En la región

Yendo de la plaza al streaming: Concierto virtual de Mujeres Músicas de San Marcos Sierras

Salir de las redes es la consigna, y entrar en ellas con todo el cuerpo para romper el aislamiento social. Así estamos por estos días en el planeta tierra y en las tierras de San Marcos.

Por Violeta Collado desde San Marcos Sierras.

Por aquí se respira a fase privilegio, a satisfacción más o menos estable por el lugar elegido para vivir. Así y todo, agosto acumula una larga lista de contradicciones mediterráneas. Los bares están abiertos para sentarse en grupo pero no sería posible reunirse con amigos, sólo entre familiares y los domingos. Los centros comerciales están abiertos pero las ferias agroecológicas no tienen aún autorización para funcionar en varias localidades de la provincia.

Fotografía: Elena Parra

Si hay algo que desveló por igual en todo el territorio argentino, tanto en los centros urbanos llenos de siglas (AMBA, ASPO, IFE, ufa!) como en los más alejados parajes llenos de silencio, fue el aumento alarmante de los casos de violencia de género. Las medidas de confinamiento agudizaron el problema de muchas. Las denuncias están, pero los casos ya irreparables, también. En esta zona, sumamos el pedido de justicia por el femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte.

Con este espíritu y con todos sus corazones, el grupo de Mujeres Músicas de San Marcos salió a actuar días atrás en las redes. Con un celular haciendo equilibrio sobre una mesa de cocina, unas lucecitas led y un par de sillas como escenario, las Mujeres Músicas transmitieron su espectáculo de manera virtual y virtuosa a la vez. En estos tiempos de cuarentena no se puede tocar en la plaza, junto al río, en los escenarios sanmarqueños pero se puede salir en las redes. Así fue que, puertas adentro, las pibas salieron a escena con la misma adrenalina que hace unos meses nomás revoloteaba en sus presentaciones en la Feria Comunitaria, en la Plaza, en las marchas, junto a los vecinos y frente a cientos de turistas.

Algo similar hicieron las Alta Yara, la banda de cumbia nena del pueblo. En una hermosa sintonía, también estos días movilizaron las redes con el estreno de un video de su canción Puchi Pachi. El audiovisual, muy bien realizado por Ivana Fernández, combina la filmación de una presentación reciente en Villa de Soto con imágenes de la marcha por Ni una menos que la colectiva feminista de San Marcos realizó este año a puño alzado y barbijo.

¿Cómo empezaron las Mujeres Músicas con su espectáculo?

Pues en la plaza. En la marea. En una plaza del 8 de marzo, pidieron el micrófono y de a una, de a dos, en trío, en grupos, fueron cantando sus verdades, reclamando por las pibas muertas, por la libertad de las perseguidas por la justicia patriarcal, por el cese de la violencia contra la mujer, por la legalización del aborto, contra la trata. Porque desde el origen de los tiempos las mujeres hacen música así. Su arte, más que expresión, es siempre un manifiesto.

Para muchos, lo nuevo de estos tiempos feministas es la invitación colectiva. La clásica escena público y artista se convierte en círculo, en gran fogón. Las mujeres en círculo se escuchan a sí mismas y se acompañan. Estas músicas, se acompañan con la guitarra, se juntan para arreglar una canción y se sostienen en la escena. “Nos acompañamos”, dice Fabi Cirillo, promediando el show por streaming para explicar el movimiento caleidoscópico en el que entran y salen artistas formando infinitas combinaciones grupales frente a la pantalla del celular que las conecta con el mundo

Afuera del encuadre, todo es concentración y silencio, como en las patas de cualquier escenario. Hay una lista de temas en la pared, un horario que cumplir y la responsabilidad de lograr que toda la realización resulte inobjetable en tiempos de restricciones pandémicas y autorizaciones cambiantes

Frente a cámara sonarán, a lo largo de una hora y media exacta, poesías, canciones indie, bossa, tango, chacareras, murga, jazz, composiciones propias y versiones, de la mano de artistas más experimentadas combinadas con debutantes. Cantantes, percusionistas, guitarras, bajo, flauta traversa y hasta un didjeridoo resonarán y darán color a la presentación.

La música vibra en el aire intercalada con saludos y respuestas a mensajes que llegan por la red. La compañía presente de una de ellas, Karina Beorlegui, a quien la cuarentena la encontró en la ciudad, y los mensajes del público de San Marcos y de tantos otros lugares. La música se entrelaza también con las luchas, el reclamo de justicia, la visibilización de la lucha feminista, la imagen de Cecilia en el atril, los carteles que sostienen hasta el final…

La música fue enteramente femenina con todo lo que implica. Con los decires y los sentires. Sonando y soñando por un mundo más justo. Cantando, como propone Vivir Quintana: sin miedo.

Publicado en Facebook de Agenda San Marcos

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba