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A 28 años de la pueblada cruzdelejeña: una postal de lo posible

Hace 28 años atrás, otro martes frío de mayo, pero de 1997, el pueblo de Cruz del Eje se convocó en las calles y rutas de acceso a la localidad. El contexto de hambre y desocupación, convertiría a este poblado del noroeste cordobés, en uno de los primeros puntos del interior del país en organizarse entre piquetes y asambleas para visibilizar la situación extrema que se estaba viviendo.

El año 1997 está en la memoria cruzdelejeña como un momento de inflexión en su historia. Hacía 19 años que la última dictadura militar había decretado el cierre del ferrocarril y la demolición de los talleres. Un proceso de desgaste y crisis fue dejando al pueblo sin su principal fuente de trabajo, acarreando la pobreza como nunca lo habían sentido.

“Casi 20 años después, una vez recuperada la democracia, con promesas incumplidas de los gobiernos provinciales, se conforma en 1994 la Coordinadora de Desocupados en plena etapa del neoliberalismo de Carlos Menem y en Córdoba ese tránsito de dos gobiernos radicales, el de Eduardo Angeloz y luego Ramón Bautista Mestre”, dice Alexis Olvia durante la entrevista realizada en CDM Noticias Radio. Como cruzdelejeño y periodista,  Alexis recuerda que cubrió lo que se convertiría en una pueblada para un canal televisivo de Córdoba.

La situación socio económica se había recrudecido en este poblado del noroeste cordobés y desde la Coordinadora de Desocupados junto a la Multisectorial -integrada por sindicatos, centros comerciales y estudiantes-, se comenzó a plantear la posibilidad de una medida de fuerza.  

En aquel entonces -cuenta Alexis- el interlocutor político, era el Senador Juan Manuel De la Sota, “quien respondía a Menem, pero que también había acordado con Ramón Mestre ese rol de pacificador que se arrogó en aquel momento”. Mestre, en diálogo con algunos dirigentes de la Multisectorial, intentó lograr un acuerdo para que no se cortara la ruta a cambio de alguna ayuda social, en un contexto donde los piquetes recién comenzaban a encender sus fuegos en lugares lejanos a la Capital Federal del país.

Pero la moción del acuerdo, debía ser validada por la multitudinaria asamblea que se había convocado aquel martes 27 de mayo. “Nos han acostumbrado a vivir de dádivas, hay una necesidad extrema. Está bien, aceptemos la dádiva, pero le cortemos la ruta por un día”, dijo el maestro rural Raúl Verasay, arriba del palco y frente a la multitud.

“No alcanzó a bajar del palco, que ya estaban ardiendo las primeras cubiertas en la ruta Nacional 38”, recuerda Alexis. Dos grandes piquetes cortaban los principales accesos a la ciudad y al cabo del día se terminaron de cortar el resto de las rutas: “prácticamente la ciudad estaba sitiada. No había por donde entrar”.

La protesta duró cuatro días hasta que el gobierno de la provincia de Córdoba envió a otro interlocutor político para resolver el conflicto. Ahí apareció en escena, el entonces Ministro de Asuntos Institucionales, Oscar Aguad, luego Diputado Nacional, y candidato a gobernador de Córdoba.

Aguad tenía la intención de acelerar la medida de desalojo por la fuerza. Alexis Oliva, explica cómo años después trascendió que Aguad quería convencer a Ramón Mestre para que reprimiera.  “Sin embargo, el propio Mestre acordó con un juez federal, de que no enviara a las fuerzas de seguridad para despejar la ruta de forma violenta con la gendarmería”.

La amenaza del desalojo estuvo latente durante los cuatro días. Finalmente, el viernes 30 de mayo de 1997, el entonces Ministro Aguad llegó a Cruz del Eje. Los cortes se levantaron y a cambio quedó el compromiso por parte de los gobiernos de la provincia y Nación, de responder con una ayuda alimentaria de manera urgente y una línea de planes de empleo. Estas medidas,  “comenzaron de alguna manera a palear esa desocupación de aquel entonces, con un índice de pobreza altísimo, hasta en el Hospital se hablaba de casos de desnutrición extrema”, dice Alexis.

Cruz del Eje, año 2000. Fotografía del libro Todo lo que el poder odia. Alexis Oliva

Sin embargo, las condiciones materiales de vida no mejoraron y años después, hacia el invierno del 2000, “una protesta similar, con otros protagonistas”, aclara Alexis, fue la postal del paisaje cruzdelejeño que terminaría con represión y la dudosa muerte de Viviana Avendaño, una de las referentes de la protesta y su compañera, Laura Lucero.

Gobernaba la Alianza bajo el mandato de Fernando de la Rúa y la provincia era comandada por el gobernador Juan Manuel De la Sota. La represión fue una decisión política que signaría a todo el país y el desalojo de la Ruta Nacional 38, se concretó mediante la intervención de la policía de la provincia de Córdoba. “Fue ordenada por un fiscal de la provincia, a pesar de que era una ruta nacional y siempre correspondió a la justicia federal”, explica Alexis: “Una medida ilegal que la policía cumplió con una brutalidad desmesurada”.

Los barrios aledaños también fueron intervenidos por las fuerzas de seguridad y el efecto en la población multiplicó la voluntad de salir a las calles: “El 9 de junio del 2000 hubo 4000 mil personas en la ruta, y el día anterior habían sido reprimidos 400 desocupados”.

Manifestación 2001, por medidas de la Cooperativa de Agua, con un cartel de Viviana Avendaño. Foto: Alexis Oliva

En perspectiva histórica, se comprende a aquella revuelta de 1997, como una pueblada. Un punto de inflexión, dice Alexis, donde a partir de ese momento Cruz del Eje, que se hermana más con la identidad de las provincias del norte, terminó por convertirse en “un foco de conflicto nacional, como lo eran Cutralcó en el sur o Tartagal en el norte”.

Fue un antes y un después, reflexiona Alexis, desde el punto de vista de la conflictividad: “cualquier cosa que pasaba en Cruz del Eje en aquellos años, inmediatamente estaban los los medios nacionales”.

De los ‘90 al 2025 y el escenario de lo posible

Ese punto de inflexión, tanto en la historia de una localidad, como en la del país, también impactó en otros sentidos: el proyecto de la construcción de una cárcel en Cruz del Eje.

Aquella idea -continúa Alexis- fue del gobernador Mestre en el contexto del primer corte de ruta de 1997, “en aquel entonces De la Sota estaba en contra, pero siendo Gobernador el conflicto vuelve a recrudecer y toma ese proyecto, que la asamblea del año 2000 repudia en la ruta”.

De la Sota lo pone en práctica, y eso reconfigura la situación social de Cruz del Eje, “no porque la resuelva, sino porque hoy los principales empleadores de Cruz del Eje, son el Servicio Penitenciario y la policía de la provincia. Con lo cual, de alguna manera, el conflicto se neutralizó”.

Con el diario del lunes, la lectura sobre el presente lleva a seguir interrogándose si es posible que con estas fuentes de trabajo, en el corto y mediano plazo, se pueda superar la situación de pobreza, desempleo y retirada del Estado que está haciendo estragos en la sociedad. “Si el hambre empuja, con las políticas de ajuste de este gobierno nacional y el de Llaryora que va por el mismo carril, hay  una bomba de tiempo», asegura Alexis y lo lleva a aquellos discursos del por entonces Ministro de Economía de los ’90, Domingo Cavallo, quien se refería a determinadas zonas del país, como inviables para la economía, y ahí entraban provincias como La Rioja, Santiago del Estero o el noroeste cordobés.

“Ahora se está diciendo un poco lo mismo, con un sálvense quién pueda, y la apelación a un ultra liberalismo, que no existe en la realidad de los mercados. Sin un rol del Estado que dinamice la economía y regule, es imposible generar equidad y acceso al trabajo y a los derechos sociales para determinados sectores del territorio argentino”.

El devenir se proyecta en un presente que duele. Esa bomba de tiempo es cada vez más frágil y la repetición de aquel estallido social en un corto plazo -para Alexis- hoy es un horizonte posible.

* La historia del conflicto está narrada en un pasaje del libro Todo lo que el poder odia. Una biografía de Viviana Avendaño (1958-2000), del periodista Alexis Oliva.

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