AmbienteDestacados

Imágenes ghiblizadas «El tecnocapitalismo intenta funcionar sin límites en un planeta con límites»

"Tu nube seca mi río" es un proyecto para visibilizar el impacto de los centros de datos en los recursos hídricos de España.

Tu nube seca mi rio es el nombre del colectivo español que busca visibilizar el impacto que tienen las tecnologías en el ambiente. Conocimos ese proyecto hace unos días. Desde CDM Noticias conversamos con Aurora Gómez Delgado, integrante del espacio

Escuchá la entrevista:

¿Cómo interpretan ustedes el concepto «nube» y qué implicancias tiene?

Yo creo que el concepto de nube ha sido el mayor éxito del tecnocapitalismo porque precisamente le han intentado otorgar una inmaterialidad para hacer que no sea material, algo que es dolorosamente material en cuanto a sus efectos en tanto las poblaciones como en la naturaleza. Entonces ellos crean ese concepto de nube, lo que está ahí guardado como etéreo, como si Internet no fuera algo material y a la gente lo compró enseguida. Quienes tenemos un poquito más de edad, recordamos guardar las cosas en discos duros, en nuestras empresas, universidades, colegios. Hubiera servidores de ordenadores, un pequeño rack, que es una estantería con un montón de servidores que son ordenadores, con sus lucecitas parpadeando y ahí estaban nuestras cosas. Y cuando te pasabas del almacenamiento llega el informático, yo me acuerdo por ejemplo de Santi en uno de los trabajos que tuve que decía borrad las cosas, no pongáis a hacer copias a las doce de la mañana, hacerlas a las doce de la noche. Siempre había como unos límites físicos y una máquina física que veíamos ahí implementándose, entonces nos permitía saber que no nos podíamos pasar. Pero en el concepto de la nube, que son unas grandes naves, que son los centros de datos, parece que como no lo vemos simplemente sigues ahí funcionando sin límites, que precisamente es la propia metáfora del tecnocapitalismo, intentar funcionar sin límites en un planeta con límites.

Y hablando de nube y hacer cosas en línea, en la nube, lo que pasó hace unos días con estudio Ghibli tuvo un alcance mundial inmediato, y a la vez, a las pocas horas se conoció el alto consumo de agua. ¿Cómo lo analizan ustedes?

Estudio Ghibli es un estudio de animación japonés que es lo más diferente posible a Disney. En todos los sentidos. Fue fundado en 1985 por Hayao Miyazaki. Miyazaki crea un estudio en el que todo se hace a mano frente a la automatización Fordiana que tienen en Disney. Y básicamente son películas pacifistas porque Miyazaki de pequeño sufrió la Guerra Mundial dolorosamente con bombardeos. Profundamente ecologista, feminista, anticolonial. O sea, creo que no deja ningún tema por tocar. Y por supuesto siempre fue muy crítico con la tecnología. En «Poniendo el acantilado» te habla de que todo el mundo está con el smartphone y parece que no pueden sobrevivir sin él. Y cómo podrían una madre y un hijo sobrevivir a una situación terrorífica sin un smartphone. Él llega y le presentan a unos que quieren montar startups y el progreso y no sé qué. Les enseñan una IA que en este caso lo que hacía era mover cuerpos sobre el espacio. Y entonces los cuerpos se movían de una manera terrorífica con los miembros descoyuntados arrastrándote por el suelo. Y le decían, vea, se podría utilizar para películas de terror. Entonces se ve como a Miyazaki se le van haciendo los ojitos más pequeños y las cejas cada vez más grandes. Se va enfadando y ya dice, bueno, esto me parece indignante. Entonces explica él que su mejor amigo, tiene una discapacidad y que un cuerpo cuando se mueve de manera no normativa no es terrorífico, sino que es digno de compasión y cuidado. Y luego, acto seguido, se hace un silencio muy incómodo y dice, la IA es un insulto para la vida misma.

Y entonces llega este señor, Sam Altman, de OpenAI, que es uno de los grandes malos ahora mismo en la historia del tecnocapitalismo, y decide hacer un filtro del estudio Ghibli. Lo cual es muy doloroso con todos estos valores que os acabo de decir. Entonces, este señor, profundamente, como es Miyazaki, antifascista, le roben su obra para hacer algo sin corazón y que además es destructivo y mata, lo encontramos doloroso, pero a la vez permitió generar este debate. Respecto a la cifra un millón de imágenes que se generaron en ese momento, ghiblizadas, consume 40.000 litros de agua. Es el equivalente a lo que necesitan 2.000 personas para vivir, entiendo que estadounidenses, por lo cual serán 4.000 personas en el resto del mundo. Entonces, sí, utilizar esas imágenes de estudio Ghibli tiene un impacto ambiental que si quieres ahora te lo estoy regalando en impacto social.

A nivel de Inteligencia Artificial hay una carrera que parece interminable en las grandes empresas de tecnología, a saber, que ninguna de ellas se puede distraer porque pierde y queda afuera del negocio. Sin embargo, poco se habla del impacto ambiental que está generando la inteligencia artificial. ¿Cómo lo ven ustedes?

Me gustaría citar a dos autoras, la primera es Kate Crawford y la segunda es Ana Valdivi, Valdivia habla de la cadena de suministros de valor de la inteligencia artificial, entonces primero deberíamos situarla, por ejemplo, en cualquier parte del globo donde haya extractivismo minero, pero te voy a poner dos ejemplos. El primero sería muy evidente que es en el Congo. En el Congo hay un material que se llama cobalto que está detrás de la fabricación de todos los dispositivos móviles. La guerra del Congo básicamente es un conflicto por ver quién maneja ese material, no está los conflictos mineros relacionados con lo digital, ahora mismo suscrita solamente al sur global, porque tenemos sitios como Ucrania, que ya hemos visto que las tierras de Ucrania están siendo como puestas en el foco aráigno de Estados Unidos, o tenemos en nuestro territorio, en España, tenemos por ejemplo Ciudad Real, que es Castilla-La Mancha, o en Extremadura, que está al lado de Castilla-La Mancha, litio o tierras raras, y ahora mismo la Unión Europea acaba de hacer una legislación que viene a decir que los materiales críticos, que las comunidades no pongan ninguna resistencia, que van a poder ser extraídos sin problema por empresas extranjeras, porque ya sabéis que, como bien sabéis en Latinoamérica, la mayoría de las empresas mineras nunca son del propio país, generalmente son canadienses, entonces que te va a venir una empresa canadiense a quitarte tus minerales críticos y todas las legislaciones previas ya no valen, esto es una legislación de la semana pasada, increíble, entonces por un lado tendrías extractivismo minero, el segundo nivel serían las fábricas de componentes de chips o dispositivos electrónicos, en el caso del sudeste asiático hay muchas zonas, Taiwan y demás, que para fabricar chips, las autoridades locales han prohibido a los agricultores que cultiven arroz, entonces la población de la zona se queda sin cultivar arroz para comer, porque las fábricas necesitan irse agua, luego tendríamos las fábricas de dispositivos móviles, de nuevo se suelen situar en Asia la mayoría de ellas, hay alguna excepción de fábrica de chips en Francia, pero dentro del territorio europeo es muy poco frecuente, la más llamativa es la de Foxconn.

Hay un libro muy interesante que está editado por una editorial argentina y lo tenemos también reeditado en España que se llama «Morir por un iPhone», el texto original lo hicieron unas sociólogas chinas que hablaba de la fábrica de Foxconn, Foxconn es la fábrica que subcontrata y hace todos los dispositivos de Apple, de Samsung, especialmente de Apple, entonces en esa fábrica las condiciones laborales son tan terroríficas que muchísima gente se suicida, entonces hay oleadas de suicidio, ¿qué hizo Foxconn? ¿creéis que mejoró las condiciones laborales? no, solamente puso rejas en las ventanas y vallas alrededor, es una escena distópica absolutamente. La siguiente parte serían los cables submarinos y los cables subterráneos, los cables submarinos además tienen, es una manera de mirar el pasado colonialista de la tecnología porque los cables submarinos están literalmente donde estaban los cables de telégrafos antes que conectaban las metrópolis con las colonias, entonces aquellos sitios por ejemplo en Francia, Marsella es uno de los puntos de unión más fuerte de cables submarinos, Marsella que había sido una colonia, es al revés, Marsella que había sido una metrópoli ahora es una colonia a nivel tecnológico porque la ciudad de Marsella antes formaba parte del imperio francés y lanzaba sus cables submarinos y ahora por esos cables submarinos alrededor de esos es donde se han creado un montón de centros de datos de empresas extranjeras que se están colonizando a ellos, dejándoles sin energía para funcionar como ciudad y luego ya tendríamos esos tipos de datos que es como hemos dicho el de Marsella o como los que hay en Chile o como los que hay en Estados Unidos, los centros de datos sí que no están situados como el resto de extractivismos solo en el subglobal sino en cualquier parte del territorio, por un lado porque los datos tienen que estar lo más cerca posible del usuario final y para tenerse a normativas locales de propiedad intelectual y demás. En esa cadena de suministros los daños que vamos haciendo en el medio ambiente están a muchos niveles, desde la contaminación de las aguas, la extracción de las aguas, por supuesto la contaminación del territorio, todo ese espacio que ya se queda sin usar porque se ha construido una nave gigante o todas esas personas que son esclavizadas con malas condiciones laborales, que se ven privadas de su naturaleza o como en el caso de los centros de datos, esa gente sufre mucho ruido, las comunidades sufren mucho ruido por los centros de datos, no pagan impuestos los centros de datos pero esa gente sus impuestos sí pagan las subvenciones que van a los centros de datos.

¿Qué alternativas tienen las empresas y los usuarios en ese sentido?

Bueno, pues lo primero es que esas empresas son cinco. Antes tenías un montón de empresas diversas que podían estar haciendo un montón de funciones respecto a la tecnología y por tanto estaba más descentralizado el poder, pero a día de hoy los cables submarinos, los centros de datos, todo lo que tiene que ver con las infraestructuras de Internet dependen de cinco empresas, que son las GAFAM de siempre, Amazon, Google, Meta, Microsoft, Apple. Son muy pocas las empresas que están en esta carrera. Entonces, ¿qué podemos hacer los usuarios cuando pensamos en todos los problemas que tienen que ver con esto? Bueno, y un detalle importante, estas tecnológicas, no sé si habéis visto la foto de la investidura de Trump, o sea, la foto de la segunda investidura de Trump, uy, perdón, Agustín, ¿se ha cortado? No, está corto, está corto, yo lo vi. Pues la foto de la investidura de Trump va a pasar en los libros de historia porque es una foto donde se expresa clarísimamente cómo el tecnocapitalismo ha ocupado el poder, porque quienes están detrás de la investidura son todas estas grandes empresas, con las figuras de esos hombres, porque son todo hombres y muy machistas, detrás. Entonces, esta investidura segunda ha sido muy dura y lo primero que dijeron es que van a dar muchas facilidades para los centros de datos, mucho dinero para esas inteligencias artificiales, independientemente de todo el resto de consideraciones medioambientales o de eficiencia que había detrás.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Cuando pensamos en esos términos se nos hace muy grande el problema y muy pequeñas nosotras, pero nos parecemos muy pequeñas porque pensamos de manera individual y en grupo, y dentro de las comunidades que formamos parte tenemos muchísimo poder. Si hemos permitido que tengan poder es por cada uno de estos elementos individuales que hemos hecho. Cada vez que hemos utilizado Instagram o Facebook, en vez de utilizar una página web alternativa o nuestros propios servicios en nuestros servidores, les hemos dado poder. Por ejemplo, en Europa se está viendo un movimiento muy fuerte de salir de todas las corporaciones norteamericanas de golpe, y sobre todo en lo digital. Se está viendo por parte de instituciones, se está viendo por parte de usuarias y se está viendo por parte de empresas. ¿Y por qué lo han conseguido esas empresas e instituciones? Porque tienen usuarias detrás diciéndoles por favor, deja eso. Yo, por ejemplo, pertenezco a Mastodon, que es una red social libre y cada dos por tres hay alguien en la comunidad a la que se siente parte. Por ejemplo, hay un chaval que está diciendo yo estudio en la Universidad de Granada y le pido a la Universidad de Granada que abandone los servicios de Google o Microsoft. Había otra persona que decía yo en mi empresa le hemos pedido que abandone X y nos hemos venido a Mastodon. Yo en mi empresa tal hemos dejado de utilizar la suite de no sé qué y utilizamos… Entonces, al hacerlo hay veces que le estás dando pequeños trabajos a gente de tu zona. O sea, si tú tienes una persona que te va a hacer la página web de tu frutería, en vez de poner una web de Facebook estás descentralizando el poder y creando trabajo en tu zona, que al fin y al cabo es lo que te interesa. Y no en estas grandes macro corporaciones que depredan todo medio ambiente porque se lo permiten porque son demasiado grandes. Entonces, para mí la importancia es desde la comunidad.

¿Y en ese sentido, cómo podrían ser pensados los centros de datos?

Siempre que pienso en la idea de cómo podrían ser los centros de datos que yo quisiera, creo que serían como las bibliotecas de barrio. Es decir, que tú pudieras tener acceso a poner tu negocio del barrio, con tus límites, con el apoyo de las bibliotecarias, porque tú no tendrías por qué saberlo todo. El problema de los pequeños usuarios es que quizá no tenemos por qué saberlo toda la tecnología. Entonces, que hubiera pequeños centros de datos respetuosos con el medioambiente y la comunidad, porque siendo más pequeños se podría gestionar de otra manera, y siendo públicos se puede gestionar de otra manera. Y en esas pequeñas centros de datos como bibliotecas comunitarias, entenderlo de otra manera. Hay dos libros que plantean esto que recomiendo, que es el de Paz Peña, de Tecnocapitalismo para un Mundo en Llamas, con una mirada de colonial muy interesante. Y luego el de Ekaids Cancela, de Utopías Digitales, de cómo podrían ser las infraestructuras digitales de otra manera. Porque si bien con software, yo creo que somos bastante autónomos y hemos conseguido bastante soberanía gracias a software libre, cuando llegamos a la parte de la infraestructura, se necesita tanto dinero y tanto poder para esa infraestructura, que por eso a día de hoy están en manos solamente de cinco empresas. Entonces, quitarles por un lado el poder como usuarias de no utilizarles, y por otro lado construir unas alternativas basándonos en unas ideas de decrecimiento, unas ideas de permacultura, de entender el mundo con límites, que sería muy interesante. Justo antes de empezar la charla, hemos nombrado un colectivo de cibercirujas, que precisamente cuando se juntan y reparan los cacharros electrónicos, es un momento para el debate y para pensar. Aquí están surgiendo esos espacios, se llaman Repair Café. La verdad es que no sé por qué está en inglés, porque la gente del barrio no entiende lo que quiere decir. Debe ser como café y reparar o algo así. Y lo interesante es que al hablar y reparar los productos electrónicos, la gente empieza a pensar sobre qué tipo de relación tienen con la tecnología y cómo la quieren habitar.

https://mstdn.io/@tunubesecamirio@masto.es

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba