Derechos HumanosDestacadosEn la región

Juicio por Joaquín Paredes 7ma. audiencia: “Hoy ya no lo dicen, ya no se les pasa por la cabeza irse con su amigo”.

Compartimos la síntesis elaborada en trabajo colaborativo entre las distintas organizaciones sociales, feministas y de derechos humanos de la región que acompañan a la familia de Joaquín.

Audiencia 7: miércoles 2 de agosto

El primer testimonio lo da Maribel Paredes, tía de Joaquín. Conoce a Luna y Alvarado-imputados-y a su sobrino Joaquín y amigo Brian.

El sábado 24 a la noche cenaron en familia porque hacía calor. A eso de las 2.30 ve que llega el móvil policial a la plaza. Desde su casa se ve todo el lugar, ya que están a menos de media cuadra. Había 5 chicos y en la plaza había más gente, seguro más de 10 personas. Llegan con las armas y escucha que los chicos les dicen a los policías “guarden las armas”. Se acercó al alambrado, para ver si estaba Joaquín, y no estaba. Alguien le dice que su sobrino estaba en lo de Paola. Se quedó más tranquila.

Estando durmiendo la despiertan las balas. Escucho que una mujer le decía a su mamá que vaya, que le habían pegado a Cabu. Habló con su hermano y le dijo lo que escuchó. Salieron hacia el lugar. Mientras iban, escuchó disparos que venían desde la plaza. Vio a sus amigos correr desesperados, gritando que mataron a Cabu. Llegó, lo vio tirado, le habló y no le respondió. Una mujer le dijo que no la iba a escuchar, porque estaba muerto. Se le vino el mundo abajo y se desesperó.

Vio que se acercaba su mamá, y no quería que lo vea. Intentó calmarse y le dijo que Joaquín iba a estar bien, pero ya sabía que estaba muerto. Llegó a su casa y llamó a su tía, que es enfermera, para que la ayude a contarles.

Maribel comenta que 9 veces allanaron la casa de Brian, sin orden desde fiscalía.

Pregunta la defensa: ¿Por qué dice que los allanamientos no tenían orden de la fiscalía? “Porque Paola llegó a tribunales a consultar y eso le respondieron”.

¿Por qué no salió la enfermera? “Habrá escuchado los tiros de la policía y no habrá salido por miedo”.

Pregunta Videla-defensor de Sosa Gallardo-sobre las armas, a lo que la testigo respondió: “Son las que tienen en la cintura puesta”.

El segundo testimonio lo da Romina Rodríguez. Quien conoce a Luna, Alvarado y Ronald.

El 25 a la madrugada, uno de sus hijos le manda un mensaje por celular, que ella no lee. La llama su otro hijo y le dice, llorando, que habían matado a Joaquín. Ve el mensaje del otro hijo, quien le dice que la policía lo había matado. No lo podía creer, a pesar de que era frecuente la persecución. Una vez los persiguieron a los tiros en el campo.

Tenía un vecino que se suicidó en enero. Lo vivían maltratando. Los allanan, se llevan sus ropas, que se compran trabajando en el campo. Muchos chicos dejaron la escuela para ir a trabajar, no saben leer ni escribir.

Como vive a dos km, va a la casa de su hijo y lo encuentra tirado, llorando por su amigo. Va a la casa de su hermana, que vive al frente. Llega un señor que le pregunta qué pasó, le explicó. Eran Corzo y otros dos, ellos no dejaron pasar. Ella llegó al pueblo a las 5.30. Corzo llegó a las 7.30

“No sé si nos persiguen por ser pobres, por ser negros o porque hasta tuvieron que desmontar para hacer una canchita y poder jugar sin que los molesten”.

Denunció al padre de Alvarado por amenazas desde su auto.

La defensa pregunta: El hostigamiento desde cuándo es y por qué: “Desde antes y después, porque somos pobres, porque la policía por tener un uniforme y un arma se creen superiores”.

Videla pregunta si desde la página “Justicia por Joaquín”, se hacen denuncias.

Foto: Juan Mazzeo

El tercer testimonio lo da Carlos Julio Sánchez, que es un ex sacerdote, a quien le preguntan cómo son los jóvenes de la zona.

Sánchez responde que los jóvenes de Paso Viejo son trabajadores. Cuando llegó a la zona no había escuela secundaria, se iban en familia a trabajar. Dejaban su infancia y se iban a trabajar. Siguen siendo trabajadores. La falta de tierra y empleo hace que el trabajo escasee. No hay tierras propias asi que trabajan para los demás. Desde el año 2000 aprendieron a ser estudiantes. No da clases ahí, pero sí dio talleres.

Aparte de ser trabajadores y estudiantes, son personas que tratan de pasar de la infancia a la adultez, con brechas y normas que no los escuchan. No se la hacen fácil las reglas, no se discuten con ellos, son impuestas y le suman los prejuicios del alcohol, de la vagancia. En cuestión de tensiones la situación se resuelve a favor del más fuerte, la prueba de esto es el cuerpo abandonado de Joaquín y el de Diego Chambi.

La deserción escolar en Paso Viejo, y en la zona, es un problema del sistema educativo, de poca apertura y escucha para los jóvenes, que tienen gran experiencia en el campo, no se aprovecha y se desperdicia esa oportunidad. Ante preguntas relacionadas al pueblo, por parte de la defensa, comenta que: “Hay algunos propietarios de negocios, trabajadores independientes. Brecha escandalosa no hay, pero si existe entre quienes tienen algo y quiénes no”.

Se da un cuarto intermedio y al regresar el cuarto testimonio es de Héctor Valenzuela- Psicólogo del grupo, quien no conoce a los imputados.

Comenzó a trabajar hace dos años. Pertenece al centro Ulloa, que es un dispositivo de la secretaria de DDHH y Justicia de la Nación, creado en el año 2010/11, nucleada por distintas instituciones para acompañar a víctimas de grandes violencias institucionales.

Fueron convocados en 2021, para ponerse a disposición de las víctimas, pero estaban agrupaciones locales, departamentales y provinciales, quienes acompañaban, por lo que se retiraron. Intervino primero provincia y fue acordado con ellos el acompañamiento. En abril-mayo, gente de la comunidad “Justicia por Joaquín” los convocan ya que las agrupaciones anteriores no estaban asistiendo. Se acercó en esa oportunidad para informarse. Esa comunidad está conformada por mamás protectoras, familias y técnicos.

En junio llega la demanda concreta. Pudieron observar la situación difícil. Evaluaron la presencia semanal en la localidad, acompañando amigos y familiares. Con la licenciada Natalia Fernández, viajaron dos veces por semana. Fue muy difícil acercarse a los jóvenes. Sumaron a una técnica de Senaf Nación.

El centro Ulloa es integral ya que nuclea programas con victimas estatales con asistencia en salud mental con psicoterapias. Tiene trayectoria latinoamericana e internacional.

El trabajo ha sido muy difícil con algunos más que otros, ya que son jóvenes culturalmente distintos en lenguaje, vestimenta. Explica las características de una de las víctimas, analiza los alias: algunos puestos entre amigos, otros heredados de sus padres. Compara con pibes de otras ciudades con quienes las características son abismalmente diferentes.

Se produjeron encuentros grupales, otros individuales. Comenta sobre expresiones de pibes que manifestaban “querer irse con Joaquín”, en esas situaciones se realizaban asistencias de emergencias para luego dar intervención a otras instituciones.

Comenta que se creó la Mesa de las Infancias y un área local de jóvenes e intervención. Incluyendo áreas provinciales que están obligadas hacerlas y que no existía en Paso Viejo.

¿Cuál ha sido la relación de los jóvenes con la institución policial?

El encuentro entre jóvenes y policía salió desde el primer momento, a veces de manera privada. El 99 por ciento, ha sido violento o violentísimo. Puede contar cientos de ejemplos, sin violar el secreto profesional. Varios jóvenes en grupo y de manera individual que fueron retirados de los lugares donde estaban. Una vez los sacaron de la cancha y se fueron a otra cancha, fuera del pueblo. Ahí también llega la policía, los hacen correr y les disparaban con armas de fuego hacia ellos y al aire. Mientras corrían, uno de ellos decía que sintieron zumbar el corchazo en la oreja. Ante su pregunta si había denuncia, responden que, en algunas situaciones, sí. Los chicos naturalizaron la violencia. Todas estas situaciones fueron derivadas a las instituciones correspondientes. El sistema los lleva a naturalizar estas situaciones, ya que, si pasó una vez y no se sancionó, hay muchas posibilidades de que vuelva a suceder. Entiendo que denunciaron una vez y eran los mismos que después los hostigaban. Entiendo que luego se denunció en fiscalía. Si no hay sanción, los jóvenes pierden el respeto porque no son respetados, y peor aún, porque son maltratados. Es el Estado quien debe garantizar el respeto mutuo, el ida y vuelta.

Es necesario que el Poder Ejecutivo, más el Ministerio de Justicia, deben complementar y crear las formas óptimas para que funcione sin violencia.

Hacen reuniones con los chicos, grupales e individuales. La demanda ha sido de los adultos para los chicos. Desde ellos, llevó tiempo que cuenten qué les pasaba y qué necesitaban. Hay chicos con pesadillas, problemas gastrointestinales. Brian pone mucho su brazo en el bolsillo, cuando se siente en riesgo.

Tres chicos lo han especificado, aunque son más quienes “quieren irse con Joaco”. Hoy ya no lo dicen, hoy ya no quieren suicidarse, ya no se les pasa por la cabeza irse con su amigo.

Le preguntan si les cree a los chicos lo que le dicen. Sí, porque corroboran las escuchas. Se forman en estas problemáticas. Por principio se debe creer a las víctimas. Es la primera vez que está en un lugar con la extrema violencia y tantas dificultades para acercarse. Son pibes que están expulsados de todas las instituciones, del Estado inclusive, en una lista que no pueden entrar al baile ni en Tuclame ni en Soto.

Recomienda que, a partir del daño extendido, evaluar para poder reparar algo de todo lo que se rompió, que puede ser hasta transgeneracional. Confirma que los chicos hablan todos con la verdad. Los chicos sueñan con Joaquín, que los salvó.

Ante una pregunta del defensor García: ¿A qué se refieren los chicos cuando se nombran negros y pobres? Es una cuestión de sentido común, el negro pobre no es quien tiene posibilidades a ciertos bienes y derechos. Amplia que el centro de vida es donde el joven reside. Algunos chicos se van del pueblo por la persecución y porque encuentran trabajo en otros lugares. Saben que en Paso Viejo no tienen futuro.

También pregunta la defensa algo que en otra audiencia le hizo a uno de los menores testigos: la frase “nunca gorra siempre visera” qué significa: Valenzuela responde “es de larga data, del código de faltas transformado en código de convivencia, decía que no se podía usar socialmente la gorra, pero la institución policial sí”. En la institución, ciertos policías discriminan en la calle al pibe morocho, con gorra. Pregunta Rodríguez si cree que hay odio para la policía. “No, hay bronca y mucho, mucho miedo”.

Solamente a un joven vi llorar en estos dos años, pero a todos-sin excepción- después de salir de esta sala, vi llorar. Los indicadores emocionales son bronca y miedo. Miedo a los policías, miedo a los uniformes y un fuerte efecto de ciertos símbolos.

El quinto testimonio lo da Alberto Barrera, quien es chofer de Sosa Gallardo.

Cuenta que, desde el móvil, a 60 metros, ve como los chicos tiran piedras. Con armas de fuego no vio que nadie disparara. Se escuchaban detonaciones, pero no vio. Sosa le ordena que sacara el móvil porque si se rompe le hacen un sumario y debe pagarlo.

Ante la pregunta de la fiscal sobre cómo es Sosa, como jefe, responde: “Él era quien lo defendía frente a los problemas. En lo personal era bueno”.  Esa noche, antes de Tuclame, ingresa el pedido de un hombre, lo escuchó y le dijeron: se solicita al superior de turno, desde Paso Viejo”. Cuenta que recibió la orden de sacar los móviles. Escuchó disparos, pero no vio quien los hacía, ya que no había luz. En ese momento no tuvo contacto con los demás compañeros, a los 10 minutos llegaron refuerzos desde El Bañado.

Antes de correr los vehículos se bajó y vio las piedras. Se escuchaban gritos como si fuese una cancha. Sacó los móviles marcha atrás. Frente a la comisaria estaba un móvil blanco, una camioneta y un Cronos. Sacó los móviles a las 5 am, por orden de Sosa, los jefes de la investigación llegaron a las 9 y debió quedarse en el pueblo hasta las 14.30.

Familia Paredes. Foto Juan Mazzeo

El último testimonio lo da Julio Farías, personal retirado de la policía de Córdoba, comisario general, creador del protocolo policial, con domicilio en Córdoba.

Trabajaba en Formación y Recursos Humanos. Asesoraba a la jefatura. Es especialista en seguridad pública, es licenciado y con un post grado en seguridad. Trabajó 30 años. Cuenta que la policía se forma en dos escuelas, la de suboficiales (Ciudad de los Cuartetos) y la de oficiales (Barrio Las Palmas).

La formación se alargó, luego de este hecho. Le preguntan sobre la formación en uso de armas. Al observar algunas irregularidades en la formación, le propone a la jefatura algunas modificaciones. Son 14 mil hombres armados y no tienen un polígono de tiro propio. Alquilan uno. Los policías deberían realizar un entrenamiento anual de tiro. Eso no se hace. La idoneidad se mide cada cuatro años. Desde que se creó la escuela de tiro, se ofrece que lo hagan sin costo, pero depende de cada uno. El entrenador es deportivo, no policial. A cada policía se le entrega un arma corta y se hace responsable de la misma. Son provistos por una dependencia.

Sobre las armas largas, son responsabilidad de la dependencia, no del individuo, no se la pueden llevar a su casa. Sólo se controla en un lugar seguro.

La principal función de la policía es la prevención y el resguardo de la vida.

El 90 % es prevención y el 10% es reacción, puede ser sorpresiva o planificada. Cuando es planificada es cuando se analiza y toma una decisión. Cuando es sorpresiva: reacciona con lo que ya sabe, depende del entrenamiento y la formación que tenga. Como ser humano, lo primero es miedo y reacciona con la adrenalina.

Se puede trabajar esto con entrenamiento. Si esta situación de stress dura más de un minuto la persona se desmaya. Suele durar segundos. Hizo un trabajo final sobre este tema. Explica cuestiones sobre cómo se mide la idoneidad en las prácticas de tiro. Explica la regla 5 x 5, cinco metros, en cinco segundos, cinco tiros. Sería fantástico llevar al personal a ese nivel, es tener la “mano caliente”.

No está prohibido el uso de escopeta en la vía pública. Si tienen que estar formados específicamente. Habla sobre la escopeta como herramienta de disuasión. Impone distancia, respeto. De la ley surge el concepto de usarla ostensiblemente. La escopeta no tiene funda, se manipula al frente. En lugares cerrados está prohibido el uso de escopeta.

El policía de Córdoba tarda 3 ó 4 segundos en desenfundar el arma. En un contexto de poca iluminación donde hay agresiones, verbales u otras, tienen que correrlo 10 metros y llamar a otros policías.

 La formación de los policías es limitada, no salen a correr porque no tienen tiempo. Les hemos bajado la exigencia para que la policía de Córdoba apruebe. Antes todos reprobaban. Les decimos que corran hasta 10 metros. Están flojos en conducir vehículos policiales, no hay pista de práctica. El 99 % no tiene idea de defensa personal. Se enseñan técnicas de agarre y traslado. El 60 % reprueba el examen de tiro. Cuando vuelve de una situación no sabe expresar qué le paso.

Participó en la elaboración del protocolo, que fue una recopilación de normas que ya existían. Los policías no tienen otro elemento alternativo al arma letal.

Cuando se usa el término sara o saro es para referirse a un sujeto revoltoso o no.

Ya no da clases porque fue pasado a retiro por la causa de la muerte de una persona con problemas mentales en una comisaría de La Falda. Y eso le quitó la posibilidad de gestión. El 12 de julio de 2022 pasó a retiro.

La fiscal le pregunta porque cambió el tiempo de formación a partir de esta causa. Dice que cambió toda la cúpula de la policía y le dijeron a él que la formación se aumentaría a 3 años. Se llevó a 3 años de formación firmado por Mosquera y Grahovac.

El oficial ante una situación en la calle tiene que tener el doble de paciencia que antes. Le pregunta si el stress afecta. Dice que sí.

Un defensor intenta plantear la hipótesis de 15 jóvenes con piedras y botellas frente a 5 policías. Contesta que uno sólo puede ser letal. Le preguntan qué significa un disparo disuasivo. Contesta que están prohibidos. Pero dice que él lo haría porque está riesgoso. Sería un tiro al aire.

Le preguntan cómo debe actuar la policía ante chicos en una plaza tomando, en el interior. Contesta que tratar de acercarse y dialogar, decirle que se vayan a su casa.

Le preguntan cuánto tiempo de formación tuvo la camada de 2019, dijo: entre 9 y 11 meses. Le preguntan si los que se formaban en 9, 6, 2 ó 1 meses se le entregaba un arma. Y dice que sí.

La fiscal le pregunta si pasó algún tumulto y se resolvió, si se tiene que comunicar. Dice que sí, al superior inmediato. Le pregunta si tiene que avisar a la fiscalía y quién tiene que hacerlo. Dice que sí, si sabe a quién y si tiene los medios para hacerlo. Le pregunta si se inicia un proceso administrativo a los seis acusados. Está la oficina de investigación, pero es un cartel sin contenido.

La fiscal pide un informe si hay acciones administrativas en la policía hacia estos seis acusados. Un defensor dice que el sumario administrativo se basa en la investigación de la fiscalía. La fiscal dice que la policía hace su propia investigación. Pasan a un cuarto intermedio para resolverlo.

Resuelven darle lugar, con oposición del defensor Videla.

Acompañan en este Juicio las siguientes organizaciones: Movimiento Plurinacional disidente y feminista de Capilla del Monte. Movimiento Campesino de Córdoba. Unión de trabajo Popular. Radios comunitarias. Mesa de la Memoria de Cruz del Eje. La Colectiva. Colectivo Justicia por Joaquín. Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba. Mesa de Trabajo por los DDHH de Traslasierra. Familiares de víctimas de gatillo fácil de la provincia de Córdoba

Contactos

Fb: Justicia por Joaquín

Soledad Paredes 351 3602006//Ivana Reynoso 2934 476072//Claudio Orosz 351 5504945//Valenzuela, Héctor 351-6299299//Carlos Sánchez 351 3052471.

Foto: Juan Mazzeo

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba