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1F y los colores de lo posible

Durante este sábado 1 de febrero, las calles de más de 130 lugares del país y otros tantos en el exterior, se unieron en un repudio masivo hacia los discursos de odio del gobierno de Javier Milei, en una gran marcha federal. En Capilla del Monte, una multitudinaria marcha recorrió el centro de la localidad. Colores y cánticos y la necesidad de unificar sectores y luchas, se hizo visible en un sábado que latió multicolor en la Argentina.

El jueves 23 de enero las palabras del mandatario Argentino, Javier Milei, desde el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, fueron un boomerang que regresó este sábado 1F, cuando la sociedad argentina, dijo basta de odio, misoginia, fascismo, racisimo y homofobia.

Durante su alocución en Davos, poco habló de economía y sus palabras se orientaron -una vez más- en  atacar a la población LGBT+ y al feminismo. Una de las expresiones que lo condenaron con el repudio masivo de este sábado, llevó a estigmatizar a las disidencias sexuales poniendo el ejemplo del caso de una pareja homesexual condenada en Estados Unidos por el abuso de sus hijos: “… la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos”, enfatizó.

En esta segunda participación de Davos, en el discurso de Milei se notó el corrimiento en la terminología al dejar de utilizar la palabra “zurdos” para hablar de “woke”, palabra que proviene del verbo en inglés wake -despertar- utilizada durante la década del ‘60 en Estados Unidos, en la lucha antirracial, y hace referencia a la conciencia sobre luchas sociales y políticas.

Hoy la derecha la utiliza de forma despectiva contra el pensamiento progresista. Acuñada recientemente por Milei, visualiza el intento desmedido de alinearse con determinados gobiernos, como  el de Donald Trump, quién ha hecho referencia a esta terminología de manera constante, desde el desprecio y la discriminación.

“El wokismo, además, se manifiesta en el siniestro ecologismo radical y la bandera de cambio climático”, dijo entre otras tantas cosas que incluyeron la demonización hacia la elección de una identidad de género, y la figura del femicidio en el Código Penal.

Palabras que no habilitan la construcción de ideas y debates, palabras que -como explica el escritor Martín Kohan-, se posicionan desde el agravio. “No hay polémica-dice Kohan- si el que te sale al cruce no sabe lo que dijiste, no leyó lo que escribiste y se posiciona en el agravio y no en el desacuerdo. No solo no hay polémica, no se puede polemizar así”. Y en esta línea discursiva, las respuestas desde el gobierno, incluso ante los planteos elaborados por economistas, suelen ser insultos. Milei no polemiza, agrega Kohan, “porque no sabe polemizar”.

En ese mismo tono, los discursos de Javier Milei se siguen enfocando en el ataque:

“Legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre, enarbolando la bandera de la brecha salarial de género, pero cuando uno mira los datos es evidente que no hay desigualdad para una misma tarea, sino que la mayoría de los hombres tienden a profesiones mejor pagas que la mayoría de las mujeres”, dijo en Davos.

No hace falta poner etiquetas, como dice el mismo mandatario, sus discursos se las arman solas, para muestras, sobra un botón. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el salario que las mujeres perciben en Argentina es 27 % menor al de los hombres. Las mujeres, a diferencia de los hombres, dedican más tiempo a tareas de cuidados no remuneradas y al trabajo doméstico. Mientras que el registro de femicidios, tan sólo lo que va del año, lleva casi la misma cantidad de días que de muertes.

Un discurso anacrónico, con una narrativa de la derecha de la década del ’30, lleva a homologar las ideas, cómo lo hacían las elites a principios del siglo XX, enmarcadas en un discurso médico higuienista, donde todo lo que no entra en el paradigma mileista de la democracia liberal, es una enfermedad, un virus que hay que erradicar. No son eufemismos, cómo el mismo sostuvo en Davos, no hay metáforas, ni tergiversaciones posteriores de sus discursos. El odio se exacerba y moldea la moral que pretenden hegemonizar desde el poder.

En el escenario de la provocación, el agravio es el modelo de gestión de gobierno, que se debe viralizar en las redes. La militancia del dedo de la Libertad Avanza aniquila la posibilidad de pensar y reflexionar, en una aparente pluralidad de expresión, donde vale todo: la normalización de la violencia se hace constitutiva a las formas de vincularse.   

“La Argentina de la libertad”

En Capilla del Monte, como en más de 130 ciudades de la Argentina y otros puntos del mundo como en Chile, Uruguay, Brasil, México, Nueva York,  Lisboa, Madrid, Barcelona, Roma, Ámsterdam, París, Londres y Berlín, el repudio se hizo presente con el cuerpo colectivo en las calles.

Una multitudinaria marcha salió desde la Plaza San Martín y recorrió la calle techada de la localidad hasta confluir frente a las escaleras de la Secretaría de Turismo, en la calle Puerreydón. Una extensa ronda se fue armando al grito de “Basta de odio”, y unas coplas llenaron de música y compromiso a una tarde esperanzadora.

“Vamos a nombrar a este colectivo que nos ha convocado a defender los derechos de todxs, porque es también salir del closet, nombrarnos, nombrarles. Qué es este colectivo: son personas, seres, lesbianas, gays, travestis, transexuales, queers, identidades y expresiones diversas”, comienza Graciela Olmos de la Asamblea Multisectorial de Capilla del Monte en medio de una extensa ronda que cortó la calle Pueyrredón.

“Acá estamos y estaremos presentes ante todas las agresiones, para expresar nuestro repudio a los dichos del presidente y de todos los funcionarios”, continuó Graciela dando cuenta de la falta de libertad con la que se quiere obligar a vivir.

“Esa falta de libertad que promueve estereotipos y prejuicios que creímos como sociedad que íbamos venciendo. Con estos dichos sectarios y fascistas nos hacen ver que nos quieren hacer retroceder. Porque junto con los insultos y los agravios, están los hechos”.

Soledad, “Chu”, integrante de la Red de mujeres y disidencias de Capilla del Monte y de la comunidad LGTB+, contó cómo durante los días previos a la convocatoria se estuvieron juntando en la plaza para armar carteles y comenzar a construir redes desde el encuentro: “hicimos por primera vez una bandera, que dice comunidad LGBT+ Capilla del Monte, nos vinimos con la idea de juntar contactos de personas que se lleguen hoy a la marcha para ver si se puede organizar una asamblea la semana que viene. Reunirnos para visibilizarnos, para saber que no estamos más solas, poder habitar espacios, no sólo para entretenernos y conocernos, sino para estar organizadas”.

De remeras amarillas, integrantes de la Brigada del Monte de Capilla, también se hicieron presentes. Como parte de la Brigada, Bárbara Wells, cuenta que se organizaron para participar en la marcha y decidieron estar porque entienden que la lucha por el agua, la tierra, el monte, cuerpos y territorios, es una sola: “estamos acá manifestando eso. Vinieron por todo. Por el derecho a nuestra identidad, a nuestra tierra, la lucha es una sola”, enfatizó.

Cerca de las 20:30, se regresó a la plaza San Martín en una marcha federal del orgullo que unificó al país en una expresión masiva de amor, solidaridad, alegría y colores. En medio de un contexto de ascenso de las derechas a nivel mundial, los abrazos, las redes y la organización, se unificaron en una gran bandera multicolor: “Por el agua, la diversidad y la vida. Al closet no volvemos Nunca Más. Unamos nuestras luchas”.

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