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Comienza la Odisea de Kártoba, un reino que susurra. Por Federico Fumiato.

 Vamos a escribir esta época, dijimos. Que tiene su límite presente en la reacción a la Reforma a la Ley de Bosque Nativo en Córdoba. No es una resistencia, no se equivoquen. Es la decisión de muchas especies, terrestres, aéreas, arbustivas y otras, de hacer emerger una nueva civilización, ya no excluyente de otras, ya no para dominar la naturaleza, sino para cerrar un círculo y volver a la tierra. Y no cabe otro lenguaje para escribirlo que el EPICO. Por eso, aquí comienza, y en fascículos, una historia que se está narrando por mucha gente y también espíritus y especies de todos los reinos. Es a la vez una oportunidad para entrar en la historia, ya no en la científica, sino en la Epica del presente. Bienvenid@s a Kártoba, un reino que susurra.  Antes.  Cuando la noche tuvo frío y el Concejo de los Morth se disponía votar el final de la era Natural, todo el bosque se puso de pie, estupefacto por el augurio, incrédulo a la prueba decisiva de una predicción milenaria: los Morth, la especie que no pudo ser, la que nació fuera del Ciclo y hacía palidecer el sol, estaban decidiendo la victoria de la Lengua de Fuego sobre cualquier orden. Primero se erizó la hierba rastrera, como pelos de la tierra. Luego fueron las arbustivas, las primeras en peligro, con sus flores dulces donde meriendan las abejas del norte de Kártoba. Pero aquel día, como si al despertar los ojos y las hojas no vieran luz sino penumbra, se sintió temblar el aire que unía toda la provincia de Kártoba. No podría ser igual aquel día a todos los demás. Las especies movedizas se miraron, a las quietizas no les hizo falta. Todas sabían que llegaría el momento. Y también entendieron que era este.

  – I – 

En el Valle Montañoso de Jarilla se preparaban los movedizos. Hacían preparativos e informaban a todas las especies que no quedaba espacio ni tiempo para Luz Amarilla. Los primeros en buscarse fueron los Lengua de Fuego, raza de comunicador@s serran@s, alertad@s por l@s Rizomátic@s, que habitaban y cuidaban ancestralmente el Nortoeste de Kártoba, donde se pudo ver primero y sin velos la penumbra que amasaba el Concejo de los Morth. No tardó en volar el rumor en el lomo de las Valerin, aves guardianas de las cumbres y nacientes. Ya podía oírse rebotar en los árboles y amplificarse el sonido de alerta, el llamado a convocar la Unión.

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