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Seguridad: «El vigilantismo no asegura resolver el problema»

"Si no somos responsables de convertir el entorno en el que vivimos en un entorno disfrutable, no hay sistema de vigilancia y sistema policial que aguante, señaló el especialista en seguridad, abogado y docente de la Universidad Blas Pascal Jorge Luis Jofré en diálogo con CDM Noticias Radio.

Cadetes de las escuelas policiales participarán a modo de pasantías en la vigilancia de las calles de la Provincia de Córdoba. Lo anunció el Gobernador de la Provincia ante el aumento de robos y delitos. Al respecto, Jorge Jofré consideró que tenemos que construir otro tipo de dispositivos más eficaces para prevenir más que seguir insistiendo en modelos esencialmente de control y represivos.

«Está claro de que el gobierno de Córdoba está apelando a distintas opciones de que dispondría para tratar de resolver algo que las estadísticas están reflejando. Nuestra Córdoba tiene más de 2.000 hechos de robo cada 100.000 habitantes, según los últimos informes del observatorio oficial que tenían en la anterior gestión, cuando, por ejemplo, Chile tiene 300 hechos de robo y hurtos cada 100.000 habitantes, Argentina ronda los 700 hechos de robo y hurtos, Uruguay los 800 y nosotros tenemos más de 2.000, o sea, estamos hablando de una situación concreta que está marcando cuál es el nivel de la crisis»

El abogado especialista remarcó que la pregunta es si la única respuesta que podemos dar para esta situación es incrementar el número de vigilantes en la calle.

«Se pretende más allá de fortalecer, porque así como se lo plantea, la formación de estos agentes, objetivamente la búsqueda es poner cada vez más vigiladores entre la Guardia Urbana, las Guardias Urbanas, digo, los alumnos en la calle y los policías que ya están objetivamente desplegando sus tareas, lo que se pretende es más vigilancia. Bueno, sobre esto podemos extendernos, está claro que hay dos formas de concretar el objetivo de reducir los hechos, pero también tenemos que ver la experiencia internacional, si no existen otras herramientas más eficaces, y desde hace muchísimos años ya se viene planteando de manera clara de que no hay cantidad de policías, no hay cantidad de vigiladores, no hay forma de lograr que el vigilantismo estructurado institucionalmente pueda defender una civilización, un país, una provincia, un pueblo, en donde la propia comunidad ha permitido que se desmorone los sistemas normales de comunicación y de convivencia cotidiana, y también lo vimos en la pandemia, la pandemia nos ha permitido ver que por más que pongamos un policía atrás de cada persona, cuando tenemos que, desde la responsabilidad personal, tenemos que usar cada quien un barbijo, evitar la cercanía con otras personas, si no somos responsables nosotros mismos de convertir el entorno en un entorno disfrutable, no hay policía que lo logre«

¿Qué queda entonces si no es esa vieja iconografía de la gente policial en la esquina como fotografía de la solución a estos problemas? ¿Qué nos toca hacer como comunidad y qué se puede hacer desde las herramientas, desde el pensar, la seguridad, desde el gobierno?

Primer punto, está absolutamente claro que la decisión compulsiva o esa pulsión corresponde rápidamente y de manera efectiva después de lo que fue el lamentable hecho de Blas Correa, en donde se puso en discusión la formación de los policías y por esto se incrementó en un año la formación de oficiales, en dos años la formación de los agentes y suboficiales de la policía generó más problemas que buenos resultados, dejamos de tener el flujo normal de incorporación de agentes a la actividad policial, que cumplen una buena función en el marco de lo que saben hacer, que es disuadir parados en la esquina o haciendo subrutas en los móviles o reprimir, poniendo a disposición de la justicia a los que han cometido un delito, eso es el sentido de la represión legal, pero lo que nos está faltando es generar dispositivos de distinto orden para complicarle la actuación a aquellos que están dispuestos a cometer delictivamente, hay gran cantidad de mecanismos, hay gran cantidad de dispositivos que son probadamente más eficaces y hay gran cantidad de tácticas eficazmente preventivas, lo que la gente está dispuesta es a que los gobernantes inviertan el dinero que pagan en los sueldos, no en actuar cuando los hechos se comentan, sino que evitar que se comentan, existen por ejemplo tácticas de carácter preventivo como la denominada CEPTED, que significa prevención del crimen a través del diseño, porque es una frase, un acrónimo de una serie de palabras anglosajonas, crime prevention through environmental design, prevención del crimen a través del diseño ambiental, que trabaja con arquitectos, con sociólogos y con las comunidades, y se lo voy a decir de la manera más vulgar posible, para complicarle la vida al delincuente, no que se le complique al ciudadano, si seguimos construyendo ciudades que facilitan el accionar de los delincuentes, vamos a tener, por claro, más hechos delictivos, necesitamos ciudades que favorezcan que haya más ojos en la calle, que los ciudadanos tengan más motivos para disfrutar el espacio público y que se instalen más dispositivos que eviten que los delincuentes lleven adelante su accionar.

«Lo que nos está faltando es generar dispositivos de distinto orden para complicarle la actuación a aquellos que están dispuestos a cometer delictivamente, hay gran cantidad de mecanismos, hay gran cantidad de dispositivos que son probadamente más eficaces y hay gran cantidad de tácticas eficazmente preventivas«

Usted me preguntará cómo, bueno, pero todo esto tiene que ver con el estudio de las actividades, tanto de los ciudadanos como de los delincuentes, porque todos tenemos actividades rutinarias, los ciudadanos comunes y honestos que van a trabajar, que se esfuerzan todos los días, y los que delinquen, y delinquen y tienen éxito porque estudian la rutina de la gente, saben por dónde caminamos, cuánto nos demoramos, son cuestiones muy elementales que están estudiadas por la criminología, en función de eso, tanto arquitectos desde el desarrollo urbano como los distintos actores que disfrutan la ciudad tienen que trabajar en ese sentido, hay áreas específicas de la policía de los países más desarrollados y que tienen menos índices delictivos que trabajan este tipo de tácticas y evitan que se produzcan los delitos, y en tanto y en cuanto los ciudadanos lleven adelante esas actividades, por ejemplo el diseño de los domicilios, si hacen caso a lo que los arquitectos policiales les recomiendan, les bajan hasta los impuestos, porque esas casas pasan a ser invulnerables, esos negocios son invulnerables, fíjense hasta qué punto puede ser objetivo y no es un planteo ilusorio el que estamos haciendo, y no sólo con policías parados en la esquina, y esta es la gran oportunidad que tenemos que tratar de revalorizar, construir otro tipo de dispositivos más eficaces para prevenir que seguir insistiendo en modelos esencialmente de control y represivos.

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