Capilla del Monte

En Córdoba, sólo 32 guardaparques para más de 4 millones de hectáreas protegidas

Ningún egresade de la carrera de guardaparque de la Universidad Provincial pudo insertarse laboralmente en algunas de las 30 áreas protegidas gestionadas por la Provincia.

“Hay que rebuscarse”, dice la guardaparque Manuela Duclo cuando habla de la inserción laboral en las áreas protegidas de Córdoba. “Si bien el perfil de la carrera es que seamos guardaparques en campo, también se abren posibilidades a otros tipos de trabajo, como la planificación o los relevamientos. Se van utilizando ese tipo de herramientas y se van abriendo otros campos de trabajo porque en la provincia de Córdoba como guardaparque está muy difícil. A veces, puede salir algo en las privadas o municipales, pero en la Provincia está súper cerrado ese camino. No hay una política, ni intención de generar eso”, agrega.

Duclo hace referencia a las 30 áreas protegidas (de un total de 89) que están bajo gestión del Gobierno provincial y que representan casi el 95% de las hectáreas que necesitan conservación; es decir, un total de 4.099.859 hectáreas. Para toda esa superficie, el cuerpo de guardaparques provincial está conformado por un total de solo 32 personas, entre los que se cuentan también auxiliares y personal administrativo. De esa cifra, menos del 20% son mujeres, y las identidades disidentes ni siquiera tienen representatividad.

El resto de las zonas, de acuerdo al relevamiento del Monitoreo de Áreas Protegidas (MAP), son gestionadas por Nación (3,6%), los municipios (1,3%) o por propietarios privados (0,3%), que con sus particularidades son los otros espacios donde las y los egresados de la Tecnicatura Universitaria en Guardaparque se las ingenian para trabajar. La carrera fue creada en 2015 en la Universidad Provincial (UPC) y este año, pese a que tendrá ya su quinta cohorte, desde esa fecha nunca se abrieron convocatorias para incorporar a profesionales a las áreas protegidas de la Provincia.

Precarización
Las mujeres y las identidades disidentes son las más perjudicadas por la crisis laboral del sector. En esa línea es que Rocío Cardona, también guardaparque y, junto a Duclo, integrantes de la Asociación para la Conservación y el Estudio de la Naturaleza (ACEN) que impulsó el Monitoreo de Áreas Protegidas, indica que la tarea de conservación no escapa de estar en un contexto patriarcal y eso se vive dentro de los ámbitos de trabajo, pese a que cada vez son más mujeres las que cursan la carrera. “Históricamente el rol de guardaparque se lo asoció a la figura del hombre Cis y a una serie de tareas que asocian normalmente con los varones”, explica.

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