Capilla del Monte

Tecnología y derechos: Proteger y orientar a niñas, niños y adolescentes en un mundo virtual hiperconectado

El grooming o ciberacoso y el ciberbullying. Por Laura De Bernárdez para Una Radio Muchas Voces

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Las niñas, niños y adolescentes actuales habitan en un mundo de una hiperconectividad creciente, donde el universo virtual juega un papel central en los procesos de socialización, en los vínculos y en la construcción de la identidad. En cambio, los y las adultas en general, tenemos una visión más restringida y un mayor desconocimiento, ya que estamos más habituados a los medios masivos de comunicación –la televisión, la radio y los periódicos- donde las y los usuarios tienen un rol pasivo en ese intercambio.

En la lógica de funcionamiento de las nuevas tecnologías, las/os usuarios, además de consumidores, son productores de información en interacción con el medio y debemos ser conscientes y concientizar de ese material que con nuestra sola interacción producimos, así como prevenir los riesgos a los que está sometida una niña, niño y adolescente en un mundo que no requiere salir de casa.

¿Qué es el ciberbullying?

El ciberbullying es el maltrato que sufre un niño, niña o adolescente por parte de otro/a par de edad similar, a través de internet u otros medios electrónicos, donde es amenazado/a, humillado/a o molestado/a mediante la publicación de textos, imágenes, videos o audios, la exclusión a foros, chats o plataformas sociales, la alteración y difusión de información en las redes sociales que la/o perjudiquen.

Los efectos del ciberbullying pueden ser incluso más perjudiciales que el del bullying escolar ya que el universo de personas que alcanza la exposición es enorme e incontrolable.

Es fundamental la atención como adultas/os, el dialogo y acompañamiento no solo ante las situaciones que pueda estar sufriendo una niña, niño y adolescente, sino también en cuanto a sus prácticas y comportamientos con los otros y otras, ya que el ciberbullyng se da entre pares y requiere necesariamente de un entorno cómplice para que la humillación y el maltrato se perpetúen.

¿Qué es el Grooming?

El  Grooming es un delito, es una acción deliberada de un adulto/a de acosar sexualmente a un niño, niña o adolescente mediante el uso de Internet, a través de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos como redes sociales, páginas web, aplicaciones de mensajerías como Whatsapp, etc.

El 13 de noviembre se conmemora en la Argentina el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming, día que remite al aniversario de la ley 26.904 del año 2013, donde se incorpora al código penal la figura de grooming y se establece la “pena con prisión de seis meses a cuatro años al que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos conectare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

Dónde recibir orientación y cómo denunciar el Ciberacoso o Grooming

Por medio de la aplicación móvil GAPP creada por Grooming Argentina y desarrollada para denuncias relacionadas con este delito. Disponible en IOs y Google Play.

Por medio de la Línea 0800-222-1717 (Equipo niñ@s contra la explotación sexual y grooming del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos)

Por medio de la línea gratuita 102 (Linea de la Secretaría de Niñez y Adolescencia, de orientación sobre la garantía y restitución de los derechos de niñas, niños y adolescentes).

¿Cuáles son los comportamientos habituales de un/a acosador/a o groomers?

Los acosadores o groomers, en una amplia mayoría varones, suelen generar un perfil falso en una red social, sala de chat, sala de juegos etc., en donde se hacen pasar por un chico o una chica de edad similar a la de aquella o aquel con quien interactúan, buscando generar una relación de confianza con la niña o niño a quien quieren acosar.

Generalmente acceden a sus preferencias y gustos a través de los datos que encuentran en sus perfiles y redes sociales en internet y de ese modo generan rápidamente una relación amistosa. El tiempo transcurrido hace que el niño, niña o adolescente se olvide o deje de tener presente que hay un desconocido/a del otro lado y pase a considerarlo un/a amigo/a.

Allí es donde generalmente empiezan a sugerir conversaciones sexuales, insistir con acceder a fotos o videos, que una vez conseguidos pueden ser utilizados para amenazarlos con difundirlos y profundizar en lo que buscan, mayor material o presencia virtual y, hasta a veces, el encuentro presencial con la niña o el niño.

La necesidad de una ciudadanía digital informada, crítica y responsable

Los datos que publicamos voluntariamente y los que publican terceros sobre nosotras/os dejan una huella permanente y nos exponen abiertamente ante un universo incontable de personas. Muchos de nuestros datos circulan en el mundo virtual, fotos e imágenes son compartidas sin restricciones en las redes sociales. Hay una tendencia a interactuar espontáneamente sin ser consientes de lo que conlleva nuestro intercambio en la web. Consumimos y producimos contenido constantemente, generamos opinión, efectuamos y afectamos con cada interacción, legitimamos practicas o ideas, otorgamos valor de verdad a cualquier información que circula, expresamos sin cuidado las ideas perdiendo los limites del respeto por el/la otra, buscamos relaciones sociales y sexuales a través de internet. La realidad virtual se ha vuelto un otro mundo y en él la niñez y la adolescencia conviven sin protección.

El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires informó quedurante la cuarentena aumentaron un 30% las denuncias por grooming y viralizaciones de imágenes con contenido de abusos sexuales contra niñas, niños y adolescentes. Lo que antes podía realizar un acosador sexual en la vía pública hoy se ve multiplicado por el acceso ilimitado de las redes de internet y el uso no regulado a edades muy tempranas.

Por eso es fundamental en el ámbito del hogar el dialogo abierto con hijas e hijos en la niñez y adolescencia, enseñarles a realizar un uso responsable y crítico de Internet y de las redes sociales, brindarles información sobre los riesgos, fomentar el auto cuidado, hablar de la privacidad y de la intimidad, permitirles que expresen lo que les está pasando sin que la primera respuesta sea juzgar sus actos, sino más bien acompañar y guiar para que la confianza no se resquebraje a causa del temor a ser castigadas/os o culpabilizada/os, impidiendo muchas veces detectar tempranamente la situación de acoso que están sufriendo.

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