Productores de la agricultura familiar se encuentran muchas veces limitados en sus posibilidades de certificar la inocuidad de sus productos. Para dar respuesta, los sistemas participativos de garantías certifican a productores y productoras tomando como base la participación activa de los consumidores y se construyen a partir de la confianza, las redes sociales y el intercambio de conocimiento.
En torno a esta problemática, conversamos con Mariana Jaime, del Movimiento de agricultoras y agricultores urbanos, quien forma parte de la feria agroecológica de Córdoba sobre el sistema participativo de garantías, que se viene desarrollando en distintos países de latinoamérica: «Es un mecanismo que hemos armado los productores junto con algunas organizaciones del Estado para poder transmitir a la población garantías de inocuidad, demostrando que los productos que hacemos de modo casero son sanos. Algunas organizaciones del Estado, en Córdoba, por ejemplo el INTA y la SAF junto con productores y consumidores, definen de antemano qué es producir de modo sano»
En la ciudad de Córdoba, entre los días 9 y 10 de septiembre, hubo una jornada de trabajo en relación a este sistema participativo de garantías. La jornada tuvo como objetivo dar cuenta de las acciones que se vienen realizando desde la SAF en torno a los sistemas participativos de garantías para fortalecer la institucionalización del trabajo en el país. Además, se propuso establecer acuerdos para la continuidad del trabajo de la SAF en la temática. Conversamos con Renata Valgiusti
sobre el objetivo de la reunión y los desafíos presentados: «hicimos un relevamiento para estudiar normativas en otros países de la región. Trabajamos con las experiencias de Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador, cada uno con sus características ya que los sistemas participativos nacen desde lo local. Nuestra habilidad como técnicos tiene que centrarse en permitir que desde lo local se preserven las características que aseguren este tipo de producción agroecológica»
Esta jornada, que contó con la participación de técnicos y productores de Córdoba, Mendoza, Corrientes y Salta, entre otras provincias, presentó tres experiencias de la provincia de Córdoba: Anisacate, la de Colonia Caroya y la de la Ciudad de Córdoba. En relación a esta última experiencia, Mariana Jaime señaló que «normalmente se considera un producto sano porque así aparece en el manual de la organización mundial de la salud y del código alimenticio, pero eso está basado en un alimento que es industrializado, que no es el alimento casero. Entonces lo que nosotros estamos generando es un nuevo modo de entender lo sano, que en realidad tiene que ver con la experiencia de nuestros antepasados. Por ejemplo, hay determinados productos como el arrope que no está considerado ni siquiera alimento, siendo que para gran parte de la sociedad el arrope es el alimento más sano que hay. Incluso la quinoa hace poco que se la considera alimento, siendo que para los pueblos originarios y para todos los que tenemos antepasados aborígenes, la quinoa es un alimento indispensable para la mesa»
Contacto Córdoba: feriaagroecologicacba@gmail.com
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