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Córdoba: a 50 años de la fuga de la cárcel del Buen Pastor

El 24 de mayo se cumplen 50 años de la histórica fuga de las presas políticas de la Cárcel del Buen Pastor. En conmemoración, desde la semana pasada se están llevando a cabo una serie de jornadas convocadas por el Colectivo por la Fuga. El sábado 24 será la actividad principal con un homenaje colectivo, a partir de las 15hs. en el Buen Pastor, Avenida Hipólito Yrigoyen 325.

Eran las 8 de la noche del 24 de mayo de 1975,  cuando veintiséis presas políticas lograron escapar del Buen Pastor, que funcionaba como cárcel de mujeres en la ciudad de Córdoba. “Salimos por una ventana y a partir de allí no paramos de correr, de estar, de ganarle tiempo a la vida”, dice hoy Cristina Salvarezza, una de las fugadas que por entonces militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).  

Fue a principios del siglo XX cuando el edificio se terminó de construir para la Orden de las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor de Angers, y funcionó por casi 100 años como asilo y cárcel de mujeres. “En mi época no se torturaba dentro de la Cárcel del Buen Pastor, pero después de la fuga sí”, dice Cristina y explica que presas políticas en la cárcel hubo desde 1970.

A partir del Golpe de Estado cívico militar de 1976, se habilitaron los calabozos de castigo en el Buen Pastor. “Pasaron varias compañeras, que no sabemos los nombres, eran traídas de otros lados, como los Centros de detención clandestina Campo de la Ribera o La Perla”, recuerda Cristina.  

En el contexto de la fuga, la provincia estaba intervenida por Raúl Lacabanne, quien había declarado que la “subversión” estaba aniquilada en Córdoba. La intervención se debía al Golpe de Estado policial ocurrido el 27 de febrero de 1974, conocido como “el Navarrazo”,  que derrocó al gobernador constitucional de la provincia, Ricardo Obregón Cano, quien fue detenido, y a su vicegobernador Atilio López, asesinado luego por la Triple A. A partir de allí, las condiciones de persecución política se habían recrudecido.  

Hubo un antes y un después de aquella noche del 24 de mayo, cuando una de las ventanas del edificio ubicada en la calle Obispo Oro, fue arrancada por un camión Ford y las detenidas -que habían planeado con minucia todo la logística de aquella noche-, salieron a la calle y se dispersaron de inmediato. Al mismo tiempo, otro grupo generaba distracciones con bengalas en distintos puntos de la ciudad.

Legajo penitenciario de Cristina Salvarezza

Esta histórica fuga, fue acordada por integrantes de diversas organizaciones de izquierda, el PRT-ERP, Montoneros, y FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación), la FAL Che, pero la acción la llevó adelante el PRT. Aquella noche fue elegida porque sabían que frente al Buen Pastor, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como la Iglesia de Los Capuchinos, se iba a realizar un casamiento.

Legajo penitenciario de Cristina Salvarezza. El subrayado no pertenece a la fuente original.

Medio siglo después, Cristina Salvarezza reflexiona en tiempo presente. Siente que la vida fue esa presencia en las luchas, como mujeres, compañeras, madres e hijas, en cada lugar donde se las demandara.

“Aprendimos que a la familia no hay que menospreciarla. Recuerdo muy bien la palabra de varios compañeros y compañeras, que nos decían: trabajen políticamente la relación con la familia porque a donde las trasladen, a la cárcel que sea, la familia las va a ir a ver”.

Tratar de que la familia comprenda por qué luchaban, terminó de convertirse en una premisa y una de las enseñanzas que más les había costado entender hasta el momento de la fuga. Hoy a 60 años de su militancia, Cristina considera que esa relación y apoyo que implicó explicarles los orígenes y las causas de su militancia, fue muy importante: “Muchas de nuestras abuelas, madres, hermanas, compartieron nuestras luchas”, dice y trae como imagen una de las baldosas que se encuentran en el Buen Pastor y recuerda a Alicia D’Ambra, militante del PRT -una de las compañeras de la fuga- con una frase: en este patio fui muy feliz cuando mi madre me dijo que compartía mi lucha.

Alicia fue secuestrada el 13 de julio de 1976 y hasta el momento sigue desaparecida. De las veintiséis, nueve fueron desaparecidas por la última dictadura cívico militar. Este 24 de mayo, agrega Cristina: “le vamos a poner voz a esos muros, marcas que quieren callar que ahí fue una cárcel, poner las fotos de las compañeras, testimonios», y así la verdadera historia  de una de las fugas más trascendentes de presas políticas en Argentina, se seguirá contando.

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