Cultura

Hoy y siempre, Juana

Pese a que muchas veces se intenta reducir el papel de las mujeres en la historia a un mero accesorio decorativo, sobran los testimonios que dan cuenta del papel protagónico que tuvieron en diferentes instancias. “La lucha de las mujeres fue fundamental en la guerra gaucha. No solamente eran excelentes espías sino que algunas de ellas, como doña Juana Azurduy de Padilla, comandaban tropas en las vanguardias de las fuerzas patriotas” afirma Felipe Pigna. Tal es así que hoy, 12 de julio se conmemora el «Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América» en honor a su nacimiento.

“Una imagen la define completa: Juana, con su beba recién nacida, enfrentando a los custodios de su propio Ejército, que la creen puérpera e indefensa e intentan robar su botín, y asesinarlas. Defiende a su cría con espada y galope, se arroja a las aguas del río y emerge en la orilla: sola, mojada, rabiosa, desilusionada… pero no débil, ni vencida” explica Nadia Fink en su texto Juana Azurduy, cuerpo y espíritu para la libertad. Y pese a que mito y realidad se mezclan en su figura, lo cierto es que nunca se dio por vencida y, uniendo su vida al amor por el General Padilla, se alzó como estandarte de la libertad.

La pareja defendió con el cuerpo el avance español entre el norte de Chuquisaca y las selvas de Santa Cruz de la Sierra con un método conocido como de  “republiquetas” el que consistía en la formación de centros autónomos a cargo de un jefe. Pese a que hubo más de cien de ellos, la crueldad de la lucha hizo que sólo sobrevivieran nueve.

Felipe Pigna continúa en su análisis: “Los Padilla lo perdieron todo, su casa, su tierra y sus hijos en medio de la lucha. No tenían nada más que su dignidad, su coraje y la firme voluntad revolucionaria”. La estrecha relación con Güemes y la valentía demostrada en las batallas hizo que Belgrano elevara la petición de que se la reconociera como Teniente Coronel, grado que le fue otorgado en 1816: “Recomiendo a V.E., a la señora Azurdui ya nominada, continúa en sus trabajos marciales del modo más enérgico y a quien acompañan algunas otras más en las mismas penalidades, cuyos nombres ignoro…”. Juana no peleaba sola pero la mayoría de los nombres de las guerreras que la acompañaban se fueron perdiendo en la Historia.

Foto: Télam

Ese mismo año, en la batalla de Villar fue herida por los realistas y Padilla caería herido de muerte al rescatarla. Juana se quedaba sin compañero, sin cuatro de sus hijos y era perseguida por los realistas. Con Luisa, a quien había parido en medio de la batalla con el enemigo, se exilió en Tarija y luego llegó hasta Salta, para encontrarse con su amigo Güemes. Ocho años se quedó en estas tierras hasta que pudo regresar a las suyas en 1825 cuando ya la independencia era un hecho.

Mucho tiempo tuvo que pasar para que la Historia la rescatara entre tantos nombres masculinos. En el año 2010, finalmente, en honor a su valentía se instauró el día de su nacimiento como el «Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América» intentando recuperar su proeza y la de tantos hombres y mujeres que lucharon por la libertad de estas tierras. Hoy la recordamos a 241 años de su nacimiento.

Fuente: Felipe Pigna, El Historiador

               Nadia Fink Juana Azurduy, cuerpo y espíritu para la libertad

POor Gimena Fernández

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