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La política del despojo: veto, jubiladxs y represión

Después de la convocatoria para el día miércoles 11, la Cámara de Diputados ratificó el veto presidencial a le ley que disponía un aumento jubilatorio y una nueva fórmula de movilidad. Una masiva movilización llegó hasta el Congreso y la represión policial no tardó en desatarse después del resultado. En Capilla del Monte, desde las 11 de la mañana, integrantes de la Multisectorial y vecinos de la localidad se manifestaron en el semáforo de la ruta 38.

Luego de la negociación con los diputados de la UCR, en la Cámara Baja el resultado de la sesión fue de 87 votos a favor de la eliminación del veto, 153 en contra y 9 abstenciones. Un oficialismo que aprueba leyes que otorgan beneficios a las corporaciones económicas y elimina impuestos a los sectores más enriquecidos, pero sigue sosteniendo que el irrisorio aumento a los jubilados, una recomposición de un 8,1% y una actualización mensual según el Índice de Precios al Consumidor, tiene un impacto en el déficit fiscal. Desde enero, con todo el paquete de medidas que intentó sancionar el gobierno de Javier Milei, la mayoría de la población pasó a ser “gasto público”. En este caso, la ley vetada disponía un salario mínimo de 317 mil pesos.

En medio de un contexto de tensiones y desigualdad en aumento, cinco diputados de la UCR negociaron en la Casa Rosada aceptar dar vuelta su voto, y sumaron un total de 28 los legisladores que cambiaron de parecer entre una sesión y otra. Mientras las centrales gremiales y organizaciones sociales y políticas de todo el país convocaban a la marcha del día miércoles, el gobierno organizaba a las fuerzas federales para reprimir.

La postal de cada sesión en el Congreso es con violencia. Las formas de ejercer poder del gobierno de Javier Milei, sólo se respaldan con la represión estatal, siendo la cartera de seguridad uno de los sectores privilegiados para la transferencia de recursos.

En Capilla del Monte

Una jubilación mímina= a un gas pimienta, decía una de las pancartas que una vecina de Capilla levantaba durante la manifestación. Como en cada acción local, para visibilizar lo que está sucediendo, cuando el semáforo, ubicado en la ruta 38 y la calle Salta, se ponía en rojo, vecinxs e integrantes de la Multisectorial de Punilla Norte avanzaban en la ruta con carteles. Mientras que los autos pasaban acompañando con las bocinas.

“Estamos acá porque es mucho el maltrato que recibimos todas las edades de nuestro país y que se metan con gente que supera los 60 y 70 años, con tanta saña, no lo puedo entender”, dice en medio de la manifestación Paty Serbali, habitante de Capilla y jubilada.

“Y no puedo entender que estemos tan pasivos -agrega- con tantas cosas que nos afectan: falta de medicación, niños sin comer por las noches, jubilados que ya han tomado la decisión de suicidarse. Me parece que tendríamos que ser más en la calle. Se van a seguir yendo de la vida, por mano propia muchos y otros se irán porque el corazón no les aguanta tanto dolor”.

Liliana Martin, es jubilada e integrante del Movimiento Plurinacional disidente y feminista de Capilla del Monte, y de la Asociación de ex presos detenidos y sobrevivientes de la última dictadura militar en nuestro país. “Estar acá es lo menos que podemos hacer -dice- darnos cuenta que todo ha sido un engaño. La única manera que tenemos nosotros es estar en la calle, para mí la calle es esto: poder decir que no estamos de acuerdo, sentir que nuestra protesta pueda llegar a algún lado, aunque sea a otros jubilados para que nos vayamos dando cuenta de cómo viene la mano”.

Una vez más, la represión

Los gremios que convocaron para este miércoles pasado a un masivo apoyo a lxs jubiladxs, habían advertido que el gobierno se abstuviera de reprimir, como lo viene haciendo de manera sistemática, algo que se demostró no va a dejar de hacer. El comunicado conjunto llevó las firmas de la Corriente Federal de Trabajadores, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, la UTEP, la Mesa de Organismos de Derechos Humanos y ambas CTA.

Imagen: Enfoque Rojo

Hay que tener mucho odio hacia nuestro pueblo, nuestros trabajadores y nuestros jubilados para llevar adelante tanta persecución y represión gubernamental como la que se está ejecutando en estos días contra los adultos mayores, quienes además de sufrir la merma de los haberes se ven privados de la mayoría de los medicamentos”, expresaron.

“El consumo de leche y de carne ha caído en nuestros hogares a niveles sólo registrables más de 100 años atrás. La pobreza llega al 52% y la indigencia casi al 18%. Asistimos a una recesión de la actividad económica sin precedentes con la destrucción del aparato productivo y el cierre de más de 10 mil PyMEs. Esto castiga particularmente a nuestras infancias y nuestros mayores”, explicaron en el documento.

Por lo contrario, tras la votación en el Congreso, la política de gaseo y golpes, dejó -según la Comisión Provincial por la Memoria, que estaba monitoreando el despliegue represivo durante la protesta- más de 50 personas heridas.

Imagen: Enfoque Rojo

Personas mayores, una niña de 7 años, trabajadores de prensa y defensores de DDHH, resultaron golpeadas o afectadas por los gases químicos lanzados de manera indiscriminada y por los disparos con postas de goma en zonas vitales. Al menos dos personas fueron detenidas arbitrariamente durante la represión.

En nueve meses de gestión mileista, el escenario empeora. Cada ajuste se lleva con la violencia física de las fuerzas de seguridad, con la soberbia y la provocación de los mandatarios, con la ignorancia y la falta de conciencia de tantos legisladores, que nunca prometen ajustar sus bolsillos. El extremo de las medidas del gobierno, tiene un alto impacto, no sólo económico, sino psíquico y emocional en la población, que están llevando a una descomposición social en caída libre.

*Fotos: Euge Marengo

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