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Rodrigo Carazo y un viaje por sus interiores

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¿Cuándo entró la música en tu vida?

Desde muy chiquito hice música, siempre tuve la inquietud de hacer música de todas las maneras posibles pero el hecho musical para mí se completaba al comunicarlo. Nunca fui un estudioso a puertas cerradas, siempre aprendí música tocando y generando un momento con otras personas, en mi la función de la música nunca fue una conquista individual. Siempre hice música y siempre fue la ilusión de inmediatamente llevársela a alguien.

¿La música forma parte de tu familia?

En mi casa todos son seres con musicalidad pero nadie se dedica exclusivamente a la música, yo tenía esa inquietud puntual, que también estoy viendo en mis sobrinos y sobrinas que tienen lo mismo y tienen mucho talento y mucho criterio. Lo importante para mi es dimensionar que no se trata de una carrera individual de conocimiento «per se» sino un puente real de generar un momento, una experiencia con otras personas.

¿Actualmente estas trabajando con la investigación musical?

Hace diez años atrás era mas joven y estaba expresando y exponiendo todo lo relacionado a la investigación musical. Después me di cuenta que no era tanto una labor sino una mirada sobre el mundo, una curiosidad constante que me da la expresión humana en general. La música siempre expresa ese misterio. El lenguaje de los pueblos no tiene ese filtro de la industria, del comercio, del mercado. Mas que por querer aprender nueva música, que es inevitable, lo que me gusta es revelar un poco las posibilidades humanas y culturales que uno tiene, que son parte tuya. La música de Indonesia o China están al lado mío si dimensiono que el universo es infinito. Me di cuenta de mas grande que lo que mas hago es asombrarme con el mundo. Me da la sensación que en esto de andar con canciones propias es tener la posibilidad de transferir historias y es lo que hace que sean divertidos los encuentros. Estamos tan seteados a maneras muy normalizadas de comunicarnos musicalmente que todas las cosas que nos corren de un lugar común aportan mucho a la hora de la experiencia completa de cantar y transferir.

¿Cómo ves la música independiente de Córdoba hoy?

Siento que en todos los lugares del mundo hay música, siento que la música como otras expresiones son medio biológicas, de los pueblos y las personas en sí. Después están quienes nos dedicamos de hacer del instinto un oficio, de agarrar el barco y generar un viaje. La música independiente creo que existe en todos lados, es una especie de organismo natural de la gente, de lo humano, que siempre está latente. A mi me gusta un poco salir del relato música comercial/música independiente. Está muy claro cuando una persona genera una música que no está ligada a la búsqueda de querer pertenecer a un circuito mercantil. Hay circuitos literalmente moldeados por las formas que se instalan como actuales o lo que se considera moderno. Me gustan siempre las expresiones que denotan una autenticidad alineada con la experiencia de vida de la persona que la hace.

En Córdoba tenemos mucha gente que nos transmite su mirada, su color, su timbre, su vida. Uno siempre universaliza porque la música es universal, entonces cualquier pieza musical de alguna manera ya existe en un imaginario. Hay vueltas armónicas que vos entendés lo que el otro está diciendo. Para hacer algo distinto no hace falta ser inexplicable. Creo que hay mucha música auténtica en Córdoba, como lo hay en todos lados, lo que pasa es que está el tema de cómo la comunidad la recibe y la valora. Uno piensa que en otros lugares no hay tanta música independiente, pero en realidad lo que no hay es tanto asidero al músico independiente. Música increíble y única hay en todos lados, es inevitable, eso en una guerra ganada en cierto sentido. El público también es hacedor y responsable de lo que pasa con la música independiente en ese lugar.

¿Qué vínculo tenés con tu público?

Me encanta la misión que descubro en mi, que es descubrir y transferir una emoción. Me gusta mucho que la gente se vaya estimulada para bien sobre lo que quiera hacer, ya sea mirar mas el árbol o escribir, me gusta estiimular esa autoralidad. Entonces muchas veces lo que se genera es un agradecimiento mutuo por parte de la gente a mi y de mi a la gente que se acerca. He develado reacciones similares a lo largo del tiempo. Tengo una relación muy profunda con la persona que se acerca y te expresa algo porque creo que cuando te dicen algo están hablando mas de si mismas. Hay gente muy muy sensible que se acerca, me refiero al color y la forma de mirar el mundo. Un día en Villa General Belgrano una persona me decía que le daba yorgullo ser humano cuando veía la entrega de alguien. Desde esos detalles a cosas muy sutiles de miradas y formas de sentir la música me despiertan con el público una relación muy profunda. Cuando voy a tocar a lugares grandes, donde hay mucha gente y no se experimenta ese lugar de diálogo siento que no se da el ritual.

¿En qué andás musicalmente?

Estuve de gira bastante por la provincia de Córdoba y estoy también produciendo el segundo EP de una triología que se llama Tres Interiores. Estoy grabando el segundo y a el tercero lo tengo en mente. La triología se llama así porque decidí grabar lo que estaba en mi interior en el momento. Decidí confiar en lo que siento en cada momento. Son tres EP de cinco canciones que al final de todo va a ser como un dico de quince canciones. Ya salió el primero que tiene que ver con mi infacia en Tierra del Fuego, el segundo es un viaje novedoso para mí que tiene que ver con compartidas con otros artistas. También estoy produciendo para otras personas, hace poco salió un tema de Clara Presta que le produje hace poco y estamos trabajando con Jose Dibert con su nuevo material.

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