10 de diciembre: derechos humanos a un año de la asunción de Milei
A un año de la asunción de Javier Milei en la presidencia de Argentina, la efeméride que también recuerda a la fecha como el Día Internacional de los Derechos Humanos, deja un balance demoledor para la vida de la mayoría de los y las argentinas.

En el tramo final de este 2024, el presidente anunció una visita al predio de la Sociedad Rural en Palermo y un discurso que se transmitirá grabado desde la Casa Rosada por cadena nacional a las 21 hs. Un año que sigue incrementando pobreza y despidos, junto a la amenaza cotidiana de que puede haber más. La reivindicación de la violencia estatal y la efervescencia de la extrema derecha, han signado cada mes de este 2024. La política de las redes y el odio como retórica, han calado hondo en una sociedad que aún aparenta cierta normalización como sobrevivencia.
Junto con las medidas macroeconómicas de devaluación, precios y desregulación de tarifas, “los recortes en las políticas públicas provocaron que la pobreza en Argentina ascienda hoy al 52,9% de las personas. Un escenario similar al de la post crisis de 2001”, dicen desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
La lista de medidas regresivas es tan extensa como voraz: quita de subsidios, recortes en salud y educación. El negacionismo al Terrorismo de Estado y el relativizar los crímenes de lesa humanidad, coronado con la visita a genocidas y el desprecio por los Espacios de la Memoria.
La misoginia, la represión a jubilados y la quita de cobertura de medicamentos a las personas mayores. La falta de alimentos en los comedores, el rechazo a la educación pública, la ciencia, la cultura, los medios comunitarios y públicos. El desarme total de las políticas de género, como la Ley Brisa, una reparación económica para niñeces y adolescencias víctimas de violencia. Más un total de 13 Ministerios eliminados y el cierre varios organismos estatales.
No hubo un sector de la sociedad, excepto el empresariado y los sectores más enriquecidos del agro, que no haya sido afectado por las políticas de ajuste y expulsión de la gestión de la Liberad Avanza.
Sin embargo, en una fecha así que conjuga el primer año de gestión del mandatario argentino con el Día de los Derechos Humanos, cabe destacar que el acceso a un derecho fundamental como la comida, se ha limitado de manera alarmante.
Según un informe de la “Cocina de los Cuidados”, elaborado por el CELS, cuyos datos responden a una encuesta telefónica de alcance nacional, entre el 30 de agosto y el 20 de septiembre, arroja que 5,5 millones de nuevos pobres, el 65% de las familias recortó lo que come cada día. En los comedores barriales esa cifra asciende a un 80%.
- El 57% de las familias que asisten a comedores barriales o escolares, dicen haber encontrado menos comida. Las mujeres (74%) mucho más que los varones (57%) perciben que la situación de su hogar empeoró y debieron ajustar la alimentación: la suya propia, la de los demás. 6 de cada 10 mujeres sobrecargaron el tiempo destinado a cuidar a sus mayores y a los niños y niñas de la casa. 3 de cada 10 varones hicieron lo mismo. En mayor medida son ellas (43% frente al 29% de varones) quienes advierten los aumentos y la reducción de los espacios para cuidar.
- Mientras que de 49 políticas públicas de cuidado, hoy quedan sólo 7, lo cual implica que, entre otras tantas cosas, al 67% de las familias se les complica conseguir vacantes en espacios de cuidados y jardines. “Cuidar, entonces -dicen desde el informe-, queda a cargo de madres y abuelas (56%), que resignan horas de trabajo remunerado”.
- Por lo tanto, la mayoría de las familias cuenta con menos tiempo para cuidar a las infancias y a las personas con discapacidad. En el 47% de los hogares consultados, viven personas de más de 60 años. De ellas, 4 de cada 10, reciben recursos del Estado, como prestación de cuidado, pero al mismo tiempo, “el 76% de las familias siente el impacto de los aumentos de los medicamentos en sus ingresos despreciados”. El 64% de las personas con discapacidad tienen dificultades para conseguir prestadores para las terapias.
“¿Cuándo hablamos de los Derechos Humanos?”
Con esta pregunta, Liliana Martin, integrante de Ex presos políticos de Córdoba y el Movimiento Plurinacional disidente y feminista de Capilla del Monte, comienza a hablar de una fecha que tiene una carga tan dolorosa como esperanzadora en la región.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó esta fecha como el Día de los Derechos Humanos. Pero fue anunciada, oficialmente, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 4 de diciembre de 1950. El objetivo fue adoptar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, presentada como un «ideal común» para todos los pueblos y naciones.
En un contexto de posguerra, la Asamblea General promovió esta fecha para que los diversos Estados Nación abogaran en la promoción de derechos y libertades fundamentales. Sin embargo, correría mucho dolor en América Latina y el mundo, para que se implemente cualquier atisbo de cambio progresivo en este sentido.


Pero, ¿cuándo hablamos de derechos humanos?, retoma Liliana y arriesga a decir: “cuando nos faltan”. La historia la lleva al Terrorismo de Estado, instalado en Argentina con la dictadura cívico-eclesiástica-militar en 1976, cuando la frase “derechos humanos” cobró otro sentido: “en los años anteriores -1974/1975- comenzaba la persecución y el asesinato de militantes populares, mientras las madres y las abuelas de la Plaza se organizaban para buscar a sus hijos y a sus nietos. Heridas abiertas que aún existen porque jamás fueron contestadas las preguntas”, asegura Liliana.
Pero hoy por qué hablamos de derechos humanos -insiste y reitera-: porque nos faltan:
“Nos faltan cuando asesinan a un pibe o a una piba porque tiene cara sospechosa, cuando nos matan por ser mujeres, cuando nos condenan a muerte por ser de la tercera edad (definición que detesto porque da por sentada que no hay una cuarta, y que ya podemos morir tranquilxs). Nos faltan también cuando determinan qué es una canasta básica que no considera un alquiler, que lo único que necesitamos es comer (no mucho), y que nuestro disfrute no sea considerado.
Nos faltan si trabajamos de manera informal, excusa artificiosa para saber que no tenemos ningún derecho laboral”. Y la más perversa de todas las formas de violar estos derechos, -reflexiona Liliana-, es el hambre de las niñeces.
Sin lugar a dudas, admite, cuando se habla de derechos humanos es cuando nos faltan: “¿será por eso que los nombramos tan seguido?”
Hoy, 74 años después de proclamarse esta fecha, nuestro país es testigo del accionar de un gobierno que prescinde de un marco de derecho para gobernar. La indignación y la tristeza se hacen extensivas en vastos sectores de la sociedad, ante este escenario “ejemplificador” para quienes piensan distinto.
El desprecio a la vida nunca estuvo tan expuesto, al punto de convertirse en una manera de gobernar. Todos los sentidos que intentan hegemonizar y quebrar aquel pacto democrático que volvió a fundar a nuestro país en 1983, también un 10 de diciembre, cuando después de siete años de una dictadura sangrienta, Raúl Alfonsín asumió con el compromiso de restablecer el régimen democrático y el Estado de Derecho en la Argentina.


En la actualidad, Javier Milei bajo su envestidura presidencial, tomará la palabra donde -una vez más- retomará un discurso cargado de números que intentan convencer a la sociedad, a pesar de no tener su correlato en la calidad de vida de la mayoría de las personas. Pretenderá, como siempre lo hace, marcar la diferencia con una transmisión en cadena nacional llena de estadísticas que esconden a la verdadera casta que se beneficia tras el fundamentalismo del libre mercado, para generar credibilidad y sostener su imagen de algo ficticiamente nuevo.
El legado de Norita
Sin embargo, una fecha así siempre es oportuna para traer a la memoria a quienes dejaron un legado en la búsqueda de verdad y justicia, en la convicción de construir un país mejor. Este año Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, partió de este plano y dejó tantas semillas como legados.


Su ejemplo, que se sintetiza en aquella frase “la Madre de todas las batallas”, seguirá siendo un faro a pesar de los malos gobiernos que intentan con decretos y alianzas foráneas profundizar un sistema de opresión e injusticia.
Madres y Abuelas seguirán siendo el legado de la búsqueda y la resistencia por la verdad; seguirán construyendo los lazos colectivos que intentan dañarse una vez más, seguirán siendo el abrazo conjunto entre las luchas de todos los tiempos y la memoria que sigue vigente.
*Fotos: Euge Marengo