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“El extractivismo no es una alternativa válida para el desarrollo”

Horacio Machado Aráoz aporta una mirada histórica y social del extractivismo, desde la época de la Conquista hasta la megaminería moderna como falso camino al desarrollo. El rol de los gobiernos, las luchas, la ciencia y las alternativas.

Extracto de la nota de Darío Aranda para Agencia Tierra Viva

Horacio Machado Aráoz es autor del libro “Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea (editorial Mardulce)”, donde traza el vínculo del extractivismo desde la llamada “Conquista de América” hasta la actualidad, con ejemplos concretos como Minera Alumbrera (en Catamarca). “Ser proveedores de materias primas obedece a un patrón de división internacional del trabajo heredado de la época colonial. El extractivismo es un rasgo estructural del capitalismo como sistema de acumulación mundial. Para que se produzca esa acumulación es necesario que haya zonas de sacrificio, coloniales, que provean los subsidios ecológicos de ese consumo desigual del mundo”, explica. Investigador del Conicet, docente de la Universidad de Catamarca, parte de las asambleas catamarqueñas contra la megaminería y de la organización Sumaj Kawsay (“buen vivir”).

-Partiendo del libro “Potosí, el origen”, ¿qué similitudes hay entre ese modelo iniciado en 1492 y el actual?

-Lo que aparece intacto debajo de la diversidad de formas del extractivismo es la figura del conquistador como prototipo de los humanos y como forma de relacionar y concebir la relación con el mundo. El conquistador, desde los Pizarro, los Cortés, los Pedro de Valdivia, los Diego de Rojas, son varones armados, violentos, en búsqueda de modos de enriquecimientos rápido y generalmente mediados por el ánimo de dominio, lucro, posesión, que miran el mundo como puro objeto de posesión y conquista, concibe la vida como una carrera infinita de riqueza y poder. Lo que tenemos abajo del extractivismo es lo que hace idéntica la situación entre el Siglo XVI y el XXI es un patrón de subjetividad que se ha institucionalizado, un mundo donde el comercio y la guerra agotan el sentido de la existencia. Vivimos para comprar, es un mundo de consumidores, es el ADN de este modelo civilizatorio. En términos subjetivos la mirada de Colón sesgada por el brillo del oro es la mirada del sujeto moderno contemporáneo, de la racionalidad que piensa en la conquista de riquezas y valores abstractos como el sentido último de la existencia, esa es la matriz del extractivismo.

-¿Y las diferencias?

-Hay diferencias, grandes y múltiples, entre el extractivismo primitivo del Siglo XVI y el del Siglo XXI, sobre todo en los modos de producción, el régimen de dominación y destrucción de hoy es infinitamente mayor. El poder también se ha hecho más complejo, tiene una tremenda capacidad libidinal, un poder performativo, enorme capacidad de seducción, persuasión, el modo de vida imperial se impone como matriz evolutiva. La visión del mundo del conquistador penetra en los dominados.

-Los países dependientes quieren ser como las potencias.

-La capacidad de destrucción asociada a la capacidad de seducción es lo que Aníbal Quijano llama “la lógica de la colonialidad”. El modo de vida imperial, del conquistador, aparece también como deseado por los conquistados y colonizados. Este modelo nos llevó a un umbral de deshumanización, a la naturalización de la violencia, vivir relacionándonos con la Madre Tierra desde la lógica del saqueo, con los efectos sanitarios y socioambientales que ya conocemos.

-Pero también hay resistencias.

-Existe claramente otra dimensión, un estado de lucha. Estos cinco siglos de dominación extractivista colonial no han pasado en vano. No ha sido una dominación pasiva. Hay toda una historia de luchas, un aprender de luchas pasadas. Es una acervo. Semillas de humanidad que nos quedan. Si queremos sostener y luchar por la supervivencia de la humanidad tenemos que acudir al banco de semillas de la historia, que son las las resistencias, la lucha de los pueblos originarios, de las mujeres, la lucha de los trabajadores, de todos los oprimidos del mundo. Hay ahí un banco de saberes, de conocimiento, que tenemos hoy disponible. Todas estas luchas, distintas expresiones contra la dominación patriarcal-colonial-capitalista, son todas necesarias pero ninguna es por sí misma. Estamos ante un gran desafío de una sinfonía de luchas populares, es la conciencia que tenemos de la integración de las luchas, del ecologismo popular. Todo esto aparece con una nitidez que no lo podíamos ver en otros momento de la historia.

El extractivismo no es una alternativa valida para el desarrollo. Entrevista a Horacio Machado

Capitalismo

-¿Cuál es la relación entre el extractivismo y el capitalismo?

-No hay capitalismo sin extractivismo. Y el capitalismo implica la reafirmación de una estructura colonial de la economía mundial. Por eso es inentendible que en el Siglo XXI gobiernos que dicen que querían un cambio progresista insistieron sobre la base de un modelo ya fallido, muy conocido y muy debatido en América Latina, con consecuencias económicas, políticas, sociales y que consolida la dependencia. Un gran aprendizaje de ese período debiera ser que como países herederos de un régimen colonial, que prolongamos y profundizamos, no podemos aspirar a un modelo de desarrollo igual o equivalente al de los países industrializados. Debiéramos aspirar a otro modelo de desarrollo, basado en otro tipo de matriz de producción y de consumo.

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