Córdoba

Córdoba colonial: Historias de mujeres «malas»

Un exhaustivo trabajo de análisis documental, bibliográfico y arquitectónico rastreó las huellas de las mujeres consideradas “malas” por la justicia colonial a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La investigación profundiza en los bienes culturales legados de esa época –actas de escribanías, libros jurídicos y expedientes judiciales– para reconstruir una dinámica que las procesaba, condenaba y encarcelaba por ser “malas madres”, “malas esposas”, “seducir” a sus padres que las violaban, o simplemente convivir con sus parejas sin haber contraído matrimonio. El rol de la Real Cárcel, en el Cabildo, como instrumento de control social que puede mirarse desde una perspectiva de género.
Por Josefina Cordera para UNCiencia

Procesadas o encarceladas principalmente por delitos relacionados a su cuerpo: prostitución, alcahuetería o tercerías, aborto, adulterio e infanticidios. En menor medida, por hurtos, insultos o injurias, y otras causas de menor importancia. Las “mujeres malas” de la Córdoba colonial eran apresadas en la Real Cárcel que funcionaba en el Cabildo.

“La instancia judicial no era una entidad separada de la realidad social. Para configurar la ‘buena o mala fama’ de una persona entraban en juego el discurso normativo y judicial, pero también numerosas dinámicas comunitarias”, explica Jaqueline Vassallo, autora del estudio e investigadora de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC y Conicet, y profesora de la Escuela de Archivología de la UNC.

Vassallo explica que muchas de las mujeres procesadas fueron condenadas por ser “malas madres”, por “seducir” a sus padres que las violaban y por “malas esposas”. Es decir, por su condición de mujeres en ejercicio de los roles que la misma sociedad le asignaba en aquel entonces y que continúan vigentes.

“En definitiva, las causas de los delitos se encuentran articuladas con su condición genérica, pero también con el grupo social de pertenencia: la edad, las condiciones de vida o sus relaciones con los hombres”, apunta la especialista.

En contraposición, sobre los varones no recaían estas definiciones. Por ejemplo, los padres no eran llamados a declarar cuando sus hijas –con quienes convivían– eran enjuiciadas por estar amancebadas (vivir en pareja de hecho, sin haberse casado). Pero en algunos casos sí fueron encarceladas, procesadas y sentenciadas sus madres, por ser “consentidoras” de esa situación.

El trabajo se llevó a cabo poniendo el foco en los bienes culturales donde quedaron huellas de estas mujeres: cómo fueron registradas en las escribanías o cómo fueron catalogados los expedientes que tramitó la justicia. Pero también, cómo esas huellas se exhiben y comunican en la actualidad: la forma en que son visibilizados y mostrados al público los rastros que han quedado de ellas en libros y restos arqueológicos, que hoy se encuentran en museos y bibliotecas locales.
“Trabajé con documentos judiciales y de gobierno, libros jurídicos que se refirieron a estas mujeres, y en el Cabildo donde se alojó la Real Cárcel con celdas destinadas a mujeres. Bienes en los que dejaron marca tanto las autoridades locales como la justicia capitular, que no pueden dejar de interpretarse en términos estamentales y patriarcales, y que posibilitan la apertura de nuevos estudios y enfoques. Incluso la posibilidad de interpelar el ‘sesgo androcéntrico’ en el patrimonio cultural local”, indica Vassallo.

Córdoba de las campanas y el androcentrismo
El estudio aborda el período en el que la Dinastía Borbónica implementó fuertes políticas de control social en todos los dominios de la corona española. Se pusieron en marcha reformas para mejorar el control político, centralizar y organizar la administración, y controlar la fuerza de trabajo rural y urbana.

En Córdoba, esas medidas fueron implementadas por el primer Gobernador Intendente de la Gobernación de Córdoba del Tucumán, Rafael Sobremonte. Como consecuencia, aumentaron las causas judiciales y las detenciones en la Real Cárcel. Muchas veces, las personas eran sancionadas, sin llegar a ser procesadas.

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