Rosalía Alvarado es activista por los derechos de la niñez e integrante de la Fundación «Al Fin Justicia» de Resistencia (Chaco) En 2016 radicó una denuncia por los abusos sexuales sufridos en su niñez por parte de sus tíos paternos. Aún aguarda fecha de juicio y se constituye hoy como la causa mas longeva que aguarda justicia.
«Con 39 años pude poner en palabras el horror que había sufrido de niña. En ese momento exploto el horror del cuerpo. Sentía mucha culpa, mucha vergüenza, pero inmediatamente sentí que quería justicia, que no era justo lo que me había pasado y vivido desde los 5 a los 12 años».
Junto a otras personas Rosalía conformó Al Fin Justicia y se dedican a visibilizar el delito, cuáles son las características, la importancia de la justicia, de la ESI, de que se hable en todas partes.
En Capilla del Monte se está conformando el grupo de Adultes Sobrevivientes de Abuso sexual en la infancia coordinado por la psicóloga social Alejandra Frassati. Podés comunicarte al cel 3548 465647.
También podes adquirir el libro «El abrazo conjunto»: Recursos artísticos para sobrevivientes de abuso sexual en la infancia y adolescencia, a total beneficio de ASI NO Capilla del Monte.
En la columna de géneros de Entre Mate y Mate, Rosalía nos cuenta sobre la militancia de la ley 27.206 de «Respeto a los tiempos de las víctimas» que permite que los delitos contra la integridad sexual no prescriban y que se pueda denunciar mas allá del tiempo en que hayan transcurrido los hechos, o se ratifique una denuncia hecha habiendo sido menor de edad.
«Hicimos muchas campañas para que se conozca y hacerla valer, hasta su aprobación en octubre de 2015». Fue así que junto a Belén otra compañera sobreviviente de esta pareja de abusadores, pudieron denunciar. «Si bien denunciamos dos personas, la denuncia era un reclamo colectivo».
Sabemos que no es igual la jurisprudencia, los fallos en todo el país. Consideramos que esto tiene que ver con una mirada patriarcal, adultocéntrica respecto a estos delitos por la naturalización, porque generalmente suceden en espacios del ámbito familiar, de gente muy cercana, por eso se oculta. Pasa y mucho…se equipara a la tortura…hablar es muy sanador y en mi caso llevo mucho tiempo».
Solo el 1% de las denuncias por abuso sexual en la infancia tiene condena.
«La lucha salva y la justicia tiene que ser reparadora. Nuestro Estado tiene que decir que no tolera estos delitos porque son crímenes tremendos contra la infancia y necesitamos infancias libres, respetadas para tener un buen futuro».
