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Cosquín: El canto de la plaza y la fiesta en todas sus formas le ganaron al diluvio en la tercera luna

Un aguacero caracterizó la tercera luna del festival de Cosquín

Una noche épica se vivió en la tercera luna de este Cosquín 2025, con varios de los artistas de la grilla cruzándose en diferentes momentos como un regalo para el festival y cantando bajo la abundante lluvia que no paró de caer en prácticamente toda la jornada.

Fuente: Aquí Cosquín

Así y todo, la plaza resistió primero y coreó, bailó y gozó después, desde el chamamé de Los Alonsitos en el arranque hasta la gran fiesta de Los Tekis, que se extendió cerca de las cuatro y media de la mañana con el diluvio siempre presente.

“El agua del cielo es una bendición” fue una de las frases más escuchadas durante la noche. Y vaya si lo fue en la ofrenda artística que nos dejó Guitarreros cuando comenzó el primer aguacero que obligó a suspender la programación durante casi media hora.

En la reanudación, Maggie Cullen tuvo la responsabilidad de salir a bancar una parada muy brava mientras las puertas de abrían para que la plaza vuelva a poblarse y que todos pudieran disfrutar la fiesta. La joven de 24 años nacida en el barrio porteño de Palermo y que comenzó de un tiempo a esta parte a lograr un importante reconocimiento por su frescura, originalidad y sobre todo, el
amor por la música de raíz, pasó una prueba complicada en el escenario mayor del folklore.
Con un repertorio muy bien elegido que incluyó clásicos como La Sixto Violín de Raúl Carnota,
El Silbador de Castilla – Leguizamón y Chacarera del sufrido de los Hermanos Ábalos, puso a bailar y cantar a la plaza. El cierre fue con la chacarera Para cantar he nacido, tema de Horacio Banegas que popularizó Mercedes Sosa y más acá en el tiempo catapultó a Abel Pintos. ¿Será un presagio para Maggie?

Otra cantora que cumplió con creces fue Camila Pino, cordobesa de Bell Ville y ganadora de Pre Cosquín como Solista Vocal, al igual que en la final del certamen de nuevos valores estremeció con su interpretación de Zamba de los mineros. El que no pudo actuar por una obvia cuestión de seguridad fue Daniel Andrés Espoz, ganador del Pre como Solista Masculino de Malambo, cuya presentación será reprogramada para los próximos días.

Facundo Toro cumplió con su promesa de traer invitados de todos los palos, desde Los Caligaris (estarán el domingo en la última luna), Manolo Herrera y las Sachaguitarras Atamishqueñas y la que es tal vez es la cantante popular del momento en Córdoba: Euge Quevedo.

Junto a “la Muela” trajeron la emoción con la zamba De mi madre y la reciente colaboración La flor que nunca muere, para la que invitaron a los Nombradores del Alba. Para el cierre no podía faltar Zamba para olvidarte, el tema de su padre Daniel Toro y una de las piezas más versionadas en los últimos que va camino a cumplir 50 años de su estreno cuando se terminó consagrando ganadora del Festival de la Canción Cosquín 1976.

Pasaron luego Los Videla con su necesaria dosis de música cuyana y los locales Ceibo, que celebraron 10 años de historia. “Que esta noche sea una guitarreada gigante”, dijeron después de hacer cantar a toda la plaza con una selección de zambas clásicas como Luna cautiva, Zamba de mi esperanza y Luna tucumana. Cuatro voces y una guitarra, a veces no hace falta nada más. A pesar de ello, tras recibir un reconocimiento del festival por una década de trayectoria, cerraron a pura cumbia y cuarteto en un bloque que hizo agitar brazos y paraguas.

Destino San Javier arrancó su presentación en la misma línea con una versión bien bailable de Tu sí sabes quererme, de Natalia Lafourcade, para luego dar paso al segmento de zambas tales como Justo Ahora, La Taleñita, La Oma y la siempre festejada A Monteros.

“Este tema es ideal para mojarse y ponerse cachondo”, lanzó Bruno Ragone para dar pie a la balada Aunque ya no vuelva a verte, a la que se pegó Mujer niña y amiga de Tiano Figueroa Reyes, hermano del legendario Hernán Figueroa Reyes.

En la recta final llegó otro momento bien festivo con Amor fugaz y la irrupción de Los Tekis, que calentaron motores para lo que vendría minutos después.

La banda jujeña celebró 30 años de Consagración en el festival con un arranque de novedades (Todos nos vamos a morir, publicada recientemente junto a Los Auténticos Decadentes que aparecieron en las pantallas) y preparar el terreno para una seguidilla de invitados y emociones. No somos nada con Coroico, la versión cuartetera de Zamba para olvidarte junto a Facundo Toro y Hasta el otro carnaval con Destino San Javier devolviendo la gentileza, fueron los momentos de encuentro artístico que el público siempre celebra.

“Se juntan muchas cosas, simplemente agradecer a Cosquín y a ustedes, que son los que hacen posible que sucedan las fiestas populares”, le dijo Mauro Coletti a una plaza que seguía sedienta de fiesta bajo la lluvia y que festejó otro bloque carnavalero a continuación.

En la recta final, hasta se dieron el gusto de meter un segmento con guiños al rock argentino (Rezo por vos y De música ligera) y se despidieron a puro carnavalito. La perlita emotiva se dio en la conferencia de prensa posterior a la que asistió solo Juanjo Pistoni, quien hace pocos días anunció que deja la banda luego del carnaval en Jujuy. “Lo que pasó hoy fue muy emocionante. Lloré y disfruté”, dijo el percusionista que se alejará de la música para dedicarle más tiempo a su familia. El Cosquín de las emociones sigue adelante.

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