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Entre Mate y Música Cordobesa: Eli Fernández nos invita a desplegar las alas con su disco Alas sin pena

Oriunda de General Pico (La Pampa), reside en Córdoba desde 2009. Comenzó su camino artístico a los 8 años y ha recorrido escenarios de todo el país.

Una cantora que entra al canto por la puerta grande, irrumpe y nos dice: acá estoy, vamos a volar.

Ana Sued conversó en Entre Mate y Mate con Eli Fernandez, podés escuchar la nota acá:

¿Cómo elegíste el repertorio de Alas sin pena?

Este disco fue especial porque lo empezamos a pre-producir en octubre del 2019. Lo pensábamos grabar en 2020 y ya sabemos todos lo que pasó. Fue muy interesante porque cambió el giro de la preproducción, me sirvió mucho el tiempo de pandemia, de estar mucho en casa, para hacer muchas canciones. Ahí fue donde decidimos que la mitad del disco tenían que ser canciones de mi autoría y el resto de nuevos compositores que tan bien le hacen a la música argentina. La canción «Gracias», por ejemplo, es de León Cuyé que es un joven compositor de Florencio Varela que tiene canciones maravillosas. Decidimos hacer un disco que aporte un nuevo repertorio al cancionero popular.

El disco tiene colaboraciones a lo grande: Nahuel Penissi, Lula Bertoldi, Teresa Parodi, entre otros ¿Cómo fue el proceso de elegir quienes te iban a acompañar?

Fue un proceso muy hermoso. Este disco tiene los arreglos, la producción y la dirección de Popi Spactocco que es un gran compositor, arreglador y pianista. Compartió junto a Mercedes Sosa mas de 20 años tocando el piano con ella y produciendo también. Popi fue la persona especial e importante de este disco y gracias a su corazón fue que se abrieron estas posibilidades. Me dijo: -qué te parece si invitamos a Teresa Parodi? y yo lo miraba con ojitos de emoción. Fuimos a la casa de Teresa, compartimos un té, charlamos sobre la canción que cantamos en este caso que es de un amigo, Jorge Martinez. Grabamos ese tema junto a Teresa, después nos encontrarnos en el estudio junto a Sandra Mihanovich y a Lidia Borda. A pesar del contexto, todavía seguía el tema de la pandemia, todo el mundo le puso mucho amor y participaron desinteresadamente. Grandes artistas que son número uno se sumaron a participar y a dejar algo que yo no me voy a olvidar más.



Empezaste a cantar en público desde muy pequeña ¿Cuál es el momento en el que te decidiste a ser cantora?

Yo empecé muy chiquita en mi casa jugando, jugaba que inventaba canciones, me subía a la mesa de herramientas de mi papá, corría las herramientas con mi hermana y poníamos los ositos que eran el público. Éramos chiquitas, teníamos 6, 7 años, y así empezó mi vida musical. Me pegaba a la tele, no me podían sacar, mirando el programa de Xuxa y después los festivales, porque en mi casa se veía mucho folclore. Me veía todos los festivales me encantaba. A los 8 años empecé a cantar en el acto del 25 de mayo y no paró nunca mas. Todo empezó como un juego, jugaba a que cantaba en un estadio y era muy feliz. De chiquita tenía la convicción que quería cantar y después la vida que pasa y te va mostrando cosas. Algunas cosas que por ahí no están buenas como las auto-exigencias, el prejuicio de una misma. La vida te va presentando esas cosas y cada vez que me pasa eso intento volver a esa niña que jugaba en esa mesa con los ositos y soñaba con cantar . Ahí es donde está la verdad. Por eso el primer disco se llama «Canto soy», porque realmente siento que cuando me conecto con esa esencia hay una parte de mi persona que es la verdadera y que está ahí. Por eso me gusta comulgar que si uno siente cantar tiene que cantar, mas allá de los miedos, las angustias, las dudas de lo que sea.

¿Por qué tu nuevo disco se llama «Alas sin pena»?

Es el nombre de una de las canciones que escribí y compuse junto a Popi. Me propuso que hiciéramos un tema juntos: Vos hacete una letra y yo le pongo música. Estuve mucho tiempo dando vueltas, no sabía que escribir y una noche me puse a escribir, a dejar que salieran palabras. Sentí que estaba escribiéndoles a las mujeres, a mi mamá, a mis hermanas, a mis tías, a mis primas. Sentí que era un homenaje para dejar el dolor atrás y animarnos a abrir las alas, a salir, a desplegarnos y yo siento que con la música me pasa eso. Este disco llega en un momento click de mi vida y quise ponerle así porque para mi estas canciones representan el abrir las alas y dejar esas penas atrás.

¿Cómo vivís la experiencia de ser maestra de canto?

Yo tenía 14 años y conocí a don Isaac Sosa que fue mi maestro de canto hasta que terminé el secundario. Él tenía 80 años y era un crack, tenía la voz intacta. Yo me recorría todo General Pico en la bici, porque soy de La Pampa, para llegar a su casa. Lo veía dar clases y él me inspiraba. Sentía una conexión, que quería estar de ese lado también, viviendo ese lugar. Y así fue porque cuando terminé el secundario me vine a Córdoba, hice la carrera acá y la experiencia de dar clases es hermosa. Dar clases es también descubrirme desde otros lugares, porque todo lo que sucede en las clases también me ha pasado a mi. Es encontrarme desde otro lado y aprender. Aprendo un montón y me nutro un montón, es una experiencia que me hace muy bien y me llena de energía.

¿Cómo se viene tu año musical?

Ya lo puedo definir como un año de compartidas porque empezó el 9 de marzo con una compartida con Ana Robles que es una gran compositora, pianista y cantautora riojana. Hicimos un espectáculo en el Teatro Real, fue muy conmovedor y a partir de ahí empezaron a surgir otras compartidas. Estuvimos cantando con otra cantautora que se llama Dafne Usorach y con Agustín Lassa. Ahora la segunda parte del año se viene una cantora santafesina que se llama Victoria Birchner y vamos a estar cantando en Córdoba. Se va armando el mapa de compartir y a mi me pasa que me expande un montón eso. Me emociona porque, cuando te cruzás con otras voces, aprendés de otras experiencias. Y también es un año que me encuentra viajando mucho y empezando muy de a poco a producir nuevas cosas.



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