Las Trágicas

Fue en junio del año 2022, cuando Violeta Victoria Zorrilla, Tamara Mangiarotti, Malena Vieytes y Soledad López Vaca, comenzaron a encontrarse en San Marcos Sierras con el afán de hacer algo juntas. Las cuatro tenían un lugar común: la visión del teatro y el feminismo que las cruzaba en diversos territorios teatrales.  “Con el paso del tiempo de los mismos entrenamientos actorales, comienzan a surgir relatos que tienen que ver con cosas que nos estaban pasando a cada una de nosotras y que podríamos haber transpolado a la sociedad”, dice Soledad López Vaca.

Así, con la repetición de algunos ejercicios, fueron sacándole el jugo a esos relatos que estaban apareciendo. En ese trabajo de registro, aquello que iba tomando presencia, empezó a ser escrito, a ser texto y hacerse dramaturgia.  Mientras que Violeta Zorrilla, decidió no actuar y tomó un lugar desde el afuera, siendo guía mientras el resto del equipo le ponía el cuerpo a las improvisaciones. De este modo, se terminó conformando una dinámica de grupo de cuatro actrices, donde una de ellas tomó el rol de la dirección.

“Nos dimos cuenta de que, estas improvisaciones y estos descubrimientos de nuestros propios seres en el escenario, se podían transpolar a las realidades sociales de muchas madres, hijas, amigas, esposas y muchas lesbianas, eran hilvanes que atravesaban a nuestro género y a nuestro rol en la sociedad”, cuenta Soledad.

Ese proceso de trabajo las llevó a preguntarse por los orígenes del teatro. “Somos cuatro actrices que venimos estudiando teatro desde muy pequeñas. Hemos crecido haciendo teatro y nos empezamos a preguntar por su origen”. Con ese disparador llegaron al teatro griego y descubrieron una serie de cosas que las llevó a sorprenderse: “por ejemplo que ese origen es en las fiestas dionisíacas y en honor al dios Dionisio, porque era él quien protegía a los hombres de las enfermedades venéreas de sus miembros viriles”, explica Soledad.

Recorrieron ese devenir del teatro griego hasta las escuelas actuales. Los mitos, la tragedia y la comedia. Estudiaron su cronología para encontrarse en ese origen de festividad, “donde los hombres se paseaban por las calles de Atenas con un pene de madera, eso nos rompió mucho la cabeza y entonces empezamos a tomar decisiones”.

En ese camino emprendieron la decisión de avanzar desde el lenguaje del teatro, con sus formas poéticas, con los recursos de la imagen y el cuerpo para correr el velo a muchas de esas historias y contar lo que descubrieron: “de eso se trata la obra, de develar las historias que  han constituido a esta sociedad y a las anteriores. Y exponer también que esto no puede seguir así…”, dice Soledad sin adelantar demasiado, pero con la convicción de que el teatro es un medio de interpelación, que conecta desde la sensibilidad, con el palpitar de la otra persona, “ya sea yo público, artista, artesana o quien esté convidando desde su pulso vital su creencia, su ternura, su tiempo, su leudado de lo que fuera que comparte”. En nuestro grupo creemos que esas son las cosas fundamentales para sostener el mundo, y una vida amorosa. Es el lugar donde se nutren las resistencias. Sin estas redes de arte, ternura y de hoguera de hogar, nos moriríamos de tristeza”.

Mientras que desde un punto de vista más político, Soledad admite que la función del arte es la de incomodar: “el hecho de incomodar desde los escenarios invita a pensarnos y repensarnos cada vez”. Pero también la apuesta está sin duda en la propia sensibilidad de ese espectador que consume arte, que cuenta con una sensibilidad especial, reconoce Soledad, y que hace que el incomodarse no le sea indiferente. “Eso es fundamental, porque tenemos que aprender, estamos aprendiendo entre todes de todes, colocarnos en el lugar de la incomodidad para cambiar algunas prácticas es algo que creemos necesario”.   

La cita con “Las Trágicas”, será este 2 y el 3 de septiembre a las 20hs., puntual. El lugar es la Casa de la Cultura de San Marcos Sierras, “donde vivimos y trabajamos, donde elegimos militar el feminismo y el arte”, concluye Soledad.

*Fotos: gentiliza Soledad López Vaca