El fuego, las historias y la lucha por recordar: una muestra fotográfica desde el corazón del Valle de Punilla

El próximo sábado, a las 19 horas, en la Cooperativa Llamcay de Huerta Grande, sede de Radio Panamericana FM 103.7, se presentará una muestra fotográfica que trasciende la simple imagen para convertirse en un grito de memoria y reflexión. Bajo el título «Lo que el fuego se llevó y lo que todavía queda», los fotoperiodistas Miguel Caamaño y Marco Sierras comparten su trabajo en torno a los incendios que devastaron más de 40.000 hectáreas en el Valle de Punilla a finales de septiembre.
En una charla reciente, Caamaño reflexionó sobre las motivaciones y desafíos de este proyecto. Arquitecto de profesión y fotógrafo por vocación, Miguel resaltó que la muestra busca más que documentar el desastre: pretende dar voz a las historias humanas y ambientales que surgieron tras las llamas. «Nos sensibilizamos mucho con los incendios. Queríamos detener ese momento en imágenes para permitir que en el futuro podamos reflexionar y, quizás, sentir algo de lo que se vivió con el fuego», comentó.
La muestra se plantea como una herramienta poderosa para visibilizar lo que suele quedar fuera de los titulares. «Las fotos no solo representan imágenes; abren espacios para la conversación y el debate», aseguró Caamaño. Para él, la fotografía consciente, incluso con una búsqueda plástica, puede multiplicar su impacto y conectar el arte con la lucha. Además de documentar, la exhibición es un homenaje a quienes dieron todo en medio de la tragedia.

Uno de los puntos más emotivos que destacó Camaño fue el trabajo de los brigadistas. Personas que, a menudo con recursos propios y dejando atrás a sus familias y ocupaciones, enfrentaron el fuego con una entrega sobrecogedora. “Conocí a un brigadista que llevaba 10 días trabajando sin descanso. Había dejado su empleo para dedicarse de lleno a esta lucha. Esas historias merecen ser contadas y recordadas”, relató.
El impacto del fuego en el Valle de Punilla no se limita a las pérdidas materiales y ambientales. Las heridas culturales y emocionales también son profundas, y la muestra busca servir como un recordatorio de lo que está en juego. «Lamentablemente, si no hay cambios significativos, esto seguirá sucediendo», advirtió el fotógrafo. En este sentido, su trabajo apunta a trascender la espectacularidad de las noticias iniciales y mantener viva la discusión sobre las consecuencias y los responsables.
La muestra también desafía la saturación visual de la era digital. «Queremos que esto sea presencial, que genere un ida y vuelta. Las redes sociales no logran el mismo impacto», afirmó Camaño. Por ello, esta actividad no solo es un acto artístico, sino también un llamado a la memoria colectiva y una contribución a las luchas sociales que atraviesan el tiempo y el espacio.
La inauguración de «Lo que el fuego se llevó y lo que todavía queda» promete ser un momento de encuentro para la comunidad. Una oportunidad para detenerse, mirar y sentir, pero también para discutir cómo transformar el dolor en acción y el arte en resistencia. Miguel Caamaño y Marco Sierras estarán presentes para compartir sus historias y perspectivas. Este sábado, las puertas estarán abiertas para quienes deseen sumarse a este ejercicio de memoria y reflexión.