¿Por qué decimos no a la autovía por el oeste? ¿Cómo afecta la autovía al río Yuspe? ¿Por qué gastar millones en una ruta, cuando Cosquín no tiene agua potable? ¿Es posible una ampliación de la ruta 38?, son algunas de las preguntas que se abordarán hoy en la charla abierta, a realizarse en la localidad de Cosquín. Será a las 19hs en el salón parroquial de Cosquín.
Radio Inédita conversó con Nicolás Rudolph, quien estará a cargo de la charla. «La función de esta reunión es que, con el diagrama, podamos explicar paso a paso lo que se está proyectando. Como cuando vas a proyectar una casa, tenés que hablar con el dueño del terreno, conocer aspectos psicológicos, la familia, las necesidades. En este caso, con la autovía por el oeste, no se le ha consultado a los diferentes miembros de la comunidad Punilla, es decir, a los que realmente usamos la ruta»
«El oeste tiene una dificultad. que no es accesible para la interconexión entre pueblos y ciudades. Hay que subir a la loma de la pampa entre dos y cuatro kilómetros para acceder a la autovía. Por ejemplo, en La Falda el que vive en el centro se desplaza cuatro kilómetros hasta el borde de la pampa, de ahí hacer 20 kilómetros y luego bajar tres kilómetros hasta el centro de Cosquín. Eso genera seis a siete kilómetros más que si fuera por la 38.»
En su análisis, la 38 seguiría saturada y el flujo sería cercano al del 75% del tránsito actual entre los dos núcleos urbanos. Con el tiempo se conformará una especie de ciudad lineal entre Bialet Massé y Giardino. Se va a seguir usando mucho la 38, por los repartidores, el transporte público.
En relación al proyecto IIrsa, Rudolph señaló que hay alternativas más sencillas, por Jesús María, Deán Funes, Patquía y luego la nueva ruta nacional 150.
