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Deforestación en Argentina: ¿Cómo pueden ayudar las imágenes satelitales?

La gran mayoría de los problemas medioambientales no se dan en un solo sitio, sino en todo el mundo. No obstante, la gravedad de estos problemas sí que varía de un lugar a otro. En el caso de Argentina, hay 3 grandes problemas: la deforestación, la contaminación atmosférica y el vertido de basuras.Poniendo el foco en el primer problema, la deforestación a gran escala en el país comenzó en la década de los 80 del siglo pasado, cuando se quiso expandir la agricultura de la soja. Desde entonces, el problema, lejos de terminarse, ha ido creciendo. De hecho, se estima que en los últimos 25 años se han perdido en torno a 7 millones de hectáreas de bosques nativos, algo fácilmente visible al comparar imágenes satelitales en tiempo real con otras históricas.

Causas de la deforestación en Argentina

En general, la deforestación en Argentina está relacionada con la transformación del paisaje; es decir, convertir áreas de bosque en tierras para otros usos. Dichos usos son, principalmente, la ganadería intensiva o el cultivo de soja. Esta última razón no es nada extraña, pues Argentina es el tercer mayor productor de soja del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos y Brasil. El cultivo de soja es un importante motor de la frágil economía del país y el enorme aumento de la demanda de este cultivo requiere, a su vez, un aumento de la producción.

Sin embargo, el rendimiento por hectárea no aumenta al mismo nivel que aumenta la demanda, en parte debido a la forma de cultivar de los agricultores locales, donde la adopción de tecnología agrícola sigue siendo muy baja. Así pues, la extensión de las tierras de cultivo es la solución más rápida para atender a dicha demanda.

Pese a la existencia de leyes regulatorias, la deforestación no disminuye. En algunas de las regiones norteñas del país, donde se encuentran la mayor parte de los productores agropecuarios, la compra de una hectárea tiene un coste muy bajo. En la mayoría de casos, la multa por la destrucción de parte o la totalidad de un bosque, incluso si se trata un área clasificada como categoría I (“muy alto valor de conservación, debe mantenerse como bosque para siempre”) no es lo suficientemente elevada, y los beneficios posteriores obtenidos mediante la producción de soja en ese mismo terreno compensan de sobra esta penalización económica por degradar el medioambiente.

Efectos de la deforestación en Argentina

Las consecuencias a la deforestación son múltiples. La primera y más evidente es la pérdida de hábitat natural. Las selvas y bosques son los principales ‘contenedores’ de biodiversidad del mundo, por lo que su destrucción complica la supervivencia de decenas de especies de flora y fauna. Asimismo, en Argentina, algunos bosques locales son el hogar y sustento de miles de comunidades indígenas y campesinas. Al destruir estos espacios naturales, estas comunidades tienen menos posibilidades de obtener alimento, madera o medicinas.

La deforestación también supone un problema cuando se trata de mitigar el cambio climático y hacer frente a situaciones naturales adversas. La deforestación favorece la degradación del suelo y el aumento de los gases de efecto invernadero al liberar el CO2 almacenado en el suelo. A estos problemas se suma el aumento de las escorrentías y una mayor posibilidad de inundaciones, ya que las raíces de los árboles ayudan a sujetar las capas del suelo y favorecen la infiltración del agua en el suelo.

Monitorizar y revertir la deforestación mediante tecnología satelital

Habitualmente, los bosques y selvas ocupan vastas extensiones de terreno y muchas zonas no solo se encuentran lejos de los núcleos urbanos, sino que también son de difícil acceso. Teniendo esto en cuenta, detectar problemas como la deforestación sobre el terreno es muy costoso y altamente ineficiente. Afortunadamente, la tecnología satelital evoluciona con gran rapidez y una imagen satelital es todo lo que hace falta para poder detectar el problema.

Esto es posible gracias a las múltiples capacidades de las que disponen los satélites actuales. Los diferentes sensores existentes, entre los que destacar los de radar, capaces de penetrar las nubes y captar datos por la noche, o los sensores térmicos, que son capaces de detectar la radiación en el espectro infrarrojo, pueden ayudar a identificar las características estructurales de los bosques.

No obstante, la principal ventaja de la tecnología satelital radica en su capacidad para obtener imágenes satelitales a lo largo del tiempo, lo que se conoce series temporales. Estas series facilitan el llevar a cabo un seguimiento de los cambios que se van produciendo de forma gradual en la cubierta forestal, distinguiendo además entre cambios estacionales o cambios permanentes. También pueden distinguir entre diferentes causas; por ejemplo, entre perturbaciones naturales, como huracanes o plagas, y actividades humanas, como la tala rasa.

Estos datos desempeñan un papel crucial en la elaboración y aplicación de estrategias de conservación, permitiendo detectar e intervenir inmediatamente en caso de deforestación. También pueden ser usados por las fuerzas y cuerpos del estado para atajar ésta y otras actividades ilegales que dañan los ecosistemas, garantizando el cumplimiento de la normativa medioambiental.

Si queremos salvaguardar los bosques en Argentina y el resto del mundo para las generaciones venideras, es crucial acabar con las actividades que amenazan el futuro de estos ecosistemas. La tecnología satelital proporciona la capacidad monitorizar los bosques de forma continua sin necesidad de estar físicamente presente en ellos, mejorando a su vez la toma de decisiones. A medida que evolucione la tecnología y se eliminen los pequeños desafíos de su uso, los esfuerzos de conservación mejorarán todavía más si cabe. 

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