La economía argentina bajo la lupa: deuda, concentración y un modelo agotado
Mario Oyola, especialista en administración financiera gubernamental, docente de la UNC e integrante de Eco No Mist – La economía no es un misterio, analizó los problemas estructurales de la economía argentina durante una entrevista realizada tras la presentación del libro de Alejandro Bercovich, organizada por este espacio el pasado miércoles 4 de junio en la CGT Córdoba.
«Los dueños del alto capital concentrado han manejado la economía argentina en los últimos 50 años, desde la dictadura militar», afirmó Oyola luego del encuentro organizado por Eco No Mist, que busca democratizar el conocimiento económico. Según el especialista, miembro activo de este centro de divulgación, estos grupos operan por encima de los gobiernos de distintos signos políticos.
El diagnóstico presentado por el integrante del centro de divulgación popular de la econmía es contundente: el endeudamiento externo, iniciado en los años 70, es la raíz de los problemas económicos. «La democracia solo logró, en algunos momentos, recuperar el consumo, pero sin movilidad social real. La pobreza aumentó porque el consumo no es acumulación de riqueza», explicó. Además, destacó la paradoja de la dolarización: «No hay dólares en la economía, pero todos piensan en dólares. Incluso quienes nunca tuvieron uno».
Frente a la política económica actual, Oyola cuestionó las llamadas «anclas» (fiscal, monetaria y cambiaria). «El Banco Central emitió casi 30 billones de pesos en un año, pero contiene la inflación con un tipo de cambio bajo. Es un esquema insostenible que terminará en devaluación», advirtió. También apuntó contra la Ley de Entidades Financieras de 1976, aún vigente: «Permite la fuga de capitales, pero ningún gobierno la derogó. ¿Por qué? Una campaña presidencial cuesta 100 millones de dólares».
Para Oyola, la salida requiere romper con la dependencia del dólar y del FMI. «El dólar ya no es hegemónico: pasó del 65% al 48% de las reservas globales. Debemos mirar a los BRICS, no a EE.UU.», propuso. Además, subrayó la necesidad de una dirigencia honesta y una reforma sindical que democratice la lucha entre capital y trabajo: «El sindicalismo puede ser un contrapeso, pero debe recuperar credibilidad».
El economista cerró con una reflexión sobre el desencanto social. «El 54% de ausentismo electoral refleja el fracaso de un modelo que solo beneficia a una minoría», sostuvo. Sin embargo, su mensaje final fue esperanzador: «La solución está en nosotros. Argentina puede cambiar si enfrenta sus problemas de fondo: la deuda, la concentración y la falta de soberanía económica».
Este análisis no solo expone las contradicciones del sistema económico argentino, sino que también plantea la urgente necesidad de un nuevo modelo que priorice la distribución de la riqueza y el desarrollo nacional por encima de los intereses de los grupos concentrados.
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