Capilla del Monte

Ciudades feministas: Políticas públicas para construir espacios libres de violencia

El derecho a la ciudad segura para todas, todos y todes interpela a los gobiernos locales y exige acciones concretas que contribuyan a disminuir la violencia contra mujeres, niñas y diversidades en los espacios públicos y construyan territorios más seguros e igualitarios. En la columna de géneros, Laura De Bernárdez dialogó con María Sacco, Trabajadora Social e integrante de CISCSA

Imagen: https://www.ciscsa.org.ar

Escuchá la columna radial en Entre Mate y Mate:

Por Laura De Bernárdez

Cuando la violencia se instala en el territorio se va construyendo una nueva geografía urbana que implica para cada mujer y disidencia, para cada adolescente y joven, para cada adulta mayor planificar permanentes mapas para sortear los sitios de la inseguridad, los callejones del peligro.

En nuestra comunidad venimos viendo hace muchos años cómo la ausencia de políticas públicas en materia de género, niñez y adolescencia, sumado a la creciente inseguridad y consumo problemático de sustancias, han provocado que la calle, el espacio público ya no sea un lugar seguro. El acoso callejero, la violencia y el abuso son riesgos posibles en una ciudad sin cuidados.

Este año no solo nos encontró pidiendo justicia por la desaparición seguida de violación y femicidio de Cecilia Basaldúa, quien desapareció en las calles de nuestra ciudad, sino que hace pocas semanas vivimos el abuso sexual de un joven con discapacidad en plena zona céntrica y al lado de un colegio.

Esta situación impacta en distintos planos de nuestra vida social e individual, no solo porque limita y restringe nuestras posibilidades de circulación, sino que fragmenta el espacio social, produciendo otras divisiones, aislando sectores y barrios que se vuelven cada vez más peligrosos, generando mayor desigualdad y exclusión.

Esta condición de creciente inseguridad y naturalización de la violencia urbana se agrega a una condición estructural propia de nuestra historia patriarcal donde las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres también se manifestaron y manifiestan en las ciudades, en los barrios, en las comunidades. Los espacios públicos de las ciudades siguen siendo mayoritariamente de uso o acceso de los varones.

María Sacco es Licenciada en Trabajo Social y Técnica Territorial del proyecto “Somos Territorios, mujeres y actores locales articuladas por espacios libres de violencia”, impulsado por CISCSA (centro de Intercambio y Servicios del Conosur Argentina). Este proyecto propone trabajar en las regiones de Villa María, Río cuarto y Cruz del Eje, abarcando también San Marcos Sierras y Capilla del Monte.

En diálogo con Entre Mate y Mate, María Sacco expresó que este proyecto implica realizar “acciones que contribuyan a disminuir la violencia contra mujeres, niñas y diversidades en los espacios públicos, para construir territorios más seguros e igualitarios” desde un enfoque interseccional y latinoamericano que supone entender que el genero no es la única variable a tener en cuenta. Por ejemplo, no es lo mismo si además de la condición de ser mujer, es migrante y desempleada; no es lo mismo si se trata de una persona con discapacidad y escasos recursos económicos, no es lo mismo si es afrodescendiente o pertenece a un pueblo originario. Todas estas condiciones que históricamente han sido condiciones de exclusión se interseccionan con la condición de género y generan mayor desigualdad, mayor exclusión, mayor restricción de derechos.

Ante esto, la licenciada Sacco comenta que como mujeres hemos tenido que construir estrategias para circular en el espacio público “no andamos de noche por ciertos lugares, usamos remises o taxis conocidos o mandamos un mensajito antes de subirnos y cuando llegamos”. La percepción del temor nos coarta la libertad y el derecho a movernos en las ciudades.

Las mujeres, disidencias, adolescentes, jóvenes, adultas mayores no habitamos un territorio libre de violencia, por eso es fundamental que los gobiernos locales, los equipos técnicos de los municipios, los medios de comunicación, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones educativas, nos comprometamos en generar y construir ciudades, pueblos, comunidades libres de violencia que además incluyan espacios para las mujeres.

En nuestra localidad ¿Cuáles son los espacios instituidos para las mujeres o para la circulación libre sin distinción de géneros?

Como mujeres hemos tenido el doble trabajo de apropiarnos y conquistar cada uno de los espacios, cada uno de los derechos. porque nuestra historia es un relato de permanente desigualdad. Por eso es necesario que desnaturalicemos el modo en que planificamos, construimos y habitamos las ciudades, para garantizar el derecho a disfrutar libremente nuestro territorio, y esto no implica mayor punitivismo o mayor presencia policial sino promover ciudades seguras, donde la iluminación, el arte, los espacios de recreación cuidados, la presencia en las calles y las plazas, las políticas de transporte que contemplen una conectividad urbana con perspectiva de genero e inclusión, entre otras medidas , garanticen la libre circulación, el uso placentero de nuestros espacios públicos y promuevan territorios libres de violencia para todas las personas.

«El acoso callejero, la violencia y el abuso son riesgos posibles en una ciudad sin cuidados«

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