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Octavo día de audiencias: «El relato de Rivero resulta crucial entre los testimonios del día»

La Mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa en el juicio por el femicidio de Cecilia, informan sobre la octava audiencia ocurrida en tribunales de Cruz del Eje, el día 11 de mayo de 2022.

Si tenemos en cuenta que toda la causa de la fiscalía descansa en la supuesta confesión de Lucas Bustos, el relato de Rivero dando cuenta de la presión a la que el joven fue sometido, resulta crucial entre los testimonios del día.

Por Equipo de Comunicación Justicia por Cecilia

La mañana de la octava audiencia contó con los testimonios de Rafael David Quiroga y Carlos Armando Córdoba (ambos vecinos de Mario Mainardi) y Romina Alejandra Rivero (la persona que estaba haciendo una denuncia cuando detuvieron a los hermanos Bustos en la Comisaría de Capilla del Monte). Stella Maris Almada, la mujer que vio por última vez a Cecilia la noche del 5 de abril, fue citada pero no pudieron localizarla (aparentemente se mudó hace un año y medio). Por la tarde declararon Alejandra Larcher, psicóloga del poder judicial; Ramón Ubaldini López, de la Brigada de Investigaciones de Capilla del Monte, Osvaldo Sebastián Mondo y Guillermo Nicolás Molina, estos últimos integrantes de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte de la Falda.

Si tenemos en cuenta que toda la causa de la fiscalía descansa en la supuesta confesión de Lucas Bustos, el relato de Rivero dando cuenta de la presión a la que el joven fue sometido, resulta crucial entre los testimonios del día. La Dra. Pavón y el Dr. Batiston cuestionaron que la misma policía, testigo en este juicio, es la encargada de buscar a otros testigos. Al presidente del Tribunal Carlos Rolando Escudero [policía retirado] este hecho le pareció irrelevante, pero el abogado de la secretaría de DDHH de la Nación dejó claro que los testigos no deben verse entre sí. Mención aparte merece el trato violento sufrido por la abogada Pavón de parte del presidente del tribunal cuando realizó una pregunta relacionada a llamadas intercambiadas entre Ubaldini López y Mainardi.

La Mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa en el juicio por el femicidio de Cecilia, informan sobre la octava audiencia ocurrida en tribunales de Cruz del Eje, el día 11 de mayo de 2022.

El primer testimonio correspondió a Rafael Quiroga. Vive en Capilla del Monte, no conoce a Lucas Bustos y de Cecilia sólo tuvo conocimiento por los medios de comunicación.

Quiroga es vecino de Mario Mainardi, su casa está “al fondo de la casa de mi padre”. Atrás hay otros dos vecinos, uno que se llama Carlos, y una casa de veraneo. “Al lado de Carlos Córdoba vienen de temporada”, y éste sería el domicilio de Mario Mainardi, del que lo separan aproximadamente seis metros de su propiedad. El testigo dijo que “no se escucha ni se ve nada normalmente”, y que nunca habló con él, sólo sabe que allí vive un hombre alto y de pelo canoso, que lo ha cruzado en tribunales y que alguien le comentó que ese sujeto era Mario Mainardi.

Recuerda que desapareció una persona entre marzo y abril. “Vi a una mujer en ese domicilio. Era joven y estaba colgando ropa. Salía del lavadero, de la parte de atrás de la casa. No me llamó la atención. En otros momentos vi un dron sobre mi patio”, momentos en que ya estaba desaparecida Cecilia. Dijo haber escuchado el audio que circuló en las redes, “pero no sé a qué lugar hacen referencia”.

Le leyeron la declaración que hizo en Fiscalía donde dijo: “un día observé que el canoso y otro hombre hacían un asado, sólo vi a los dos hombres, no sé a la hora”. Ante la pregunta de la Dra. Pavón de si estaba atento durante la búsqueda de Cecilia y si llegó a ver policías, él dijo que sí, “vi cerca de la casa, en la calle, pero no en la casa”.

Expresó que vio un solo día a la mujer -Cecilia- en el lugar, y que no vio reuniones. Sin embargo, el 24 de noviembre de 2020 en Fiscalía declaró que “la mujer estuvo una semana, tal vez dos”. En relación a esto, Quiroga dijo no recordar la declaración.

El Dr. Battiston reclamó al presidente del Tribunal Carlos Rolando Escudero, la cuestión de por qué los testigos policías están buscando a la testigo Almada y a la testigo Rivero. Escudero le contestó que esto no era importante. Battiston le remarcó que los testigos deben permanecer separados, que no se pueden juntar ni comentar nada: En este caso hay testigos que estuvieron en el Tribunal y están buscando a otros que tienen que atestiguar”.

El segundo testimonio corresponde a Carlos Córdoba, vive en Capilla del Monte. Hace diez años alquila una casa al lado de la casa de “Mario” -Mainardi-, de quién no sabía el apellido hasta la causa de Cecilia.

Córdoba dijo que la primera vez que vio a Cecilia fue cuando ella había golpeado las manos afuera de su vivienda y preguntó por la casa de Mario Mainardi, “tenía una bolsa en la mano. Le dije que Mario vivía al lado y la vi nuevamente en el patio un domingo con un termo en la mano”.

En relación a Mainardi declaró, “lo conozco hace diez años. Se divide su casa por una tapia”. Con respecto a la distancia que hay entre las casas, explicó que las divide un alambrado, y que hay una pared. La casa de Quiroga está a metro y medio de dicha pared, y la de Mainardi a un metro.

Declaró que vió a Cecilia más o menos tres veces. “El domingo de ramos la vi que estaba bajo un paraíso con un termo en la mano. La vi sola en ese lugar, eran las doce y media, una menos cuarto del mediodía”. Ese día fue el último que la vio. Dijo que no habló nunca con ella, excepto cuando ella golpeó las manos y le preguntó por la casa de Mainardi.

Rivero: «tu hermano está preso, ¿querés terminar igual?»

La tercera testimonial fue la de Romina Alejandra Rivero, artesana y profesora de Artes. La testigo dijo que conoce a Lucas Bustos, que conoció por los medios de comunicación el caso del femicidio de Cecilia Basaldúa. Agregó que no la conoció.

Le preguntaron dónde vive, y dijo que en Aguas Azules, en el mismo domicilio que tenía durante el 2020 con sus cuatro hijes y su pareja, desde hace 20 años. 

El día que llevaron detenido a Lucas Bustos, aproximadamente a las 15hs, la testigo relató que fue «a hacer una exposición, porque tengo problemas con mi hija mayor. Me atendieron y tomaron la exposición, y en la sala donde yo estaba vi por una puerta que estaba entreabierta, a una persona de espaldas y otra que la estaba entrevistando. Me toma la exposición una femenina. Donde yo estaba no había otras personas». Le consultaron cuánto demoraron en atenderla y ella dijo que más de una hora. Y agregó que los oficiales que trabajaban en la comisaría entraban y salían del lugar donde estaba ella. No recordó quiénes ni si estaban uniformados. Declaró que la puerta estaba entreabierta, y que, de esa puerta, ella se encontraba a 5 metros de distancia. La persona que estaba declarando -Lucas Bustos- estaba a un metro de esa puerta. Le preguntaron si podía relatar algo en relación al que estaba declarando y ella dijo que no prestó atención, que estaba muy preocupada por lo de su hija. En ese momento, le marcaron una contradicción con su testimonio anterior, en el cual dijo que había escuchado algunas de las preguntas que le hacían a Lucas y que le preguntaron si conocía a Cecilia Basaldúa, y que Bustos respondió que no, que la conocía por facebook. También había dicho que escuchó que le hacían preguntas del camino del río, y que todo el tiempo le decían que tenía que decir la verdad. 

Rivero manifestó que estuvo entre 40 minutos y una hora aproximadamente; que hizo la exposición y se retiró a su casa.Le consultaron si volvió a la comisaría, y dijo que creía que no. Es necesario remarcar que en la declaración de la sumariante Vera había dicho que la Sra. Rivero volvió porque habían detenido a su hija en una crisis muy violenta, y que Rivero había vuelto a la comisaría a buscarla.

La Dra. Pavón procedió a preguntarle si la puerta se había mantenido entreabierta todo el tiempo, y Rivero respondió que sí y que sólo veía “al chico” (Lucas Bustos) que estaba ahí adentro. Le preguntaron si recordaba qué ropa tenía él y ella contestó que no, que recordaba que tenía “pelo cortito”. En ese momento le remarcaron otra contradicción, porque ella había declarado que había observado que estaba sentado con el documento y con una gorra negra en la mano. También que otra de las preguntas que había escuchado de parte de la policía fue «tu hermano está preso, ¿querés terminar igual?». Rivero en ese instante dijo que ahora sí lo recordaba.

La testigo reiteró “llegué 13 hs, me toman declaración y a las 14.30 hs me fui”. Le preguntaron nuevamente si recordaba cómo estaba vestido Lucas Bustos y dijo que no. Le vuelven a marcar contradicción porque en su declaración anterior había dicho que estaba con un jean y un buzo azul. Le consultaron si la atendió alguien más aparte de Vera y dijo que no. Le recordaron que ella había dicho que el subcomisario había agilizado el trámite para que ella se fuera. Continuó relatando que ella estaba frente a la puerta, y que no había más de dos personas interrogando a Lucas. Le consultaron cuál era la intensidad de la voz cuando le remarcaron a Lucas que iba a terminar como su hermano, y Rivera dijo que no fue violento, más bien una voz tranquila pese a que le preguntaban algo grave. Ella insistió en que le repetían muchas veces a Bustos que tenía que decir la verdad .

Por la tarde estaban citados a declarar: Alejandra Larcher, Ramón Ubaldini López, Sebastián Mondo y Guillermo Nicolás Molina.

Larcher: al realizar la pericia, “sabía que [Bustos] estaba detenido pero no sabía desde cuándo”

La cuarta testimonial fue la de Alejandra Larcher, psicóloga del poder judicial. Ella hizo una pericia psicológica a Lucas Bustos en presencia de peritos de la querella y de la defensa.

Larcher manifiesta que aquella entrevista -pericia- duró entre 3 o 4 horas, fue presencial y utilizó técnicas proyectivas de acuerdo a su terminología. La testigo respondió que el nivel intelectual de Lucas Bustos es bajo. Que las técnicas que se utilizaron son técnicas cuantitativas y que, para definir el diagnóstico, se hicieron pruebas de dibujo, a partir de las cuales se concluye que Lucas Bustos tiene un retraso mental, debido a poca estimulación de la familia.

La psicóloga definió también dentro de su pericia que Lucas Bustos tiene un tipo de pensamiento lineal y concreto. Que no tiene posibilidad de abstracción y que dentro de lo que es su capacidad discursiva se observa un trastorno que lo remite a cierta impulsividad. También afirma que estos componentes provienen de un «sujeto inmaduro». A nivel inconsciente, la licenciada declara que es reactivo a situaciones estresantes. La pericia determina que tiene como característica familiar a una madre muy afectiva y un padre muy ausente. Le preguntaron si Bustos tiene capacidad de fabular y la psicóloga dijo que puede mentir para beneficio propio, pero no es mitómano ni fabulador.

La Dra. Pavón le pregunta si las conclusiones son probables, y ella dijo que para ella sí, pero la psicología “no es una ciencia exacta”, es un diagnóstico con conclusiones probables. Luego, el Dr. Batiston le preguntó a Larcher si sabía -al momento de realizar la pericia en noviembre del 2021- en qué estado estaba Lucas, si sabía que estaba detenido, a lo que ella respondió que sabía que estaba detenido pero no sabía desde cuándo.

Batiston preguntó si sus conclusiones eran válidas considerando el tiempo de cárcel del imputado, es decir, si se había tenido en cuenta el año y medio en que Lucas estuvo preso hasta el momento de la pericia y ella contestó que sí, que puede ser que con un mes de detención sean iguales. Batiston le aclaró que fue un año y medio. En este intercambio queda en evidencia que nunca se tuvo en cuenta lo que pudo haber sufrido Bustos en ese lapso de tiempo de prisión y lo que esta situación pudo haber influido en el resultado de la pericia. Aunque no se planteó en la sala de audiencias, no podemos dejar de recordar que, durante el año y medio en que Lucas Bustos estuvo detenido, de acuerdo a las declaraciones de su hermano, sufrió tortura y maltratos en su detención y que no sabemos en qué condiciones estuvo dentro del penal.

El exabrupto del juez y las llamadas entre Ubaldini López y Mainardi

El testimonio de Ubaldini resulta clave para la causa, ya que fue uno de los policías mencionado en el audio de “María”* y siempre se hizo referencia a él como “Ramón López”. Antes de iniciar la crónica es necesario aclarar que su testimonio fué caótico, leía sus propias notas sin comprenderlas él mismo, hablaba muy rápido, sin hacer pausas y por lo tanto fue difícil de tomar registro. A diferencia de los demás testigos, que se tomaron su tiempo para recordar, el testigo contó sin pausas y velozmente todo. Llamó especialmente la atención que, a pesar de lo señalado, Carlos Escudero, el presidente del Tribunal, no interrumpiera en ningún momento su declaración pidiendo precisiones o aclaraciones, como hizo con testimonios previos.

Ramón Ubaldini López es cabo, hace 7 años trabaja en la Brigada de Investigaciones de Capilla del Monte. Es de Capilla y vive en Capilla.

En la primera parte de su testimonio, el testigo dice haber tomado conocimiento de la desaparición de Cecilia a través de su superior de turno, a la una de la mañana. No recuerda quién era. Se dirige a la comisaría, a la guardia, donde le informan que hay una persona desaparecida y le dan las características de Cecilia. Inmediatamente el testigo manifiesta que se comisiona sólo, en su auto particular, a la casa del denunciante -Mario Mainardi-. Ubaldini manifiesta que cuando llega al domicilio, entre la 1 y las 2 a.m., no salía nadie. Vuelve a la comisaría y busca refuerzos -personal de la guardia- y se dirige nuevamente a la casa de Mainardi, esta vez en un móvil policial.

Según el testigo, en esa segunda ida lo atiende finalmente Mario Mainardi y empieza a describirle la situación -ya conocemos la versión de Mainardi-. Ubaldini hizo una descripción rápida de los hechos que Mainardi le cuenta: que una tal Juárez -Rasta- le cuenta la historia de Cecilia, que no tenía dónde pernoctar, que la había corrido la policía del balneario, del camping, de la plaza, que ya había estado Cecilia en lo de Niga y que Rasta le estaba solicitando a Mario Mainardi si la podía admitir en la casa, que él había aceptado y que ella habría estado en su casa 10 días aproximadamente. De acuerdo al testimonio de Ubaldini López, Mainardi le refiere que el día sábado 4 de abril habían comido un asado con Cecilia, él se fue a dormir, se levanta como a las 4 de la mañana y la ve a Cecilia trabajando con la computadora. 

El testigo refiere que Mainardi le contó que se había levantado la mañana del domingo 5 de abril y había encontrado a Cecilia muy rara, muy enojada, «enfurecida» y que cerca del mediodía Cecilia tuvo un «brote psicótico«, que agarró un palo, la mochila y se fue. Mainardi después se fue a la casa de su novia Tatiana, quien le había contado que tenía un retraso, y que luego llamó a la  Rasta y le pidió que fuera a la casa para ver si había vuelto Cecilia. La Rasta le contestó que no había vuelto.

El policía dice que después fueron a entrevistar a los vecinos, pero no recuerda a dónde fueron ni a quienes entrevistaron. Dice recordar que se dirigieron a ver al primo de Cecilia en Estancia Vieja y manifiesta que todo eso lo hace porque es enviado por la superioridad. Ahí Ubaldini dijo que Cecilia le había pedido al primo que la ayude, que no aguantaba más, pero él no podía viajar adonde estaba ella o ayudarla por la pandemia. Eso fue al día siguiente de la denuncia y de entrevistar a Mainardi.

Después Ubaldini manifestó que había entrevistado a “la Rasta” -Viviana Juárez- quien le cuenta, de nuevo, cómo conoció a Cecilia, que le consiguió la casa del “negro Niga”, y cómo Ceilia no se sintió segura en ese lugar, le pidió a Mario “si la podía tener”. Según Ubaldini, Rasta refiere que el día 5 de abril fue a la casa de Mario y vio a Cecilia muy rara. Que Cecilia no la saludó -a Rasta- y que después se entera por Mainardi que había desaparecido. La declaración de Ubaldini entra en contradicción con lo testificado por la propia Juárez, quien dijo en la cuarta audiencia de este juicio que aquel domingo se había despedido de Cecilia con un beso, que el comportamiento de Cecilia era el normal y que no la vio brotada. 

Ubaldini Lopez, sigue su declaración sin pausa. Cuenta que continuaron investigando y buscando gente. A partir de este momento el testimonio se vuelve difícil de comprender. Habla de una pareja de Cecilia que estaba buscando alquiler, que entrevista al amigo de Cecilia, que había conocido en Bolivia, que la había hospedado en su casa. 

Después declara que van a la casa de Lazzaroni, quien había encontrado las cosas de Cecilia. Según el efectivo, Lazzaroni le había contado que venía de Ojo de Agua y encontró la mochila. También Ubaldini contó que habían hecho un allanamiento en búsqueda de la riñonera que era muy importante para Cecilia debido a que ahí tenía el pasaporte. Luego, habló con gente que la vio acariciando un caballo.

Ubaldini testimonia que además estuvo presente en el allanamiento de la casa de Tatiana, novia de Mainardi, pero que no lo realizó él. También dijo que buscaron un centro denominado Arcoiris, lugar donde se hacían rituales “satánicos» y que buscaron ese tipo de centros en distintos lugares, como Los Cocos, Ojo de Agua, San Esteban, Charbonier y al Río Calabalumba. Siguió hablando de manera acelerada y mezclando información. Habló de Stella Maris, la vecina de Mainardi. Ella le dijo a Ubaldini que Cecilia estaba parando en un rancho, que ella le daba agua y que también cargaba el teléfono celular en esa casa.

El testimonio de Ubaldini continuó hablando de la búsqueda en el faldeo del Cerro, que también se hizo un allanamiento en la casa del amigo, que no encontraron nada, que estuvo con Zárate y Sartori. Afirmó que “la superioridad” le notifica que aparece el cuerpo, y lo mencionó a Zárate.

Según Ubaldini, al llegar al lugar donde apareció el cuerpo, estaban todos los jefes y habían hecho un cordón criminalístico. Ubaldini dijo que él no se acerca hasta donde estaba el cuerpo sino que se queda a bastante distancia. Era la tarde, en el campo de Walter Luna. El testigo dijo que habían bajado, junto con Zárate, personal de investigación de Córdoba. Ubaldini dijo: “Éramos 6 o 7, yo estaba en un grupo» junto al cabo Gigena y Agüero.

Ubaldini declaró que al día siguiente entrevistaron a Víctor Jaime y éste les contó que los “yuyeros” le habían comentado que a Cecilia la vieron tomando alcohol con Bracamonte y los Tutula [los Bustos], cerca del lugar donde encontraron la mochila. Resulta llamativo este relato ya que Cecilia no tomaba alcohol, incluso según los dichos de los testigos previos -entre ellos Mainardi y “la Rasta” Juárez.

Ubaldini cuenta que luego hicieron rastrillaje para buscar la ya mencionada riñonera, que fueron al río a la zona de los Mogotes, hicieron rastrillaje de sur a norte por el río buscando y no encontraron nada.

El efectivo policial declaró que fueron a buscar a los yuyeros en una camioneta azul y no los encontraron. Cuando volvieron, recuerda, compraron comida para comer en la comisaría y que entonces Bracamonte ordenó que se haga el acta de detención de Bustos.

Ubaldini cuenta que en aquel momento la fiscalía le había preguntado si se realizaron investigaciones de teléfonos y de chats. Que él respondió que había transcripto los mensajes entre Viviana “la Rasta” y Mainardi. La Fiscalía le ordena que no lo siga haciendo, ya que iban a secuestrar los celulares. La fiscalía le pide a Ubaldini que reconozca letras y firmas, le hacen leer todas estas transcripciones de las charlas telefónicas -por mensaje- entre Viviana y Mainardi,  no se sabe con qué objetivo. Éstas fueron inentendibles porque no comprendía su propia letra. Las transcripciones referían a charlas de Mainardi y Viviana respecto de si convenía hacer la denuncia por desaparición, que se iba a meter en un lío, que si Cecilia estaba desaparecida le iba a complicar la vida a Mainardi. Esto se extendió durante más de cuarenta minutos sin aportar ninguna prueba sobre Bustos.

En ese momento, la abogada de la querella, Daniela Pavón, le pregunta al testigo por qué hubo dos llamadas salientes de su teléfono a Mario Mainardi Mainardi el día 9 de abril a la 1am. Entonces el juez Escudero le habla a la abogada querellante de forma humillante, agresiva, violenta y con groserías, a lo cual la abogada se queda impactada por la falta de respeto, sin saber cómo reaccionar. El juez Carlos Escudero dice que no se está investigando la vida personal del policía Ubaldini. La doctora Pavón responde que esto forma parte de la causa, que contribuye  a la misma conocer estas llamadas. El presidente del jurado cierra diciendo que hay «ribetes que no voy a tolerar, estamos investigando a Bustos».

Desde la mesa de Trabajo nos resulta imposible no denunciar públicamente todo el accionar del juez como violento. Ya hemos señalado con anterioridad este tipo de atropellos de su parte, realizadas únicamente hacia las abogadas mujeres. Nos sigue pareciendo inaceptable que quienes conducen juicios de esta inmensa gravedad evidencien una falta absoluta de perspectiva de género, que sean violentos y ni siquiera puedan mantener un diálogo respetuoso con sus colegas, imponiendo sus decisiones no a través de argumentos sino de juicios descalificantes y cuestionables.

También debemos señalar que la pregunta de la doctora Pavón que genera  la furia del juez Escudero es fundamental, en el sentido de la línea de investigación que la querella solicitó se tuviera en cuenta durante todo el proceso de instrucción de acuerdo a la cual Mainardi es el principal sospechoso del femicidio de Cecilia Basaldúa y contó con encubrimiento policial. 

Cabe señalar en este sentido que durante el día 12 de mayo se tomó público conocimiento de que el juez Carlos Escudero formó parte de la policía de la provincia hasta 1997, cuando la abandonó con un retiro obligatorio. Llama la atención su presencia en el tribunal de un juicio en donde el fiscal Cuello recusó a uno de los miembros del juzgado popular por tener vínculos con la fuerza policial, dadas las características del caso. 

(** Leer nota aquí )

Policías que atestiguan y también notifican y buscan a otros testigos clave, un relato de autoinculpación de Lucas Bustos que sólo se sustenta en palabras de los efectivos policiales, y ahora también un juez que perteneció a esa fuerza siembran dudas sobre la objetividad del proceso.

Le preguntaron a Ubaldini cuántas veces entrevistó a Mainardi, y el testigo dice no recordarlo. También declaró que conoce a “losTutula”. Entonces la Doctora Pavón explicita una omisión en relación a su declaración anterior, donde no había mencionado a “los Tutula”, ni tampoco que eran ellos quienes estaban tomando alcohol con Cecilia. Ubaldini dice que “nadie más había visto a Cecilia con los Bustos” 

[* El audio de “Maria”, es un audio que se viralizó en los grupos de whatsapp de Capilla del Monte, donde una mujer anónima muy nerviosa narra en aproximadamente 15 minutos, con máximo detalle, haber estado presente la noche en que Cecilia fue golpeada y desaparecida. Allí menciona a varias personas, entre ellas, a Ramón (Ubaldini) López.]

La penúltima declaración fue la de Osvaldo Sebastián Mondo, Cabo de Investigaciones de la Unidad Departamental Punilla Norte. El testigo es de La Falda y durante el 2020 también trabajaba en investigaciones, en el área que va desde Casa Grande hasta Giardino.

Mondo declaró que conoce a Lucas Bustos a través de la investigación y que no conoció a Cecilia Basaldúa. Testificó que el martes 28 de abril del 2020 asistió a colaborar a la comisaría de Capilla del Monte debido a que lo notificó el subcomisario de inteligencia criminal, Claudio Ponce. En ese momento fueron a Los Mogotes con Ponce, Guillermo Molina y el oficial Zapata y visitaron tres viviendas. Entrevistaron a un vecino de la zona llamado Bracamonte, quien les había comentado que conocía el caso de Cecilia por los comentarios del pueblo, y que había visto a “la chica perdida” bajando hacia Los Mogotes con una visera. El oficial Mondo continuó su declaración haciendo una explicación de las tres viviendas que entrevistaron: una vivienda estaba habitada por parientes de Bracamonte, otra era un domicilio del mismo Bracamonte, y la última era una casa aparte, la de los Bustos. 

Mondo dijo que duraron “unos pocos minutos” las entrevistas. Le consultaron si obtuvieron datos de esas entrevistas y respondió negativamente. También manifestó que en esta zona no había más efectivos hasta que llegó otro móvil, con el oficial Zárate y personas de investigaciones -no dio nombres. Hubo dos móviles en la zona de Los Mogotes. Le preguntaron por qué fueron directamente allí y Mondo respondió que por directivas de la comisaría de Capilla del Monte. Le preguntaron dónde quedó el registro de las entrevistas y contestó que no sabía, que se lo habían dado al personal de Capilla del Monte.

Le consultaron sobre la entrevista a la familia Bustos, quiénes habían hablado. Mondo dijo que habló una señora mayor, que su marido no estaba. También se encontraban en el domicilio los hijos y un yerno. Le preguntaron qué sabía del informe de aquel día y respondió que no sabía si se declaró este informe.

El último testimonio fue el de Guillermo Nicolás Molina, Sargento Ayudante de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte de la Falda. Durante el 2020 también trabajaba en Investigaciones. Su zona era de Casa Grande a Huerta Grande.

Le preguntaron si conoce a Lucas Bustos y respondió que lo vio en Capilla del Monte cuando lo «entrevistamos«. Molina manifestó que trabajaba en La Falda, y que un fin de semana largo recibió una llamada del oficial Bracamonte por el que fue a la comisaría de Capilla del Monte. En ese momento le comentaron la fecha de desaparición de Cecilia.

De acuerdo a los dichos de Molina fueron a entrevistar, junto al oficial Ubaldini López, a los vecinos de Mario Mainardi. Entrevistaron a tres personas pero los resultados fueron negativos. También allanaron la casa de Mario Mainardi al mediodía. En este acto se encontraban Ubaldini López, Ponce y Molina. Allí secuestraron la computadora de Cecilia, un celular y un libro o agenda.

El mismo día del allanamiento a la casa de Mainardi, Molina dijo que volvieron “a la comisaría -de Capilla del Monte-, me vuelvo a la Falda y a las 17hs vuelvo a Capilla. De allí vamos a Estancia Vieja con Ubaldini López a ver al primo de Cecilia». Molina declaró que el primo de Cecilia le había dicho que ella le había mandado un mensaje que decía: «vienen por mí». De regreso de Estancia Vieja, a la altura de Cosquín, Ubaldini López recibió un llamado donde les informaron que habían encontrado el cuerpo de Cecilia. Molina declaró que además de ese día fue el último, es decir, el día de la detención de Lucas Bustos.

El testigo cuenta que fueron a Los Mogotes los oficiales Ponce, Zapata, Monto, Ubaldini López, Moyano y Molina, entrevistaron a “un señor que vivía con su ex esposa e hija”

Luego de esto, almorzaron y a las 17 hs se dirigieron al basural, y se desviaron hacia lo del vecino  Bracamonte, ya que éste había dicho que había visto a Cecilia.

Al testigo se le pregunta porqué y cuando habían ido a los Mogotes, entonces Molina responde que no sabía cuando, pero recordaba que él junto al oficial Bracamonte y Ponce fueron «a Mogotes, porque está cerca del lugar donde encontraron el cuerpo de Cecilia». Ante esto, en el juzgado le preguntaron si había entrevistado a Lucas Bustos, y dijo que no. Los oficiales Ponce, Zapata y Ubaldini López fueron quienes entrevistaron a Lucas Bustos. 

También, declaró Molina, que por esa zona estaban buscando la riñonera de Cecilia. 

El testigo cuenta que hablaron con la madre de Lucas Bustos, quien se encontraba con sus hijos en el hogar. Los oficiales preguntaron a Lucas Bustos si había visto a Cecilia y si sabían por qué estaba ahí. Lucas respondió que no y en ese momento le hicieron el interrogatorio.

Al testigo Bracamonte también le tomaron declaración. Aparentemente, según Molina, lo citaron. A partir de encontrar elementos de Cecilia en los Tres Puentes, la Dra. Pavón preguntó: “¿Qué es lo que buscaban precisamente en esa zona? ¿Cuál era la hipótesis?” Ante esta consulta, Molina respondió que había dos hipótesis: que Cecilia se había perdido o que algo le había pasado.

Le consultaron a Molina con qué información la buscaban, ante lo que el testigo respondió que los oficiales la buscaban a partir del celular, la computadora y la agenda que había dejado en la casa de Mainardi, que obviamente habían entrado a esa computadora y a ese celular para ver “qué es lo que estaban buscando”.

Preguntaron nuevamente si citaron a las familias entrevistadas y Molina contestó «no sé, no estuve en la entrevista de la familia de Bustos». Además agregó que no recibió fotos de Cecilia, que para su identificación se usaron las fotos de la prensa. Le preguntaron si después de la detención de Bustos se hicieron más entrevistas, el oficial dijo que no. Ante esto, le marcaron una contradicción con sus declaraciones anteriores. En la declaración anterior había dicho que el 30 de abril realizó algunas entrevistas más a vecinos. Le preguntaron si recuerda lo que le dijeron de Lucas. Molina dijo que una de las entrevistas fue en un predio cerrado y que la gente que vivía allí conocía a los Bustos desde el año 2011. Que había una persona de origen norteamericano que dijo lo mismo, que los conoce desde ese año y que Lucas Bustos solía andar a caballo.

Para los días siguientes se anuncia que el jueves se continuará recabando testimonios y el viernes 13 se realizará una inspección ocular en el terreno.

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