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LibreIncu: Una incubadora de pollos con software libre para la agricultura familiar en Córdoba

En Córdoba, un grupo de organizaciones populares, junto a la cooperativa tecnológica AlterMundi y la organización rural CTO, ha desarrollado LibreIncu, una incubadora de pollos diseñada para la agricultura familiar. Este proyecto combina tecnología de software libre con prácticas agroecológicas, ofreciendo una solución innovadora para la producción avícola a pequeña escala. Con una capacidad de 150 huevos, control automatizado de humedad y temperatura, y monitoreo remoto a través de una aplicación móvil, LibreIncu promete revolucionar la forma en que las familias rurales producen alimentos.

Fabricio Puzio, integrante de la organización rural CTO y uno de los impulsores del proyecto, explicó en una entrevista radial con CDM Noticias que la idea surgió hace unos cinco o seis años, cuando AlterMundi se acercó a la CTO con una propuesta de desarrollo de redes comunitarias de Internet. «A partir de ese intercambio, empezaron a surgir preguntas de para qué queríamos Internet, para qué queríamos la tecnología, qué beneficio nos podía traer a nosotros como trabajadores de la agricultura familiar», relató Puzio. Fue así como nació la idea de crear una incubadora adaptada a las necesidades de la pequeña escala productiva.

Tecnología apropiada para la agricultura familiar

Uno de los aspectos más destacados de LibreIncu es su enfoque en la tecnología apropiada. Puzio señaló que en Argentina no existen incubadoras diseñadas para la pequeña escala que incluyan sistemas de control de humedad, temperatura y monitoreo remoto. «No hay incubadoras en Argentina para la escala nuestra que tengan un sistema de monitoreo y de alarmas online», afirmó. Tras dos años de desarrollo y pruebas, en febrero de este año se fabricaron las primeras ocho incubadoras, que fueron distribuidas en distintas comunidades de Córdoba, incluyendo San Marcos Sierras, el Valle de Paravachasca y Colonia Marina.

Los resultados preliminares han sido alentadores. Puzio compartió que, durante las pruebas, la incubadora logró un índice de eclosión del 80%, superando el 76% obtenido con incubadoras comerciales de alta gama. «Nos tomamos el trabajo de registrar los números de nuestros gallineros con incubadoras comerciales, y con nuestra incubadora llevamos un número superior a eso», explicó. Sin embargo, más allá de los números, Puzio destacó que lo más importante es demostrar que es posible desarrollar tecnología adecuada para la agricultura familiar, un sector clave en la producción de alimentos sanos.

Soberanía alimentaria y tecnológica

El proyecto LibreIncu no solo busca mejorar la producción avícola, sino también promover la soberanía alimentaria y tecnológica. Puzio enfatizó que la agricultura familiar es la única que produce alimentos sanos en los pueblos, frente a un modelo agroindustrial que depende de agroquímicos y antibióticos. «Estamos comiendo alimentos que, cuando no están contaminados por agroquímicos como el maíz y la soja, están llenos de antibióticos, como el caso del pollo o el cerdo», señaló. LibreIncu, en cambio, incentiva la producción de alimentos sanos y de cercanía, reduciendo la dependencia de las grandes cadenas avícolas y farmacéuticas.

Además, el proyecto apunta a desarrollar una genética propia de pollos criollos, recuperando saberes ancestrales. «Las viejas de acá elegían los mejores huevos y se los ponían a las mejores madres para reproducir la genética que ellas querían. Algo así es lo que queremos replicar», explicó Puzio. Este enfoque no solo mejora la calidad de los alimentos, sino que también fortalece la autonomía de las comunidades rurales.

El rol del Estado y los desafíos futuros

Puzio también reflexionó sobre los desafíos que enfrenta el proyecto, especialmente en lo que respecta al financiamiento. «Este es un gobierno que no esperamos nada de él, todo lo que podemos esperar para nuestro sector es malo, es ajuste y va en contra de nuestros intereses», afirmó. Sin embargo, señaló que incluso durante los gobiernos progresistas, no hubo un apoyo real al desarrollo de tecnología para la pequeña y mediana escala. «Las grandes empresas tienen millones de dólares puestos alrededor de la investigación, pero cuando hablamos de la pequeña escala, ahí tiene que haber un rol activo del Estado», sostuvo.

A pesar de estos desafíos, el equipo detrás de LibreIncu ya está pensando en el futuro. «Tenemos dos o tres líneas de trabajo: llevar este sistema de monitoreo y control a otras ramas de la agricultura familiar y, después de ajustar el prototipo, fabricar la incubadora para comercializarla a un precio accesible», adelantó Puzio. El objetivo es que esta tecnología esté al alcance de más comunidades, fomentando la producción de alimentos sanos y fortaleciendo la economía local.

¿Qué problema hay?

El desarrollo del software tuvo un gran aporte de INTI por medio de una orden de trabajo solicitada por los integrantes de LibreIncu. Fue realizado con software libre y contó con la destacada participación de Javier Jorge.

Recepción en las comunidades

La recepción de las primeras incubadoras ha sido muy positiva. Puzio compartió una anécdota sobre cómo el sistema de alarmas online permitió resolver un problema en Colonia Marina. «Saltó la térmica del galpón, pero gracias al mensaje de alarma, los compañeros lo solucionaron rápidamente. Si no hubiéramos tenido ese sistema, probablemente se habría perdido el nacimiento», relató. Este tipo de historias reflejan el impacto concreto que LibreIncu está teniendo en las comunidades, mejorando no solo la producción, sino también la calidad de vida de las familias rurales.

En definitiva, LibreIncu no es solo una incubadora de pollos, sino un símbolo de que otro modelo de producción es posible. Como concluyó Puzio: «Tenemos que ser capaces de crear otro modo de producción distinto frente al que viene proponiendo el agronegocio y los monopolios de los alimentos». Con proyectos como este, las comunidades rurales de Córdoba están demostrando que la tecnología, cuando es apropiada y accesible, puede ser una herramienta poderosa para construir un futuro más justo y sostenible.


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