Rodolfo Zabaleta de la cooperativa de apicultores Los Algarrobos cuenta cómo es la situación del sector hoy luego de los incendios.
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«No tenemos dimensión de lo que ha hecho este ecocidio, en nuestro caso más allá de las pérdidas materiales, es decir de las colmenas, es el impacto a largo plazo que es difícil de remedir ni siquiera con muchos años. No tenemos verdadera dimensión de lo que se ha perdido, se han perdido especies de muchos años de desarrollo. Hay especies de las flora nativa que llevan muchos años, que se han perdido y se han perdido la actividad productiva en sí. Ha sido muy resentida» explica Rodolfo.
Técnico apicultor y trabajador en esa área desde los 15 años, Rodolfo Zabaleta está al frente de las capacitaciones en la cooperativa que hoy en día, trabaja para ser un puente entre los productores y las entidades que permitan gracias a sus gestiones, continuar el trabajo y recuperarse rápidamente.
«Y una tarea para revalorizar la apicultura. La función más importante de la apicultura es la polinización. No estamos valorizando el concepto de insecto polinizador que tiene la abeja en todos los ecosistemas naturales. Tampoco se conoce en profundidad la importancia que tiene esta zona del norte de Punilla porque es una región donde confluye el monte serrano con la zona de la llanura; en el norte de Punilla tenemos eso y eso posibilita que haya muchas más especies que en otras regiones. Esto es lo que hay que volver a restaurar.»
La cooperativa funciona en Charbonier y se constituyó en 2016 aunque la matricula se logró en 2018. La idea es llevar a cabo una producción lo más natural posible para lograr la mejor calidad de la miel. «Nosotros hacemos apicultura de monte nativo, más oscura, que tiene más minerales. Tiene más riqueza y no estamos valorizando ese agregado que tenemos. Zonas que hasta hace unos años eran marginales y que hoy empiezan a ser importantes. Hoy tenemos una alta invasión de zonas de llanura que vienen a buscar la floración acá al norte de Córdoba. Y este es un tema que siempre resaltamos la atención que necesitamos de las autoridades» explica Rodolfo.
«Esto va en detrimento de los que tienen colmenas acá. Y no estoy hablando de pocas colmenas: estoy hablando de grandes unidades productivas de miles de colmenas que vienen todos los años a colocarlas por 15 días/ 1 mes y se llevan la floración de acá. No solamente generan un perjuicio para el apicultor que está asentado aquí sino que traen problemas sanitarios que no están en la zona y tampoco dejan el producto. Esto alguna vez hemos intentado sentarnos a la mesa y hablarlo con los productores, porque son productores grandes del sur de Córdoba, de Buenos Aires, de Santa fe pero aun no se ha logrado articular. Es un tema a trabajar en conjunto para establecer reglas claras.»
