidios territoriales, ya que no responden a los modelos epistémicos tradicionales de la teoría de género y que no hablan de vínculos de pareja e intimidad, “sino de tramas de narcocriminalidad e impunidad territorializadas, con participación de agentes estatales tales como policías, gendarmes y fiscales”, explican desde el Observatorio Lucía Pérez.
A 8 años del femicidio de Chiara Paéz, su femicida -Manuel Mansilla- fue beneficiado en marzo de 2023, con la reducción de la pena. “Necesitamos un cambio desde lo judicial y lo legislativo para que no queden baches que beneficien a los asesinos”, había dicho su mamá, Verónica Camargo.
Las deudas de la democracia siguen siendo banderas en las calles de todo el país. La corrupción dentro de las fuerzas de seguridad en connivencia con la justicia, se ha convertido en una forma de proceder impune que correo cada vez más a la sociedad.
Lamentablemente, al cierre de esta nota, fue otra vez noticia que la violencia machista se llevó la vida de una mujer en Cruz del Eje. El femicida, Fernando Heredia, le disparó a su ex pareja, Evelia Zárate. Una causa más donde el mismo fiscal a cargo, Raymundo Barrera, dio cuenta de que había una denuncia previa de la víctima, la cual había quedado paralizada en la etapa de pruebas.
Son 8 años y el grito NI UNA MENOS sigue siendo un reclamo urgente, vital. Las muertes duelen, sus cuerpos van trazando una historia tan personal como colectiva. Un reclamo que aún es sordo entre las promesas de campaña.
Por todxs lxs que faltan, el NI UNA MENOS es también su memoria irreverente, el deseo compartido que nunca dejará de latir para cambiarlo todo.
Acciones en Capilla del Monte
Sábado 3 de junio
13:30hs.: Plazoleta Balumba. Restauración del mural en memoria de las víctimas de femicidio.
17hs.: Cine debate en Merendarte, salón comunitario La Dignidad. Irigoyen 868.
Convoca: Movimiento Plurinacional disidente y feminista de Capilla del Monte.
