En la tradicional columna sobre género que se realiza en Entre mate y mate este lunes reflexionamos sobre la violencia de género en contexto de pandemia.
Los índices de femicidios no frenan ni siquiera con el aislamiento social obligatorio. Vamos más de 20 femicidios en lo que va de la cuarentena y han aumentado los llamados y las denuncias por situaciones de violencia doméstica e intrafamiliar. Varias legisladoras están pidiendo la declaración de la emergencia social por violencia de género.
Esto supone la posibilidad de otorgar mayores recursos en torno a las situaciones de violencia de género. Varias veces en distintas localidades y provincias de nuestro país, se ha declarado. En Capilla del Monte en un momento se declaró la emergencia en materia social por violencia de género debido a los terribles indicadores de violencia que había por día. Fue derogada junto a las ordenanzas que tanto se necesitaban en torno a la violencia de género y a la protección de la infancia, allá por el gobierno del radicalismo.
En caso de que se sancione «pone el foco del estado en esta emergencia dentro de la emergencia. Hay todo un debate en torno a esto y me parecía interesante traer esta frase que está circulando: el femicidio es una pandemia dentro de la pandemia.»
Particularmente, el comunicado de la asociación Con Vos de la provincia de Córdoba insta a que se deje de relacionar los femicidios y la pandemia. El planteo de esta asociación es hacer la diferencia entre lo que nos llega como significante. La pandemia es una emergencia epidémica de una determinada enfermedad que se extiende por un territorio, en este caso es a nivel global que se está viviendo. Entonces, expresan que poner el femicidio en el lugar de una pandemina nos quita el componente de construcción histórico- social y también de posibilidad personal, colectiva y grupal de hacernos cargo de esas propias conductas que tenemos. No es una enfermedad que viene de afuera, más allá de la discusión de donde vino el virus que nos está encerrando ahora.
En España, y acá en algunos lugares de Argentina también, aunque no salió como una política pública nacional, surgió una campaña que se llama «Tu no te quedes en casa» y le habla a la mujer que está conviviendo con su agresor. España dispone de toda la hotelería y los centros turísticos como alojamientos para las mujeres víctimas de violencia de género para garantizar que esa persona salga de su casa y mantenga el aislamiento social. Con todo lo que significa, porque justamente es la mujer la que debería quedarse en su casa y es la que tiene que salir huyendo de su agresor. Eso no es lo ideal pero es una salida de supervivencia para la mujer y les niñes que normalmente acompañan a esa mujer para poder preservar su vida.
No podemos dormirnos en esta época, tenemos que estar más atentos que nunca cuestionándonos las propias prácticas y siendo solidarios y comprometidos.
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