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Pablo Sigismondi: «La complicidad de la justicia es tan evidente como torpe»

El reconocido geógrafo cordobés estuvo presente el sábado en la movilización de asambleístas y señaló que fue una jornada en la que se pudo visibilizar el ecocidio y la conflictividad social que está viviendo el Valle de Punilla (como el resto de la Provincia de Córdoba y de la Argentina) con el proyecto de la autovía de Punilla, que fue aprobada por la mayor parte de los intendentes locales, entre ellos el de la ciudad de Cosquín, Gabriel Musso.

«Nos encontramos cara a cara con el responsable de entregar Cosquín al bochornoso «progreso»; hoy pudimos manifestarle a este socio del sátrapa ecocida nuestro repudio a su forma de gobernar: destruir las montañas, cuencas hídricas y paisajes para saquear con más rapidez»

Sigismondi se sumó al rechazo de diversas organizaciones que vienen reaclamando contra el cajoneo de las causas ambientales y remarcó el derecho constitucional de manifestarse sin criminalización de la protesta social.

El texto completo de Pablo Sigismondi

En la Provincia de Córdoba partimos de un hecho imposible de ignorar: se ha violado el contrato social entre gobernantes y sociedad a un grado tal que resulta indisimulable. En Córdoba, a medida que la resistencia sociomedioambiental a la destrucción de nuestro patrimonio geológico, geográfico, cultural e histórico crece, se nos está criminalizando cada vez más. Fascina, por su monstruosidad impune, el accionar de quienes arrasan nuestras Sierras de Córdoba y nos reprimen.

Para orientar al lector -al que tal vez no le es familiar- las Sierras de Córdoba y, en particular la cadena montañosa de las Sierras Chicas, se originaron hace cientos de millones de años. Formaron el límite occidental entre el entonces Supercontinente de Gondwana y lo que sería luego el Océano Pacífico. Debieron pasar tal vez más de 200.000.000 de años para que presenten su actual geografía. Durante ese tiempo, los sucesivos procesos erosivos las fueron desgastando, hasta convertirlas en relativamente bajas. La compleja herencia geológica que heredamos fue completada por el magmatismo y las actividades volcánicas durante el Terciario. Así se formaron el Batolito de Achala primero y luego los Volcanes de Taninga. Para quienes las hayan conocido hasta principios del presente siglo XXI, su clima excepcionalmente benigno, las cuencas hídricas prístinas y su relativa cercanía a las grandes ciudades de la Argentina las convirtieron en una síntesis de la cultura cordobesa. Lograron ser nuestra postal turística por excelencia.

Sin embargo, en los últimos lustros el gobierno provincial se ha empeñado por hacer añicos -y en brevísimo plazo temporal- esta herencia que recibimos de la Naturaleza. Construye obras faraónicas en nombre del «progreso». Son las llamadas autovías, en los valles de Punilla y Paravachasca, que a su vez se complementan con canteras y el avance especulativo inmobiliario. De allí que reclamamos participar, ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones que, científicamente sabemos, resultarán irreversibles y dañarán esos millones de años de evolución. Sin embargo, nos han sido clausurados todos los mecanismos constitucionales que nos permitirían ser escuchados. Somos burlados con licencias ambientales maniatadas. Hoy, languidece el sistema democrático y la división de poderes consagrada como pilar del sistema gobernante.

El ecocidio en marcha ratifica su voluntad de dominación imponiéndose con la violencia propia de la opresión colonial, de la supremacía neoliberal sobre la Pacha. En estas condiciones, millones de años de evolución quedan convertidos en escombros y cenizas. Por todo esto salimos a reclamar, aun a costa de nuestra propia humanidad y vidas, al poder omnímodo del estado sobre el ciudadano. Basta sólo con abrir los ojos y ver cómo la destrucción de nuestras montañas y ecosistemas serranos crece día a día.

Hoy, es tan gravísima la situación que nos acorralan con imputaciones penales. La complicidad de la justicia es tan evidente como torpe: frente a nuestros pedidos de amparo para que se revean las obras, para que se estudie con seriedad los daños presentes y futuros que causarán, la justicia provincial demora años en expedirse…Hace años esperamos su actuación. En estas condiciones, que no permitirían legalmente continuar las obras, los negociados amparados por la misma provincia siguen destruyendo todo a su paso. Sepan disculpar ciudadanos, pero sepan que, simultáneamente, actúan en sólo horas para criminalizar nuestros reclamos. Hoy, al mismo tiempo y de manera irrefrenable, renace nuestra lucha. Queremos heredarles a nuestros descendientes algo más que cemento, escombros y aguas putrefactas entre luces de neón.

Pablo Sigismondi
Geógrafo

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