Arte en Córdoba: Lucas López y su creación entre pinturas y sonidos

Llueve y desde la casa/taller de Lucas López se ve a través de grandes ventanales un paisaje que pareciera desvanecerse en cada gota. Lucas arma el mate en la cocina que también forma parte de su creación, hay pinturas y cuadros en proceso en su atelier. Va atardeciendo y empezamos a conversar para conocer a este artista y músico.

¿Hace cuánto empezaste a pintar?

Fue desde primer grado de la primaria, tal vez antes. Recuerdo que primero comencé a dibujar y luego a pintar. Lo hacía todo el tiempo y era algo que me gustaba mucho. Hace poco estuve conversando con un amigo de la infancia y me recordó que en ese entonces estaba obsesionado con los caballos y los veleros.
Después mis padres me llevaron al taller de pintura de Carlos Giuffra, un gran pintor de Moreno, lugar de donde soy oriundo. Él me incentivaba y le decía a mi mamá que yo tenía condiciones. Asistí durante un tiempo no muy largo. Creo que en esas clases, más allá de impartir conocimiento técnico, el profe buscaba incentivarnos y fomentar nuestra creatividad, cosa que a mi entender en los niños es tanto o más importante que la parte teórica o técnica.

¿En ese momento empezaste también con la música?

Con la música empecé de más grande. Una vuelta para Reyes a mi y a mis hermanos nos regalaron un teclado Casio. Inmediatamente me puse a jugar, al poquito tiempo ya estaba haciendo melodías. No me interesaba copiar un tema, yo quería hacer mis propias canciones. Después fui a una escuelita de música en donde aprendí lo básico. A los diecisiete dejé mis estudios de música y comencé a estudiar Diseño Gráfico. Simultáneamente empecé a tocar en bandas. La primera fue de blues, que era el género que más escuchaba en ese entonces, al tiempo participé de un grupo de cumbia. Posteriormente pasé por bandas de rock, música latinoamericana, candombe, reggae.

¿Cuándo decidiste dedicarte a la pintura?

Fue cuando estaba terminando la carrera de Diseño Gráfico. Decidí que quería ser artista y no sólo hacer arte como hobby. A partir de ese momento comencé a pintar con regularidad y no paré nunca. Hace mas de veinte años que soy pintor. Cuando tomé la decisión compré bastidores y me surgió la inquietud de estudiar pintura. Empecé a estudiar con Marino Santa María, gran pintor y mosaiquista de Barracas. Asistí al taller de Marino unos tres años. Aprendí mucho y guardo muy buenos recuerdos de aquella época. Más adelante en el tiempo fui al taller de clínica de obra de Tulio de Sagastizábal, un espacio grupal en donde se trabajaba sobre las ideas y conceptos que subyacen en la obra de cada participante. Asistían artistas de todas las disciplinas. Ambos talleres fueron muy importantes para mí.

¿Cómo trabajás tus obras?

Yo directamente trabajo sobre la tela sin bocetar, empiezo manchando aleatoriamente y a partir de las manchas empiezo a descubrir formas que me gustan y me seducen estéticamente. No estoy buscando representar algo, me gusta inventar. En realidad es difícil inventar algo porque seguro que alguien ya lo hizo y no lo sabés. La creación es algo colectivo del ser humano y cada uno va agregando algo. Mucha gente ve cosas en mis pinturas y respeto esa visión porque eso es inherente al ser humano, es una ley de la percepción contra la cual no podemos hacer absolutamente nada. Yo lo que quiero generar es algo que no sea un significante de nada, que no sea un signo que representa otra cosa.

«La creación es algo colectivo del ser humano y cada uno va agregando algo«

¿Viste un antes y un después en tu arte cuando te mudaste a Córdoba?

Cuando me vine a vivir a Capilla del Monte me concentré en construir mi propia casa y en buscar sustento, cosas que demandan mucha energía. Me llevaba mas tiempo hacer las obras pero seguí pintando. Mi obra cambió, no fue un cambio radical porque no pinto el paisaje, para mi lo que yo hago es toda una misma serie en donde van apareciendo nuevos elementos y va mutando. Para mí, lo que hago forma parte de una serie continua que comenzó hace aproximadamente 20 años. A medida que avanzo, nuevos elementos van surgiendo mientras otros desaparecen, lo que da lugar a una evolución constante y gradual en mi trabajo artístico.

¿Alguna vez diste clases?

Estuve colaborando en una biblioteca popular dando un taller de murales. Yo no soy muralista pero me compré un retroproyector que es una máquina donde vos dibujás con una filmina, proyectás de noche y con una tiza marcás lo que querés muralear. A los primeros murales los hicimos con la famosa grilla.

¿Cuándo empezaste a exponer?

En el 2010 hice mi primer muestra individual a la que le puse de título Bio. Todas las pinturas estaban compuestas de círculos que formaban una especie de tejido celular. Antes de eso participé de varias muestras colectivas. En esa época mi pintura era más intuitiva, sin tanta reflexión. Ahora tardo mucho más en hacer un cuadro, aún así, continua siendo un proceso bastante intuitivo. Me pasa que como a muchos otros artistas, a veces en el afán de perfeccionar algo termino pintando de más, e incluso arruinando cosas que ya funcionaban. Es un problema frecuente en pintores no saber exactamente cuándo dar por finalizada la obra, pero bueno, el error es parte del proceso creativo. Me gusta trabajar con acrílicos, material que permite cambiar las cosas rápidamente por su secado rápido.
Volviendo al tema de las muestras, luego de esa primera individual que fue en la Casa de Cultura de Moreno, hice varias más, por ejemplo en la galería Pabellón 4, la Casa de la Cultura de Ituzaingó, la Universidad de La Matanza, el Museo Félix de Amador de Luján. A principio de este año presenté una muestra en la sala Poeta Lugones de Capilla del Monte, y hace unos meses en la galería Adentro Arte en Funes provincia de Santa Fe. También participo habitualmente de muestras colectivas. Apenas llegué a Capilla del Monte me invitaron a una exposición en la que pude conocer a varios de los artistas capillenses.

«el error es parte del proceso creativo»

¿Encontrás un hilo conductor entre tu pintura y tu música?

En realidad, no veo una conexión directa, aunque sé que debe existir porque ambas expresiones surgen de la misma persona. Para mí, son lenguajes bastante distintos. La diferencia principal entre la pintura y la música radica en la ejecución. La música, en su mayoría, es un trabajo colaborativo que implica coordinación con otros músicos, cada uno contribuyendo desde su perspectiva. Negociaciones estéticas y en ocasiones personales, incluso jerárquicas, situaciones que no se presentan en la pintura, donde todas las decisiones provienen de una única mente creativa.
A pesar de estas diferencias, disfruto ambas actividades por igual. Creo que una particularidad que tiene la música y que la pintura no posee es el contacto directo con el público, la energía que surge en ese encuentro. Tal vez en el futuro logre unir estas dos pasiones en una única obra.

¿Te apoyaron en tu casa?

Si, en mi familia me apoyaron en todo lo que quise hacer. La que tuvo más intuición o tal vez supo detectar mis inquietudes artísticas fue mi mamá. Ya de chiquito me compraba témperas y colores, y hasta una armónica. Siempre me apoyaron con mi vocación artística, a pesar de ser personas sin una especial inquietud por el arte. La influencia musical viene de mi padre, a quien le apasiona la música. En nuestra casa, solíamos escuchar música de artistas como María Marta Serra Lima y el Trío Los Panchos, Roberto Carlos, Gal Costa y clásicos del chamamé como Conjunto Ivotí. Ya llegando a la adolescencia descubrí a The Beatles y quedé enamorado de su música. En el 92 Fito Paez sacó “El amor después del amor” y la cabeza me terminó de explotar.

¿Se puede vivir del arte?

Vivir del arte es indudablemente un desafío complejo, aunque no imposible. Desde mi perspectiva, lo crucial para un artista es vivir en el arte, encontrar la poesía en cada aspecto de la vida. Por lo menos, esa es mi búsqueda. En Argentina hay una rica comunidad artística, llena de personas increíblemente talentosas. También hay millones de personas que nunca han tenido la oportunidad de ver una obra de arte original. Esta gran oferta y la escasa demanda hacen que el mercado interno del arte sea limitado, especialmente considerando las frecuentes crisis económicas que enfrentamos.
En mi caso, mi principal interés radica en la creación. Me dedico a diversas formas artísticas: pintura, dibujo, música y diseño. Mis inquietudes se entrelazan con estos campos constantemente. Cuando entro en una casa, analizo su diseño; incluso al comprar un simple paquete de papas fritas, observo la gráfica y la tipografía. Al escuchar una canción en la radio, mi mente se enfoca en la línea de bajo y en cómo se coordina con los teclados. Esta es mi forma de vivir en arte, explorando y apreciando la creatividad en todas partes.

¿Por qué el arte es importante?

Cada acción de una persona ejerce sobre las demás produce una influencia. Cómo manejás, si saludás o no saludás, hay un montón de formas de manifestarse e influir en las personas con las que te cruzás. En este sentido creo que los artistas cumplen un gran rol social. No es que los artistas lo estén pensando necesariamente, las obras tienen una repercusión. Cuando era niño vi obras que me impactaron tanto que hicieron que me dedique a esto. Eso es un caso extremo porque la mayoría de la gente que ve un cuadro o escucha una canción no se pone a tocar o a pintar. También está la influencia estética que cada artista genera, y la sumatoria de toda la influencia estética y de todos los artistas, lo que hace es generar un acompañamiento cultural. Los artistas hacen un aporte muy importante, no por nada la música nos acompaña desde hace tanto tiempo. Hay divisiones y organizaciones de lo que es el arte, por un lado la música, por otro la performance, hay cosas que se consideran arte y cosas que no, pero el origen de la palabra arte viene viene de los romanos. En Roma se consideraba artista a cualquier persona que se destacara en algo. Si estás frente de una buena obra y la obra te genera una emoción, creo que eso es a lo que aspiramos los artistas. Si con tu arte llegás a conmover a alguien es lo mejor que te puede pasar. El arte también tiene un rol muy importante en las manifestaciones del ser humano que no necesariamente es desde el arte puro. Por ejemplo en el Diseño Gráfico, que inunda toda la sociedad, o en la moda, todo está invadido por el arte. No solo el artista influye como ese personaje extraño sino que el artista ejerce su influencia en un montón de ramas de la cultura humana. En la publicidad se usa fotografía y la ilustración por ejemplo, el rol del artista excede el campo y está inmerso en toda la sociedad.

«Si con tu arte llegás a conmover a alguien es lo mejor que te puede pasar«