Producción local, desarrollo sostenible, economías regionales para el buen vivir y organización comunitaria del trabajo toman forma en Capilla del Monte mientras la pandemia hace que una localidad netamente turística piense estrategias de diversificación de la economía.
El Valle de Punilla apostó todo al desarrollo turístico y hoy tiene la economía por el piso, con una crisis que se profundiza cada día más. En medio de ella, los caminos de crecimiento colectivo renacen y proponen otro mundo posible.
En Capilla del Monte, numerosas experiencias asociativas se tejen y avanza su conformación: Takú, un espacio cooperativo de producción de sales y harinas sin tacc, MercadoCoop, una cooperativa de producción y consumo que nace de una red solidaria como respuesta alimentaria y productiva, la casa de las organizaciones sociales en conformación de cooperativa y otras iniciativas que ya están en diálogo con INAES.
A ello, se le suman diversas experiencias de feriantes y productores locales que se reúnen para ofrecer productos de manera conjunta, organizan compras comunitarias y mejoran la logística para abastecer a la localidad de alimentos sanos.
Mercado Coop
«Somos una cooperativa de consumo y producción, cuyo surgimiento tiene que ver con la situación que vivimos como comunidad durante la pandemia y por ese motivo decidimos asociarnos. Nos organizamos cuando comenzó el aislamiento en la cuarentena para asistir a personas mayores y a familias que se vieron afectadas económicamente por esta situación y formamos en Capilla del Monte la Red Solidaria, de la cual surgieron diferentes iniciativas: Banco de Alimentos, Roperito Comunitario, entre otras.
Al extenderse la situación de aislamiento creció nuestra inquietud de pensar cómo nos empezamos a autoabastecer. Arrancamos en primer lugar con unas compras comunitarias, para el abastecimiento y producción de huertas familiares. Hicimos una compra a granel de semillas hortícolas y también de aves como gallinas ponedoras y pollos parrilleros.
Hoy dimos un paso más y nos estamos conformando formalmente como cooperativa, con el objetivo de abastecernos colectivamente de bienes básicos e insumos para el hogar. Encaramos un proyecto de producción hortícola de manera cooperativa, cuyo objetivo es producir alimentos de forma agroecológica»
Taku
«Producimos alimentos agroecológicos, con derivados del maíz, polenta y alimento para aves pequeñas. También buscamos sal en las salinas y sin alteraciones químicas molemos y la enriquecemos con sabores del monte.
Nos juntamos a ver la posibilidad todos juntos de resolver el problema de la falta de trabajo, con el eje en la importancia del monte una conciencia del daño que generan los agroquímicos en la alimentación. Nos une la empatía y el bien común. Tuvimos muchas dificultades para juntar los fondos pero hoy tenemos una hermosa moledora y un lugar muy lindo para producir alimentos sanos. Ofrecemos una alternativa a la sociedad. Hoy, Argentina, necesita que estos criterios crezcan», remarcó José Luis Ladous, integrante de Taku.
Desde el trabajo común, son muchas las organizaciones que buscan dar respuestas concretas a la emergencia social alimentaria con formas organizativas que fomenten la vinculación entre producción y consumo de alimentos saludables.
Informaron para Farco Agustín Fontaine y Federico Fumiato, Una Radio Muchas Voces.
