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Ley de cupo en los Festivales: una promesa de igualdad

Desde el año 2022, Charo Bogarín, es la vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música (INAMU). En diálogo con Una Radio Muchas Voces, aseguró que la ley que garantiza el cupo femenino en los festivales de todo el país, ha impactado de manera positiva y que la mayoría de las denuncias de las provincias vienen sobre eventos que se hacen en los municipios.

Fue a partir de un estudio que se realizó en Chile, en el año 2017,  sobre la participación de las mujeres en los escenarios de América Latina, cuando se puso en foco que Argentina ocupaba uno de los lugares más bajos, con alrededor de un 13% de participación. Luego, la investigadora del Conicet en música y género, Mercedes Liska, y la gestora cultural Alcira Garido analizaron la grilla de 46 festivales musicales privados y estatales en todo el país. El resultado, explica Charo, dio aún más bajo: “de los 1611 artistas, sólo un 10% eran mujeres”. 

Esto impulsó la conformación de una mesa de trabajo por más Mujeres Músicas, donde  Celsa Mel Gowland, ex vicepresidenta del INAMU convocó a colegas de todos los géneros musicales y generaciones. A partir de ahí se comenzó a trabajar en lo que derivó en la actual Ley 27.539, sancionada en el 2019. El proyecto estuvo basado en la Ley N° 26.4855 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales y en la Ley Nº 23.1796, que aprueba la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

La Ley fue reglamentada en el año 2020. En medio del contexto de la pandemia del COVID-19, fue complejo ponerla en conocimiento del público y lxs músicxs, “y más difícil llegar a los programadores de eventos”, reconoce Charo.

Esta ley garantiza el 30% de mujeres y diversidades en escenarios. Sin embargo la falta de información al respecto, apuntó a la necesidad de fortalecer la capacitación orientada a todo el ámbito musical. De este modo, “se logró -desde el 2021 al 2022- un crecimiento del 300% en la presentación de la declaración jurada con la grilla de los espectáculos por parte de los programadores. En paralelo -cuenta Charo- se hizo un estudio del observatorio del INAMU, donde se vio que el impacto de la ley generó un crecimiento del 106% en la presencia de mujeres”.

El INAMU es una de las instituciones que vela por la implementación de la normativa sancionada en noviembre de 2019. El informe de cupo en festivales del 2022 a este año, aún da cuenta de la falta de conocimiento de esta ley, donde la mayoría de las denuncias de las provincias vienen sobre eventos que se hacen en los municipios. En este marco, la actriz, música, periodista y gestora cultural, comentó que en abril se realizó una reunión en el Instituto Nacional de la Música, en la que participaron lxs 23 titulares de cultura de cada provincia, junto con el representante de la Capital Federal. “Hablamos para  que haga el compromiso, que si bien en las capitales se cumple más que en los municipios, tracemos una estrategia para llegar ahí”. 

Los eventos encuadrados en la ley

La vicepresidente del INAMU explicó que todos los eventos musicales donde se programen desde tres agrupaciones, solistas o coros, están alcanzados por la ley de cupo. Abarca a eventos públicos como privados. Los que cobren entrada como los que no.  “Estamos buscando generar fuentes de trabajo, dignificar la presencia del lugar de las artistas mujeres y diversidades en los escenarios”, y reafirmó que lxs programadores de festivales están obligadas a cumplir con esta ley de cupo femenino.

Ante el incumplimiento de la normativa, la fundadora del dúo Tonolec explicó que las denuncias se efectúan en la página del INAMU: www.inamu.musica.com.ar/leydecupo. Allí se encuentra toda la información y los formularios para realizar las denuncias -que pueden ser anónimas- y debe adjuntarse el flyer con la información del evento. Si bien, hay hasta  un mes de realizado el espectáculo para denunciarlo, es importante hacerlo antes, “porque el espíritu de la ley es cambiar el ecosistema musical, no es salir a castigar con un 6% de lo que salió el evento a esos organizadores. Queremos que programen a músicas mujeres. Les pedimos que traten de denunciar antes, para tener un tiempo y cambiar esa grilla”, expresó.

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Las voces locales

En la casa de Laura Zoan siempre se tocaba algún instrumento musical y se cantaba. Creció en esa cotidianidad que después la llevó a estudiar canto, teatro y magisterio. En cada espacio donde pudo, la música fue parte de un aprendizaje recíproco. Radicada hace casi veinte años en Capilla del Monte, hace espectáculos de tango y folklore y también integra shows musicales sólo de mujeres.

Cuando piensa en esta ley reconoce que es fundamental para comenzar a cambiar prácticas patriarcales arraigadas en los espacios culturales locales. “Porque -por lo menos en el ámbito del folklore y el tango que es donde más trabajo- es un ambiente muy machista”, dice y recuerda el comentario de una mendocina que tocando tonadas con la guitarra, le tapaban los tonos, para que no vea los acordes. “Por otro lado, hace muchos años que hay un montón de bandas de mujeres, pero acá en Capilla mucho no se respeta”, asegura.

Maricel Buono, es soprano.  Hace veintidós años que trabaja  en el teatro del Libertador de Córdoba, pero vive en Capilla del Monte. Con respecto a la ley de cupo, reconoce que en Córdoba se han fiscalizado sólo tres festivales grandes y desde el sindicato de músicxs de Córdoba se ha pedido que cada provincia o ciudad regularice la ley. Sin embargo, tanto en el coro polifónico de la provincia -son 64 cantantes, mitad mujeres, mitad varones- y en la orquesta sinfónica, se cumple,  “porque hay muchas mujeres músicas, pero ingresamos todas por concurso. Como trabajadora particular, haciendo shows en vivo, son pocas las veces que voy sola a cantar.  Aquí en nuestro pueblo, se cumple muy poco. Últimamente no me están convocando como cantante desde hace ya varios años”, dice y agrega que en la mayoría de los festivales de la zona la ley de cupo tampoco se cumple.

“Estaría bárbaro que cada provincia, o ciudad tenga esa posibilidad de regularizar esta la ley, y que pueda ser más parejo. Que todas podamos trabajar, hay muchas mujeres músicas en nuestro pueblo”.

Lourdes Laciar tiene veinte años y hace más de diez que está inmersa en la música: “tengo una banda folclórica, actualmente también está integrada por mi hermana Sofía. En lo personal nos hemos sentido muy bien recibidas”, cuenta y asegura que de a poco fueron ganando más espacios y protagonismo.

“Si bien podría respetarse un poco más el cupo y darle más lugar a otras participantes, ojalá que se pueda seguir aplicando esta ley y que cada vez seamos más las protagonistas”, dice Lourdes haciendo una retrospectiva de lo que fue su comienzo desde tan joven, donde costaba mucho llegar a los festivales o eventos zonales.

Mabel Tulián nació en La Falda, pero vive en Capilla del Monte y hace más de veinte años que se dedica al tango. «Me parece buenísima esta ley, creo que llevará su tiempo para que se haga realidad en lo cotidiano y se respete”, dice mientras asegura que en el ámbito de la música aún no se ha tomado conciencia: “se ha implementado muy poco. Tal vez, en lo que yo me muevo, veo que hay pocas mujeres”.

Otro aspecto que destaca Mabel es la falta de divulgación de la normativa. “Creo, a mí me pasó, que hay mujeres que no están al tanto de esta ley. Buscando donde cantar, ensayo, vestuario, y además buscar para el vivir a diario: siempre las mujeres tenemos muchas más tareas”. En este aspecto, Mabel considera que sería importante que existan publicidades para que se conozca más. “Ojalá que realmente se cumpla y puedan subir más mujeres al escenario, y se genere más conciencia en los programadores”, concluye.

Laura Dos Santos, vive en San Esteban, tiene 56 años y desde los 16 se dedica a la música. Comenzó a tocar la guitarra a los siete, y luego continuó con el charango y el cuatro venezolano. A partir de los veinte incorporó el resto de los instrumentos de cuerdas de nylon sudamericanas y americanas, junto a  instrumentos de percusión y de viento.

Es compositora desde los 16 y toca una variedad de géneros aprendidos tanto en la universidad y conservatorios como en sus viajes por el mundo. Desde el jazz, clásico, rock, country, hasta el folklore latinoamericano y la música africana y árabe. De familia andaluza, pasó diez años en España donde estudió flamenco.

Tiene grabados nueve discos de música de autor y muchos de folklore en general y de música para cuartetos e instrumental. Considera que la naturaleza es el primer género musical, y en la actualidad está trabajando en un disco de cantos de aves de la provincia de Córdoba.

Al pensar en esta ley, Laura dice que en el pueblo donde vive, la gestión de la organización vecinal de la Feria de San Esteban, la llevan adelante cinco mujeres. “Programamos desde hace casi nueve años, más mujeres que varones. Ocho grupos por mes, siempre da 50% y 50%. En nuestro caso, hay apoyo de la municipalidad, hacia una organización vecinal”.

En la región distingue que desde las organizaciones de la comunidad, como las ferias en Capilla del Monte, o el espacio cultural de la Minga en Charbonier, hay un impulso para que se respete un cupo equilibrad en los eventos musicales.

“Que el cupo del 30%  se haga consciente en la población, es otra cosa. A nivel regional, como artista, veo mucha resistencia a la participación consciente de ese cupo. Se está logrando la participación de las mujeres, más desde el impulso de las organizaciones de base”, admite.

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