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Oscar García: «Lo que vino a hacer la pandemia es barrer la diferencia respecto a quién puede ser el contagioso»

Oscar García es Profesor a cargo de la Cátedra abierta de solidaridad de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Tiene vasta experiencia en la promoción y formación del voluntariado social en Argentina, trabajando articuladamente con diversas organizaciones de la sociedad civil.

En el contexto del COVID 19, ha difundido un “Decálogo para EL VOLUNTARIADO en medio de la pandemia”. En estos días además se encuentra convocando un MINI – CURSO: «Los efectos de la pandemia de coronavirus en la Cultura de la Solidaridad Argentina”, en modalidad virtual y TOTALMENTE GRATUITO. Está pensado como un espacio de encuentro, diálogo y reflexión acerca de la Cultura de la Solidaridad, a partir de reflexionar sobre los efectos que tendrá la pandemia de coronavirus en la Argentina.

– ¿Cómo será el mini curso?

– – Se realizará a través de 3 encuentros por videollamadas y con material escrito. La idea es poder reflexionar si la pandemia de coronavirus está efectuando cambios en la cultura de la solidaridad argentina, cuáles son ellos, cuáles son las perspectivas de que pasada la pandemia pueda haber en la forma en que la sociedad argentina manifiesta su solidaridad. La idea es hacer un espacio de encuentro, de diálogo. Por supuesto, nosotros tenemos algunas ideas para compartir pero el objetivo es que todo sea horizontal y que cada uno pueda tener su experiencia, sus comentarios, sus ideas. La pandemia nos abre a muchísimos temas en este caso tratamos de circunscribirlo al tema de la solidaridad; por supuesto que hay connotaciones políticas y económicas, las tocamos en el curso pero siempre poniendo el foco en la cultura de la sociedad.

– ¿Qué vínculo encontrás entre «voluntariado» y el concepto ancestral del «buen vivir»?
– Es muy interesante ese planteo. Nos podemos remitir a una mirada que no siempre se discute que es que el voluntariado empezó en la argentina mucho antes de que lo llamáramos de esa manera; que la solidaridad tiene raíces que no son las raíces que nacen en 1492 con la llegada de Colón, hay un sustrato absolutamente originario en las cuestiones solidarias. Pero no me refiero a las cuestiones de la solidaridad individual: no se trata de decir que nuestros pueblos originarios estaban compuestos por personas individualmente solidarias, que seguramente las había. Lo interesante que se conoce hoy es que había sistemas solidarios, es decir, que los pueblos precolombinos llevaban adelante verdaderas instituciones y verdaderas prácticas basadas en conceptos que hoy llamamos solidarias. Ese «buen vivir», que es originario también, nos lleva a una compatibilidad máxima entre lo que es la reciprocidad y la solidaridad que conocemos actualmente. Una reciprocidad que no es solamente entre humanos sino que los pueblos originarios la llevaban al cosmos; a una cosmovisión entre humanos, entre humanos y animales, entre humanos y la tierra. En fin, a un sistema mucho más amplio que el actual.
El voluntariado muchas veces peca de ser un concepto moderno en el sentido capitalista/ neoliberal. Hay un voluntariado colonizado por el neoliberalismo pero también hay un voluntariado que remite a estas viejas ideas de «buen vivir» y de una mirada distinta.

– ¿ Cuáles son las tensiones que notas entre «solidaridad» y «justicia social»?
– Ese es un de los temas que vamos a tocar en el curso porque justamente en estos días de pandemia se pone de manifiesto la tensión entre solidaridad y justicia. Lo primero que hay que decir es que en nuestra consideración el vínculo entre solidaridad y justicia es un vínculo estructural es decir, que una estructura a la otra. Y esto es interesante de plantear porque del mismo modo que decimos esto decimos que son muy diferentes la una con la otra. Muchas veces en los discursos, en las prácticas, en los medios de comunicación trata de mostrarse un solapamiento como si la solidaridad pudiera reemplazar en algunas circunstancias a la justicia y sobre todo, a la justicia social. Eso es algo que nosotros no aceptamos y no proponemos, la diferencia entre ambas es una diferencia de jerarquía: la justicia es la hermana mayor de la solidaridad. A la solidaridad se le pide y en la solidaridad se brinda, en cambio a la justicia se reclama y se garantiza. Hay una diferencia enorme entre estos cuatro verbos: entre pedir, dar, reclamar y garantizar. Entonces cuando hablamos de solidaridad y justicia a nosotros nos gusta plantear lo siguiente: que aún siendo diferentes son estructurantes entre sí y dependen una de la otra. La solidaridad, sobre todo la solidaridad transformadora, es un camino hacia la justicia social. Las prácticas que comienzan como prácticas solidarias (que son prácticas muchas veces asistemáticas, marginales, que están en los bordes, que están invisibilizadas) después pueden derivar en situaciones que van adquiriendo sentido de derecho y que van transformándose en una necesidad ya reclamable. El debate porque se logre la ley del aborto es un ejemplo, por decir uno de los más recientes, donde aparece una trama de solidaridades muy al margen del sistema político y va adquiriendo a través de una práctica solidaria un estatus que la acerca, ojalá pronto, a una situación de justicia.

– ¿Cuáles son los nuevos desafíos que tenemos como sociedad luego de la pandemia?
– Para nosotros hay un eje de la cultura de la solidaridad, incluso más allá de la situación de pandemia, que es como vemos la situación del otro, la otra o del otre. Ese otro que no necesariamente es el que está afuera, al otro que vemos, que se nos aparece, que nos reclama, que nos pide, que nos interpela; sino que también es el otro que todos y todas llevamos adentro: la internacionalización del otro es constitutiva de cualquier individuo, no habría posibilidad de ser individuos sino llevamos internalizado a los otros. Y lo que está sucediendo ahora con la pandemia es que ese otro ahora somos todos. En la pandemia apareció algo que no había aparecido hasta ahora: la necesidad de un triple cuidado. Hasta ahora la relación con un otro, sobre todo si era un otro desconocido, era una relación que podía estructurarse en «me cuido de ese otro». Es decir, tengo cuidado de que la relación con el otro esté hasta donde yo quiero que esté. Hoy en día eso cambió y es triple. Primero: hay un me cuido yo de que los otros no me contagien; segundo, hay quienes a su vez se cuidan de mí para que yo no los contagie y tercero, a quienes yo cuido no contagiando. Es decir, hay un triple cuidado, entonces ahí se iguala esta relación con el otro. Hay una frase que circuló mucho que dice «la vacuna somos todos», que está muy bien como slogan para promover el aislamiento y la cuarentena. Pero es interesante plantear que, por la propia definición de vacuna (que es un virus que está contenido y que está tomado para que pueda generar anticuerpos de una manera muy cuidada) si al vacuna somos todos entonces, el virus somos todos también. Lo que vino a hacer la pandemia es barrer una diferencia respecto a quién puede ser el contagioso. Ya no hay un otro como una amenaza sino que para ese otro yo también puedo ser una amenaza o puedo ser un hermano. Hay un nuevo hermanamiento de la humanidad a través de la pandemia que es un hermanamiento donde todos somos humanidad virus hoy en día.

Para finalizar la entrevista, el profesor reflexionó: «Yo creo que es fundamental cuando esto pase poder generar la conciencia que permita construir sean nuevas o modificar las instituciones existentes a nivel global y a nivel local de la República Argentina;  instituciones que realmente recojan las experiencias solidarias para profundizar las experiencias de justicia social. Y también que se aproveche la visibilización que la pandemia hizo de las cuestiones desatendidas. Por ejemplo, aquí  la ciudad de Buenos Aires tuvo que salir a armar masivamente paradores para que hicieran la cuarentena las personas que viven en situación de calle que antes el propio gobierno había negado su existencia. Entonces la pandemina viene a hacer una radiografía forzosa de aquellos olvidos que podían pasar desapercibidos y que ahora no hay ninguna posibilidad de ocultar. Eso me parece que puede ser algo capitalizable.

Los datos del curso

MINI – CURSO: «Los efectos de la pandemia de coronavirus en la Cultura de la Solidaridad Argentina»

➡️ Este Mini- Curso es un espacio de encuentro, diálogo y reflexión acerca de la Cultura de la Solidaridad.

➡️ Es TOTALMENTE GRATUITO y se dicta conformando dos grupos de 15 participantes c/u, los cuáles trabajarán de forma virtual con actividades on – line y of – line.

➡️ Desde lo pedagógico, se compartirá la lectura crítica de un texto base, alrededor del cual se abrirán diversos ejes de análisis, discusión y reflexión.
➡️ El texto base es un artículo de 12 carillas en el que se reflexiona acerca de qué efectos tiene la pandemia de coronavirus en la Cultura de la Solidaridad en la Argentina. Este texto se distribuirá con anticipación entre los inscriptos.

➡️ Además del texto base, los contenidos se extenderán en otros artículos, enlaces, videos y referencias que van complementando y profundizando lo trabajado.
➡️ Serán 3 encuentros on -line de 45 minutos de duración y se realizarán a través de la aplicación audiovisual Jitsi Meet.

?EL CURSO SE DICTARÁ LOS DÍAS:
?
LUNES 20, MIÉRCOLES 22 VIERNES 24
de ABRIL de 2020
?
En DOS OPCIONES DE HORARIOS
? Por la MAÑANA – de 11:00 a 12:00 Hs –
? Por la TARDE –
de 18:00 a 19:00 Hs.

? La inscripción se realiza en:

mail: catedrasolidariaunsam@gmail.com

whats app: (011) 4 969 4102

✒️Datos a completar para inscrbirse:

1.Nombre y Apellido:
2.Correo electrónico:
3. Tel. para Whats App o Telegram:
4. Facebook (opcional):
5. Confirmar HORARIO ELEGIDO para encuentro on – line: M (mañana) / T (tarde)

 

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