Una Punilla para vivir, una Punilla para el turismo, una Punilla para las dos cosas, son parte de las discusiones, de los temas que tratamos en nuestro medio. Nos preguntamos cómo se viene proyectando el departamento en el que vivimos en torno al crecimiento poblacional. Los desafíos de algunas ciudades que pasan a ser dormitorios de Córdoba Capital y la importante corriente migratoria que se da en las sierras.
Conversamos con Liliana Bina, integrante del Consejo de Planeamiento Urbano Ambiental de Villa Carlos Paz y también coordinadora de la unidad técnica. Liliana es Arquitecta y fue una de las promotoras del a ordenanza 7001 que se sancionó recientemente en Carlos Paz, una suerte de status quo que establece un periodo para el análisis del proceso de densificación de Carlos Paz y establecer patrones de crecimiento.
«Estamos viendo que se registra en la ciudad un acelerado proceso de densificación. Nunca la ciudad de Carlos Paz fomentó la idea de tener como rol ser una ciudad dormitorio de Córdoba capital. Si bien hay una metropolización de Córdoba porque absorbe mucho las localidades próximas, más con la instalación de las autovías que hace tan fluida la comunicación. No es la vocación de Carlos Paz ser ciudad dormitorio de Córdoba y la proliferación de edificios que nosotros vemos tampoco están destinados a ese uso. Hubo un crecimiento exponencial, edilicio que no tiene un correlato en el crecimiento poblacional orgánico de la ciudad ni tampoco en la absorción de ningún tipo de inmigración, todo lo contrario los edificios están casi vacíos todo el año, salvo en verano, son utilizados para alojamiento transitorio, el destino es fundamentalmente más turístico que de alojamiento permanente. Esto ha distorsionado absolutamente la oferta hotelera de la ciudad porque entra en una competencia absolutamente desleal, ya que es muy difícil de controlar y regular este tipo de locaciones con destino a turismo en edificios que están construidos y habilitados como edificios residenciales»
«Estamos muy impactados por la inversión de las pluvialidades sojeras de todo el territorio de Córdoba que se vuelcan a la construcción de edificios con destino turístico residencial como una suerte de banca de ladrillos, a contrapelo de las reales necesidades de la ciudad y también a contrapelo de la oferta natural, de la capacidad de carga que el territorio tiene que no es ilimitado»
Escuchá la entrevista completa:
En diálogo con Entre Mate y Mate, Bina sostuvo que hicieron ordenanzas eliminando en toda la ciudad la construcción en torres, que solamente estaba restringida al centro, luego bajaron las alturas a planta baja y tres pisos, pusieron superficie mínima para las unidades, proporcionalidad en las tipologías para obligar que haya departamentos más grandes, y fueron exigiendo distintos mecanismos que elevaran la calidad de las construcciones. «Todas esas previsiones que normalmente cuando uno elabora un código de edificación prevé un escenario como mínimo de 10 años a futuro, de absorber un crecimiento de 10 años a futuro, 10-15 años nosotros percibimos que en menos de cinco años la ciudad es como que está siendo consolidada en un porcentaje absolutamente inorgánico el contrapelo de la demanda que haya ya sea habitacional o de alojamiento turístico, y como contrapartida esto provoca el deterioro de la calidad paisajística, pone en crisis todos los recursos y la infraestructura, porque el aceleramiento que estas inversiones tienen obviamente es imposible que sea emparejada con el avance de la infraestructura, más allá de que nosotros no estamos para nada convencidos en la línea de que la infraestructura y el equipamiento de la ciudad debiera en respuesta a la especulación inmobiliaria, sino a la demanda orgánica de la ciudad.
«Esta medida es un status quo, es abrir un paraguas en un tiempo prudencial que nos permita analizar tranquilamente la situación sin tener la presión de edificios que se van presentando para ser aprobados como proyectos»
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